Por: Daniela Rodríguez
En estos meses de confinamiento por el COVID-19, hemos visto una reducción significativa de contaminantes en el medio ambiente, videos de cielos despejados y mares libres de la contaminación habitual e imágenes de animales silvestres merodeando en zonas urbanas y playas turísticas. El descenso de emisiones por la disminución de la producción industrial y el transporte aéreo y terrestre nos han llevado a pensar que el gran beneficiario de esta pandemia ha sido el medio ambiente. Sin embargo, la realidad es que esta crisis podría ser muy perjudicial en la lucha contra el cambio climático y está teniendo efectos devastadores en la conservación de ecosistemas. El impacto real y a largo plazo aún está por verse y en gran medida dependerá de la forma en la que los países decidan reabrir y reactivar las economías y su capacidad para continuar garantizando la protección de ecosistemas durante una pandemia que no tiene un fin a la vista.
Datos y análisis recopilados por organizaciones internacionales como Global Carbon Project, Center for International Climate Research e Independent Commodity Inteligence Services, entre muchas otras, indican una caída en las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto al año pasado. Por ejemplo, para el mes de marzo se detectó mediante satélites de la NASA una disminución entre el 20 y 30% de emisiones de dióxido de nitrógeno en Italia, China y Estados Unidos. No obstante, expertos coinciden en que la mejora de la calidad del aire solo es temporal y tendrá un impacto mínimo a largo plazo en el nivel de CO2 en la atmosfera, la principal causa del cambio climático. De hecho, el país asiático ya está dentro del rango normal de emisiones sólo unos meses después del pico en el brote de coronavirus. Según investigaciones del Breakthrough Institute en California, se estima que la disminución de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial estará alrededor del 5% para el 2020. Es importante resaltar que para cumplir con lo pactado en el acuerdo de París y limitar el calentamiento global a menos de 1,5ºC para el 2.030 se requiere una reducción sostenida del 7,6% de emisiones de CO2 año tras año, no caídas temporales con efectos económicos devastadores como los de la crisis actual. Mientras tanto, eventos internacionales como la cumbre climática de la ONU se han postergado generando gran incertidumbre sobre la agenda climática a nivel global.
Adicionalmente, la falta de atención de las autoridades y el afán por reactivar la economía ha dilatado el cumplimento de normas y compromisos ambientales. En Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental anunció que para ayudar a la industria en estos tiempos de crisis, suspendería la mayoría de las actividades de control de normas ambientales. Así mismo, durante las tres primeras semanas de marzo, China aprobó la operación de más plantas impulsadas por carbón a lo que aprobó en todo el año 2019. De igual manera, en la Amazonia brasileña la pandemia ha dilatado la aplicación del código forestal de Brasil y la crisis está siendo utilizada como una excusa para reducir las restricciones de la regulación ambiental, lo que ha resultado en altas tasas de deforestación 55% más respecto al mismo periodo del año pasado. La minería ilegal, el tráfico de especies y la deforestación, siguen creciendo en los bosques tropicales en los que han disminuído las alternativas de subsistencia cómo el ecoturismo.
Sumado a esto, la crisis sanitaria por el COVID-19 ha generado toneladas de desechos a nivel mundial. Los residuos hospitalarios han incrementado de forma exponencial, restos de guantes desechables, máscaras, botellas de desinfectante y otros elementos de protección personal se ven ahora en las calles de las ciudades y han llegado hasta los fondos marinos. Según la ONU, cada año llegan a los océanos aproximadamente 13 millones de toneladas de plástico. Conservacionistas han advertido que esta cifra puede crecer sustancialmente mientras los países en todo el mundo enfrentan la pandemia, lo cual representa una fuerte amenaza para la vida y los ecosistemas marinos. De acuerdo con el Banco Mundial, algunos países como Estados Unidos, Tailandia y China han relajado medidas que buscan desestimular el uso de plástico. En varios estados del país norteamericano se retrasó la aplicación de leyes dirigidas a disminuir los plásticos de un solo uso como bolsas, utensilios de plástico y recipientes para alimentos hechos de poliestireno, después de que el Departamento de Salud y Servicios Humanos declarara que los plásticos de un solo uso correspondían a la opción más sanitaria en el manejo de la pandemia.
Sin embargo, construir un futuro bajo en carbono y positivo en el largo plazo para los seres humanos y el planeta depende de las decisiones que aún están sobre la mesa. La pandemia representa una oportunidad sin precedentes para fomentar una economía sostenible, por ejemplo, impulsando tecnologías limpias a través de los paquetes de estímulos económicos. La Comisión Europea, líder en esta dirección, propuso un modelo de inversión estratégica que se centra en energías renovables y en tecnologías de almacenamiento e infraestructura sostenible. Sólo en el caso de Alemania, el presupuesto de recuperación es de 130 mil millones de euros, enfocados en impulsar industrias y tecnologías amigables con el medio ambiente y en reducir el uso de combustibles fósiles. Estamos en un punto de inflexión y el impacto real de la pandemia sobre el medio ambiente dependerá de tomar decisiones que mejoren a la vez la economía, nuestra salud y la del planeta.
*Miembro dirección de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible
https://e360.yale.edu/features/coronavirus-holds-key-lessons-on-how-to-fight-climate-change
https://e360.yale.edu/features/after-the-coronavirus-two-sharply-divergent-paths-on-climate
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52596472
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/planeta-principal-beneficiado-por-coronavirus_15325
https://thebogotapost.com/waste-in-the-times-of-covid-19/46736/
https://sgerendask.com/que-pasaria-si-no-se-cumplen-los-acuerdos-logrados-en-la-cop21/
https://thebreakthrough.org/issues/energy/covid-co2-drop
https://thebreakthrough.org/issues/energy/covid-19-climate
https://thebreakthrough.org/issues/energy/its-the-economy-stupid
https://www.euronews.com/2020/05/12/will-plastic-pollution-get-worse-after-the-covid-19-pandemic
https://www.theregreview.org/2020/05/11/morath-match-between-covid-19-plastic-bags/
*Miembro Dirección de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible