Por: Arturo Rincón*
Mejor educación reclamamos los manifestantes, educación superior de calidad, incluyente, con amplia cobertura y que atienda a las necesidades y a la vocación agropecuaria del país. Mejor educación reclaman los de FECODE aun cuando no logran que los alumnos
obtengan mejores resultados en las pruebas SABER o en las pruebas PISA, mejor educación reclaman los estudiantes eternos que pueden durar más de una
década disfrutando de cupos en las universidades públicas sin terminar ninguna carrera. No obstante, enfoquémonos en los reclamos justos y válidos de los manifestantes que reclamamos sin capuchas, de los
que reclamamos sin vandalismo, de los que reconocemos que los problemas actuales son el resultado de décadas de
despreocupación, corrupción y abandono de los Gobiernos, de los que no nos sentimos representados ni por el comité del paro ni por los incendiarios que poco contribuyen al diálogo o al consenso.
El gobierno del Presidente Duque esgrime con confianza el argumento de haber
asignado más de 4,5 billones de pesos para el sector educación durante el cuatrienio y
haber aprobado para el 2020 el presupuesto más alto de la historia para dicho sector, pasando de los 38,5 billones en 2019 a 44,1 billones en el 2020, un aumento de 6,41% y de 11% en comparación con el año 2018; un logro importante, sin embargo, se hace
insuficiente ante los enormes retos que enfrenta el sector.
Uno de estos retos es precisamente el que despierta el clamor de los manifestantes: mejorar la educación superior pública. La cobertura actualmente en educación superior no supera el 53%, la meta de alcanzar el 75% en 2025 luce bastante lejana, no sólo en tiempo sino en posibilidades, como tampoco parece lograble la meta propuesta de llegar al 60% en el presente cuatrienio, de hecho, según información del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior el número de matriculados se redujo en un 7% del 2017 al 2018, adicionalmente la deserción por cohorte según datos del Departamento Nacional de Planeación, fue en el 2016 del 45,1%; en cuanto a graduandos, de cada 100 estudiantes que empezaron una carrera, sólo 37 la terminaron.
Una de las principales dificultades radica en que, aunque el Sistema Universitario Estatal se compone de 32 universidades, 9 departamentos carecen de establecimientos de educación superior, pareciera un indicador desestimable, pero se explica mejor al evidenciar que para dos enormes regiones del país, la Amazonía y la Orinoquía, que suman entre las dos el 77% del territorio nacional, con amplios terrenos cultivables e importantes zonas de conservación, existe una sola universidad pública, la Universidad de Los Llanos, ubicada en Villavicencio en el Departamento Meta, la cual apenas alcanza un 0,97% de participación en la cobertura nacional. La desigualdad, la inequidad y el abandono se pueden medir con la participación de las universidades estatales en la cobertura, la única universidad que está por debajo de la Universidad de Los Llanos, es la Universidad del Pacífico (0,42%) que se encuentra ubicada en Buenaventura.
Un dato adicional: tan sólo el 57% de los municipios del país tienen al menos un estudiante matriculado en educación superior. Como agravante está que solamente el 47% de los programas académicos acreditables de la Universidad de Los Llanos están acreditados como de alta calidad, pero la problemática es mayor, según datos del Departamento Nacional de Planeación sólo 38 de cada 100 estudiantes que ingresan a la educación superior en el país acceden a instituciones y programas acreditados como de alta calidad. Esta es una de las razones por las cuales, expertos explican, se ha reducido la tasa de estudiantes matriculados, ya que el ICETEX, acertadamente, otorgó créditos sólo para las instituciones de educación superior acreditadas.
Se pensaría que la solución es aumentar los incentivos para el programa Ser Pilo Paga, nada más lejos de la realidad, sin querer profundizar en los graves problemas de este programa se puede afirmar que, con el costo de un beneficiario, se podrían generar 3 nuevos cupos en universidades públicas. Muchos apuntarán que la crítica siempre va a ser la calidad de la educación pública, pero es de resaltar que 10 de las mejores 20 universidades del país son del Sistema Universitario Estatal, 2 de las cuales están dentro de las mejores 20 de Latinoamérica, de modo que ofrecer educación superior pública de calidad, no sólo es posible, sino que ya es una realidad que requiere ser replicada para ser extendida.
Las Universidades del Pacifico y de Los Llanos podrían ocupar un lugar igual de relevante, si se aprovechara adecuadamente su potencial. En el caso de la Universidad de Los Llanos, su ubicación no puede ser mejor, Villavicencio a pesar de ser una ciudad intermedia con cerca de medio millón de habitantes, es el centro comercial más importante de los Llanos Orientales. Meta es el segundo departamento con mayor PIB per cápita y aunque su participación en el PIB nacional no es de las mayores, es sobradamente el departamento que más regalías percibe; su ubicación geográfica no sólo lo hace importante para la Orinoquía y la Amazonía sino también para la región central (Bogotá, Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Meta).
Villavicencio del mismo modo en que es un paso obligado para insumos y alimentos, también podría ser anfitrión de una comunidad académica diversa, su creciente desarrollo urbano podría dar lugar al establecimiento de campus universitarios y zonas de investigación agroindustrial y ambiental, además de tener uno de los costos de vida más bajos del país.
Con esos antecedentes y en el contexto del actual paro nacional, propongo al presidente Duque y a su gobierno, como solución al requerimiento ciudadano de una mejor educación superior, de calidad e incluyente, la creación de un nodo universitario y de investigación que tenga centro en Villavicencio, fortaleciendo en todos los aspectos la Universidad de Los Llanos al punto de poderla llevar al nivel de la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia, centrándose en áreas de conocimiento fundamentales para el país, tales como Agronomía, Veterinaria, Economía, Administración, Ingenierías,
Biología, Genética, Deportes, etc. Pero no basta con fortalecer la Universidad de Los
Llanos, tiene que crearse un nodo que compita con Bogotá como centro académico, con sedes también de universidades privadas que contribuyan con una red académica y de investigación, enfocada en el desarrollo agropecuario del país, en el aprovechamiento de los terrenos cultivables, la materialización de la vocación tantas veces proclamada por la FAO, y la protección de los ecosistemas y la diversidad de nuestro país.
Tuve la oportunidad de plantear esta idea en el encuentro de la Conversación Nacional en la Mesa de Crecimiento con Equidad, que se llevó a cabo el 9 de diciembre. Ojalá el Gobierno escuche, ojalá Duque escuche.
*Columnista invitado del Tanque de Pensamiento Al Centro.