Carlos Avilan
@carlosavilanr
El 2019 fue el peor año, hasta ahora, en términos de emisiones de CO2, según una investigación del Global Carbon Project. Sin embargo, no todo está perdido: existe una tecnología que puede resolver parte de este problema y Colombia debe mirar hacia ella pues es uno de los países más vulnerables del mundo a los efectos de este fenómeno, una situación que se ha visto en el impacto cada vez mayor de las inundaciones y las sequías.
Los científicos predicen un futuro sombrío, de miseria, destrucción y catástrofe. Pero el debate sobre el clima sigue estando muy polarizado. El mundo está demasiado ocupado escogiendo ganadores y perdedores y enfrentando tecnologías entre sí. Estamos perdiendo de vista lo que hay que hacer: resolver nuestro problema de CO2.
Esta tecnología es la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la cual evita que las emisiones de CO2 entren en la atmósfera y las almacena bajo tierra, de forma segura, en formaciones geológicas del subsuelo. La CAC puede desempeñar un papel clave en la reducción de las emisiones, así como el logro de los objetivos climáticos globales.
Lamentablemente, el argumento utilizado en contra de la implementación de la CAC es que se trata de una tecnología costosa y que no ha sido probada en la industria de los combustibles fósiles, pues la idea de que no es posible combatir el cambio climático sin la CAC es, para muchos, una verdad incómoda.
El Acuerdo de París sobre el clima, en el cual los países participantes han acordado reducir el calentamiento global muy por debajo de los 2˚C, no podrá alcanzar esta meta sin la implementación de la CAC. Así mismo, The International Energy Agency’s Sustainable Development Scenario (IEA), organización que esboza el camino para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas relacionados con la energía y el Acuerdo de París, pronostica que al menos el 7% de las reducciones de emisiones de CO2 deberán provenir de la CAC.
A pesar de la aceleración de la revolución de la energía verde, se espera que el mundo siga dependiendo de los combustibles fósiles para su demanda de energía primaria en las próximas décadas. Según la IEA, los combustibles fósiles satisfacen el 81% de la demanda de energía primaria actual. Así mismo, prevé que esta cifra descienda al 60%.
La captura y almacenamiento de carbono permitirá una transición para los trabajadores del sector energético. Se construirán nuevas industrias de bajas emisiones de carbono, reorientará la infraestructura existente y mantendrá a las industrias competitivas en un futuro de bajas emisiones de carbono.
A largo plazo, la CAC puede convertirse en la base de una nueva economía energética limpia y sostenible. En Colombia, la expectativa frente a la decisión del Ministerio de Minas de dar tránsito progresivo del país hacia la implementación de nuevas fuentes renovables no convencionales de energía eléctrica, principalmente basadas en el sol y en el viento, es altísima. Por ello, es el momento en que el Ministerio de Ambiente y el de Minas revisen conjuntamente la implementación de la CAC.
*Columnista invitado del Tanque de Pensamiento Al Centro.