Por: Doreidys Escorcia

Desde que iniciamos a escuchar que el virus llegó al mundo, hemos comenzado a experimentar situaciones de las cuales no estábamos preparados y nos hemos ido adaptando poco a poco a la nueva civilización, donde el contacto ha pasado al segundo plano y los metros de distancia se han convertido en lo mas común. Hoy las instituciones educativas son un ejemplo vivo de esas experimentaciones, la mayoría de sus currículos no tenían incluida la necesidad de la virtualidad abordando los procesos pedagógicos desde allí, y digo la mayoría porque antes de pandemia la virtualidad en Colombia solo tenia entre 15 o 20 años y empezó con algunas universidades que fueron pioneras como el Politécnico Grancolombiano; en los últimos reportes del periódico El Tiempo afirman que antes del coronavirus el 10 por ciento de los estudiantes estaban en modalidad virtual, es decir, más de 200.000 alumnos. 

Esto, nos deja claro el panorama de que eran pocas las instituciones que manejaban la virtualidad dentro del currículo, lo que nos hace establecer el siguiente interrogante: ¿Cómo replantear los currículos en Colombia incluyendo el pensamiento computacional desde el preescolar?

No es una idea loca, hoy todas las instituciones para seguir al pie de lucha han flexibilizado su currículo, los espacios y aprender de la virtualidad desde todos sentidos, conocer estrategias nuevas, la incorporación de las TIC en los procesos de aprendizajes y reflexionar como aprende el estudiante desde la distancia. 

Hay que tener claro, que la interacción por si sola del educando con relación a la virtualidad no nos legitima la modificación significativa de sus estructuras cognitivas, pues hay que tener conciencia que con las TICS podemos hacer que nuestros estudiantes, creen, diseñen, transformen, solucionen situaciones, critiquen y tengan lecciones aprendidas, pero esto no se daría sino se hace un buen acompañamiento como maestro mediador.

Entonces tendríamos que pensar en el perfil del maestro virtual, que quizás el reto es mayor, porque la mediación pedagógica iniciaría teniendo en cuenta que los contenidos programáticos sean producto de una construcción del sentido de las cosas, no buscar una memorización, sino por el contrario, acompañar consiente y deliberadamente el cambio educativo desde el dominio epistemológico, habilidades, actividades didácticas y habilidades comunicativas y tecnológicas.

Es así, que preconcebir un nuevo currículo donde la virtualidad sea ese punto de equilibrio es una urgencia, y considero que debe contener dentro de tantas cosas, técnicas y estrategias de estudio metacognitivos, integrar el uso de las herramientas LMS, propiciar el uso correcto de plataformas educativas, incluir una metodología integradora que contemple procesos investigación basado en el uso correcto del internet, incluir el pensamiento computacional como eje, seguido a demás, de formación a los maestros, padres y aprendientes.

Desde esta visión, hay que considerar 5 ítems que se deben tener en cuenta para definir el diseño curricular de un entorno virtual:

  1. Modelo pedagógico: determinar aspectos relacionados a la naturaleza institucional, interdisciplinariedad, multidisiplinariedad y pensamiento computacional.
  2. Pedagogía: incluye estrategias didácticas trasversales con una plataforma accesible y acorde al modelo educativo.
  3. Enfoque: constructivista – humanista – cognitivo con enfoque tecnológico coherente con la alfabetización digital y la legislación educativa como apoyo a los procesos aprendizaje.
  4. Infraestructura: Disponer de plataformas educativas dinámicas atractivas para los educandos.
  5. Perfil del estudiante: Debe Delimitar sus estrategias de aprendizaje con capacidad para autoevaluarse, autorregularse, autocriticarse y autoreflexionar.

Los elementos anteriormente descritos, proporcionan una idea de como empezar a diseñar un nuevo currículo, sin embargo, hay que  advertir que para que esto se dé, hay que tener en cuenta las necesidades del contexto, voluntad gerencial y recursos para abordar de manera conjunta los componentes educativos virtuales necesarios.

Es de allí, que he evidenciado como en muchas instituciones ya sean del orden preescolar, básica, media o superior como han mejorado su practica flexibilizando sus actividades de clase desde la virtualidad, pero que tan cierto es que ya en su evaluación institucional revisaron el tema curricular y lo comenzaron a mejorar, cual será la meta a corto, mediano y/o largo plazo y… ¿si volvemos al confinamiento? Ya tienen el plan b o c. Hay que poner la 10 para que al iniciar el 2021 no nos agarre con las manos en la cabeza. 

Por tanto, la tarea inmediata es comenzar a promover un aprendizaje virtual centrado en el aprendiente, una efectiva comunicación de tipo asertiva, suscitando actitudes, habilidades y manejo de la inteligencia emocional desde el plan de estudio pensando en nuevos proyecto que sean atractivos y que cubra tanto necesidades e intereses.

 

*Miembro Dirección de Educación

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