Por: María Camila Herrera
La crisis sanitaria generada por el COVID 19 ha traído tanto consecuencias negativas para la salud como nefastos efectos en la economía generando la necesidad de iniciar una extensa lluvia de ideas para reactivar la producción, además de aquellas que ya han sido propuestas por el gobierno. Para esto serán esenciales iniciativas de todos los sectores de la sociedad, y el actor llamado a dar ejemplo en esta oportunidad, si no en todas, debe ser el Estado. Este debe realzar su liderazgo ahora más que nunca y proponer una agenda de políticas públicas al estilo del New Deal de Franklin D. Roosevelt con el objetivo de contribuir de la mano de reformas, leyes, programas de inversión pública, y a través de la intervención inteligente en los sectores más débiles.
Una de las alternativas mediante las cuales el Estado puede inyectar recursos de forma directa en la economía, que no solo tengan como fin la eventual recuperación de esta, sino que busquen el crecimiento de la misma a nivel nacional. Es decir, mediante la cual el Estado no solo logre la recuperación del comercio, sino que después de la “nueva normalidad” el país crezca económicamente para superar las pérdidas que ha dejado la crisis, es la contratación estatal. Esta es fundamental para lograr los fines esenciales del Estado y representa una parte importante de la economía del país debido al peso que tiene con relación al PIB y al gasto del gobierno. Solo en Colombia, según Fedesarrollo, la contratación pública corresponde al 12,5% del PIB y al 35,7% del gasto público.
Estos porcentajes de por sí ya son bastante altos, lo cual resalta su importancia. Al incrementarlos estamos aportando directamente recursos a la economía dando lugar al crecimiento de la vida productiva del país. A su vez, es una de las formas en las que es posible combatir la recesión económica, siendo muy cuidadosos con fenómenos como la inflación o el déficit fiscal. El Fondo Monetario Internacional elabora recomendaciones en la misma línea, pues exhorta al gobierno nacional a aumentar el gasto público para compensar la recesión actual. Una herramienta ideal para que esto suceda durante la crisis es la propia contratación pública, pues mediante el incremento del gasto permite que el Estado como actor económico sea un gran generador de empleo y actúe como una fuente de ingresos y crecimiento para las empresas colombianas.
Siendo así, es fundamental que los procesos de contratación relacionados con toda clase de obras y proyectos inicien tan pronto como sea posible, pues esta actividad está actualmente limitada y dirigida a priorizar la adquisición de bienes y servicios relacionados con la mitigación de la pandemia. Si bien debe mantenerse como prioridad la satisfacción de las necesidades que surgen de la crisis, no puede dejarse de lado la importancia de reactivar la economía en todos los sectores del comercio para superar las dificultades que prevén múltiples estudios en un futuro muy próximo, entre las que están la pobreza extrema y el incremento del desempleo.
La tramitación de nuevos contratos que no estén relacionados con la urgencia manifiesta es completamente posible a través de la celebración de audiencias públicas virtuales que permitan mantener el mercado de compras estatales; y mediante el uso de la plataforma del Sistema Electrónico para la Contratación Pública. Las entidades del sector público deben estimular estos procesos y agilizar la celebración de nuevos contratos que puedan ser ejecutados en un futuro cercano. Pues, aunque las medidas tomadas por el decreto legislativo número 440 de 2020, a través del cual se modifican leyes en temas contractuales, incluyen la no paralización de los pagos a contratistas, la contratación directa para la adquisición de bienes y servicios relacionados con la pandemia, el aumento presupuestal de las compras directas en grandes superficies, la contratación por urgencia manifiesta, y demás; estas no estimulan nuevas contrataciones que impulsen la economía por proyectos u obras no relacionados con la pandemia.
Si nuestro fin es superar la crisis económica, desde ya es primordial tomar las medidas necesarias. La contratación estatal es una herramienta ideal y por lo tanto es imprescindible que se elimine toda limitación a la tramitación de nuevos contratos públicos no relacionados con la pandemia y que se fomente el inicio de nuevos procesos en todos los sectores a partir de las plataformas tecnológicas existentes. Así podrá iniciar el proceso de ejecución de estos, que dará lugar a una etapa de reactivación en la economía liderada por el Estado.
*Miembro Dirección de Contratación Pública