Claves para que su idea de negocio sea exitosa
Por: Héctor Manrique
Por: Maria Paula Velandia
Con la fragmentación de la Unión Soviética y los conflictos étnicos que habían sido congelados, la región del Sur del Cáucaso eliminó la previa unificación en sus factores energéticos. La guerra de Nagorno Karabaj impidió a Azerbaiyán de usar el petróleo como recurso y, a su vez, Armenia tuvo un recorte temporal por parte de Rusia por resultado de las guerras civiles en Georgia, de acuerdo a EVN Report.
Desde el 27 de septiembre de este año, la situación en la región del Cáucaso ha escalado más de lo que se había visto desde 1994 con el fin de la Guerra del Alto de Karabaj. El conflicto se pasma después de haber sido sometido a la decisión de Joseph Stalin de darle el territorio de Nagorno-Karabaj (una región habitada en su mayoría por Armenios) a Azerbaiyán. Esto es algo que Latinoamérica no es ajeno y, si se ve en paralelo con recursos como el agua, puede causar muchos más problemas de seguridad regional.
Azerbaiyán se volvió autosuficiente en las reservas de petróleo empezando a exportar sus recursos energéticos con Georgia. Armenia, por otro lado, ha sido excluido de la integración regional debido a su economía netamente agrícola. De esta forma, y por las malas relaciones diplomáticas con Turquía, se ha prevenido a Ereván de involucrarse en el tráfico de recursos energéticos del Caspio.
Es por esto que actores como Rusia, Turquía e Irán presentan importantes intereses en controlar la región y el paso de sus recursos para expandir sus oleoductos y gaseoductos. Un conflicto en la región podría determinar quién termina teniendo dominio de rutas y el paso de estas, ¿no?
Adelantémonos a 2020 en donde, Azerbaiyán y Turquía siguen en camino a consolidar una relación de décadas por medio de venta de armas y ejercicios militares. Por su parte, Armenia cobijado por Rusia por medio de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), se siente más seguro frente a una posibilidad de conflicto en la región de Nagorno-Karabaj. La tensa relación entre Armenia y Azerbaiyán se mantuvo estancada hasta que hace poco el gobierno de Turquía expresó su apoyo al régimen de Ilham Aliyev y su misión “por acabar con la ocupación de Armenia en Nagorno Karabaj”.
En este sentido, pareciera que, en el juego de poderes en el cosmos regional e internacional, los intereses político-económicos se entrelazan fuertemente con la presencia de ciertos recursos naturales. Dicho esto ¿en qué se asemeja el problema de Nagorno-Karabaj con América Latina? Primero que todo, no es desconocido que las intenciones de grandes potencias han intervenido en la esfera política Latinoamericana por décadas. Segundo, a pesar de no ser una región tan rica en recursos energéticos, contamos con la posibilidad de posicionarnos debido a uno de los recursos más necesitados en el mundo: el agua.
Los recursos naturales en las últimas décadas se han consolidado como medios de control para las potencias regionales y extra-regionales. En el siglo que vivimos, el petróleo y el gas lideran los mercados y las necesidades geopolíticas de los gobiernos más importantes del mundo. Aún así, sabemos que estos son recursos que en unos cuantos años no tendrán la misma demanda debido a los avances tecnológicos en la búsqueda de energía limpia.
El agua, por otro lado, es un recurso que la humanidad necesita y necesitará aún más en un futuro donde el calentamiento global afecta cada rincón del planeta. La geopolítica y como se maneja la estabilidad (o la ausencia de esta) en las regiones es necesaria para garantizar el acceso al mejor precio. Esto hace que los lugares que los posean en mayor abundancia tiendan a caer en un juego peligroso.
El informe de We Are Water llama a cuidar el recurso. América Latina está bendecida con abundancia de agua dulce. La región contiene cuatro de los 25 ríos más grandes del mundo, el Amazonas, Paraná, Orinoco y Magdalena. Si en unos años el agua se convierte en uno de los recursos más apetecidos en el mundo debido a su escasez, la posibilidad de que haya una mayor injerencia por parte de potencias con intereses en adquirirlo aumenta.
La escasez de agua que el mundo enfrentará ha desatado desde ya el análisis sobre la “hidro-política”. La BBC que mencionan que se espera que la demanda de agua aumente un 55% entre 2000 y 2050. En el próximo siglo, en términos de su valor como recurso global, se ha descrito como el próximo petróleo.
Teniendo esto en cuenta, siendo una región con posiciones políticas tan diferentes, América Latina presenta un reto para países con regímenes encontrados con China y Estados Unidos. Debemos ser consientes del potencial que tenemos y, asimismo, debemos ser consientes de lo que representa.
