Por: Gabriel Cifuentes y Laura Herrera
@Gabocifuentes @Laura_herrera
Estamos a menos de un mes de las elecciones locales. Por estos días algunas campañas están dando brincos y otras entraron en estado de alerta y empezaron a redefinir estrategias como consecuencia de los resultados que han arrojado las encuestas en las principales ciudades del país.
Las encuestas electorales son una herramienta poderosísima para influir en la decisión final del votante, incluso, pueden llegar a tener mayores efectos persuasivos en comparación con las activaciones de una campaña política. Las encuestas realmente orientan el voto de los ciudadanos, son armas electorales, por eso su trato debe darse de la manera más delicada y responsable tanto en su metodología como en su interpretación.
Su importancia radica en que pueden dirigir el voto: hay ciudadanos que votan por el candidato que va encabezando las encuestas para sentir que su decisión es ganadora. En otros casos, las encuestas permiten tomar la decisión de optar por el voto útil, es decir votar basándose en el miedo de que gane determinado candidato y votar por quien tiene más posibilidades de vencerlo, así no sea su opción favorita.
Otro elemento que merece ser destacado, es que esta clase de mediciones pueden ser el reflejo del sentimiento de los ciudadanos frente a los candidatos y sus campañas. Además de ser elementos claves para la definición del voto, son también un termómetro social en el marco de los procesos electorales.
A pesar de que las encuestas son una fotografía de un momento muy particular, cuyo resultado, lejos de ser definitivo, está condicionado tanto por las coyunturas específicas en las que se realizan, así como también la metodología de medición, hay elementos importantes que pueden ser tenidos en cuenta en el análisis político. Es así que, por ejemplo, en el caso de Bogotá, hay una serie de conclusiones claras que se pueden desprender de las últimas encuestas publicadas, a saber:
- Claudia López ha perdido el liderazgo claro con el que contaba al inicio de la contienda y ha cedido terreno frente a los demás candidatos;
- El número de indecisos y de personas que optarían por el voto en blanco ha disminuido, estos electores se han ido decantando en tres candidatos: Galán, Uribe Turbay y Morris;
- La imagen negativa de ciertos candidatos, en particular la de Claudia López, está haciendo que llegue a su techo electoral, lo cual limita enormemente su posibilidad de aumentar el número de apoyos y paralelamente, por efecto del voto útil, aumenta las posibilidades de Galán, especialmente, de tener serias opciones de luchar por la alcaldía;
- Así sea de manera paulatina, se van ya identificando los dos candidatos que disputarán el palacio Liévano (López y Galán), y eso tendrá un efecto enorme en indecisos y en general en los electores de Uribe y Morris que, en uso del voto útil, optarán por la opción de López o de Galán, aumentando así las diferencias entre los punteros y los coleros;
- El electorado está castigando la polarización y premia la independencia. Las narrativas de odio y los constantes ataques personales, típicas de las estructuras partidistas, están pasando factura de cobro.
- Finalmente, un hecho cierto es que Bogotá seguirá repitiendo su historia y el alcalde o alcaldesa resultará elegido con menos del 35% de la votación total, situación que se reflejará también en el Concejo con una sola consecuencia: una gobernabilidad precaria que obligará a hacer acuerdos políticos para poder avanzar cualquier programa de gobierno.
No obstante lo anterior, la carrera hacia la alcaldía está aún abierta. Falta ver en estas últimas semanas cómo los candidatos harán uso del arsenal publicitario, así como también del apoyo de figuras del orden nacional (Mockus, Fajardo, Uribe, Vargas, Petro).
Desde AlCentro hacemos un llamado para que, al momento de analizar las encuestas y sus resultados, este ejercicio se haga con el mayor grado de transparencia y responsabilidad, justamente por lo anotado anteriormente, es decir, porque a estas alturas de la campaña la percepción producto de las encuestas es un factor determinante en la decisión de los electores.
También, resaltamos los esfuerzos de las encuestadoras que ayudan a combatir el fenómeno de las fake news, desmintiendo todas aquellas piezas gráficas falsas que de manera malintencionada quieren orientar el voto de los electores.
Así las cosas, y sin desconocer su valor, las encuestas deben ser tenidas en cuenta con moderado optimismo. Ya hemos visto en elecciones anteriores las pifias de ciertas encuestadoras y los graves efectos que esto puede tener en el resultado final de una contienda. Por ahora, por lo menos en Bogotá, la campaña esta abierta.
- Director de Seguridad y Justicia y Directora de Comunicación Política del Tanque de Pensamiento Al Centro, respectivamente.