El agua en 2050 en América Latina vs el petróleo en 2020 en el Cáucaso tiene mucho en común: su valor a la economía de los grandes ventrílocuos. Los países de regiones en desarrollo somos las marionetas acomodándonos a sus intereses. Tal vez un estatus quo no es la solución que pueda traducirse de que esta pasando en Nagorno-Karabaj a lo que puede pasar aquí en 30 años, pero tal vez desestabilizarnos puede ser mas fácil. Esto significa un problema de seguridad regional que se debe considerar a futuro.
Leemos sobre los conflictos en Medio Oriente, en África o en el Cáucaso y pensamos que no es posible que algo así llegue a nuestro vecindario. Pero la realidad es que debemos ver el agua como un recurso que más adelante nos va a posicionar a nivel internacional como una región rica. Aún así, debemos ser consientes que esa riqueza no llega sola. Actualmente, nuestros mandatarios no le han dado la importancia necesaria a la protección y a la administración del recurso. La realidad es que la humanidad está agotando sus recursos y la escasez de los estos van a convertirse en un problema para los países donde existe mayor abundancia.
*Miembro Dirección de Seguridad y Justicia
Por: Daniel Valencia
Independientemente del resultado de las elecciones en los Estados Unidos (al momento de escribir estas notas estaban casi decididas en favor de Biden) y a pesar de las intenciones de Trump de deslegitimar a las mismas instituciones que le confiaron la presidencia en 2016, es oportuno pensar en la profunda división que surge entre los votantes urbanos (más demócratas) y los rurales o de condados menos poblados (más republicanos), debiendo el Partido Demócrata determinar las fallas en su estrategia que le impidieron llegar a esas zonas alejadas de los centros más poblados del país, especialmente, en los estados clave de la elección, lo que retardó más de la cuenta la obtención de los delegados del colegio electoral necesarios para ganar, veamos algunos ejemplos:
Texas (R):
En este estado tradicionalmente republicano, Biden ganó en los principales centros urbanos, que cuentan con alta influencia latina, como Houston, Dallas, Austin y San Antonio, sin embargo, Trump compensó la diferencia con los condados alejados.
Fuente: https://www.nytimes.com/
Ohio (R):
Al igual que Texas, Biden ganó con fuerza en Columbus, Cleveland y Cincinnati lo que le permitió llevar la delantera en buena parte de la elección, pero Trump finalmente se llevó el estado.
Fuente: https://www.nytimes.com/
Michigan (D):
Biden remontó y ganó el estado con los votos por correo de la ciudad más grande, Detroit. Por el contrario, Trump arrasó en los condados retirados.
Fuente: https://www.nytimes.com/
Pensilvania (Por Definir):
Fuente: https://www.nytimes.com/
Se observa un fuerte impulso a favor de Biden a medida que avanzan el conteo en Filadelfia y Pittsburg, a diferencia de la parte menos poblada del estado, totalmente roja.
Sin duda, en febrero, el Partido Demócrata inició la campaña absolutamente dividido, con un amplio espectro, conformado por hasta 27 candidatos, entre los sectores radical y pragmático, resultando elegido un integrante del último, que representaba todo lo que los electores rechazaron en 2016, la clase política tradicional personificada en un hombre blanco con más de 42 años en la vida pública, eso y su falta de carisma, no auguraban buenas perspectivas. Además, durante la campaña, el discurso demócrata se concentró en temas controversiales para los habitantes de las grandes urbes de los estados, tales como la inmigración, la discriminación racial y por supuesto la gestión del Coronavirus, respecto de los cuales coincido en su trascendencia para la sociedad, sin embargo, si los demócratas pretendían tener una victoria holgada, debieron implementar una estrategia que también escuchara y planteara soluciones a esa gran parte de la población que se resiste a votarlos, lo cual se evidencia en las pocas intervenciones en las que se escuchó a Biden presentar sus planes para la generación de empleo o incentivar las inversiones en el país, cayendo en la arena de la división planteada por Donald Trump, lo que le impidió advertir y combatir la gran inconformidad de este sector de la población, la cual se manifiesta en el apoyo ciego a quien representa lo opuesto a la clase política tradicional y que vende una imagen de administrador eficaz y de defensa irrefutable del país, más allá de lo cuestionable de sus formas para lograr los objetivos, como podemos verlo en sus medidas de defensa comercial.
Enhorabuena, las intervenciones de Biden durante la jornada electoral respecto a la búsqueda de unir a los Estados Unidos y ser el Presidente de todos los votantes, en caso de que se confirme su elección, sería el inicio de una ardua tarea para, además de curar la profunda polarización, buscar como solucionar ese desconcierto de quienes encontraban en el populismo la solución a sus problemas, lo cual es una oportunidad para incentivar el pensamiento critico en esos lugares, que busque migrar a decisiones más informadas por parte de estos electores que, sin importar la posición ideológica, bloqueen el paso a los tan famosos hechos alternativos. En el exvicepresidente y su eventual administración, queda la capacidad de evitar el regreso de este peligro al 1600 de la Avenida Pensilvania.
Nota: Espero que sea el inicio de un nuevo escenario global, con un liderazgo fuerte pero conciliador de los Estados Unidos, que promueva la lucha contra el cambio climático, el regreso al multilateralismo y en el que ojalá no le salga muy caro a Colombia el abandono de la relación bipartidista, para que podamos continuar atrayendo inversión y busquemos alternativas para el regreso de la democracia a Venezuela, espero que más efectiva y menos peligrosa para nuestro País.
*Miembro Dirección de Empresa, Industria y Competitividad
Por: Sofía Salas
Ayer a las 11 de la noche, la plenaria de la Cámara de Representantes votó para archivar el proyecto de Reforma Política presentado por José Daniel López y otros congresistas, que incluía medidas de paridad (50-50) y alternancia (listas cremalleras) para asegurar una representación equitativa de las mujeres en el Congreso. Con 91 votos a favor y 58 en contra, los congresistas decidieron archivar el proyecto en segundo debate.
Es sumamente preocupante que se archive un proyecto de tanta relevancia sin siquiera dar el debate en democracia o tener discusiones relevantes, que es lo que, en teoría, deben hacer los congresistas. Es aún más inquietante que el congreso esté tan desconectado de la ciudadanía y sea tan resistente al cambio. Un Congreso deslegitimado y desconectado dejó caer en dos semanas la financiación de la JEP, el proyecto de ley que regulaba el uso recreacional y adulto del cannabis y una reforma política que ofrecía una oportunidad excepcional para fortalecer la democracia, robustecer los partidos políticos y reconocer la deuda histórica de la política con las mujeres.
¿A qué le tienen tanto miedo los que archivaron el proyecto? ¿A abrir espacios y soltar poder? ¿A tener discusiones sobre cómo fortalecer la democracia? ¿A reformar las reglas? ¿A que las mujeres participen en política y tengan la representación que merecen? ¿A robustecer a los partidos y despersonalizar la política?
Se perdió esta batalla, pero la lucha por robustecer la democracia y lograr que más mujeres participen en espacios de toma de decisión debe seguir. Las mujeres somos el 52% de la población en Colombia, pero nuestra representación en cargos de elección popular es mínima: 12% Alcaldías, 6,25% Gobernaciones, 16,7% Concejos, 0,41% Asambleas y 19,6 % Congreso (Consejo Nacional Electoral). Los números están incluso muy por debajo de la cuota del 30% que determina la ley de cuotas. Los principios de paridad (50-50), alternancia (listas que alternan hombres y mujeres) y universalidad (aplicación a todos los espacios de toma de decisión) son indispensables para asegurar que la representación equitativa sea una realidad. Estos principios están contemplados en la Constitución del 91, pero hace falta aterrizarlos y hacerlos realidad.
No es la primera vez que los políticos se resisten a que las mujeres participen en espacios de poder. En 1954, las sufragistas liberales y conservadoras sumaron fuerzas para lograr el derecho al voto para las mujeres. Muchos hombres en ese entonces se resistían a la participación de las mujeres porque, según ellos, “sería el paso inicial en la transformación funesta de nuestras costumbres y en la pugna entre los sexos”. Entre los argumentos que han esbozado hombres y mujeres contra la paridad está que las mujeres tenemos que ganarnos las cosas por mérito o que la discriminación positiva también es discriminación.
Las mujeres no queremos nada regalado, queremos que se reconozcan las inequidades estructurales e históricas y las barreras que enfrentamos las mujeres para participar en igualdad de condiciones, como el acceso a recursos de los partidos o la violencia política que han experimentado 70% de las mujeres en política. Proyectos como la reforma política y o la reforma al código electoral que está en curso apuntan en esa dirección y movimientos como la campaña ciudadana PARIDAD YA ponen en evidencia que esta es una demanda inminente de la ciudadanía.
Nada asegura que tener más mujeres en el poder va a mejorar la situación de las mujeres en el país, pues tener cuerpo de mujer no es sinónimo de tener agendas de mujeres o agendas feministas. Sin embargo, la representación importa y puede cambiar las narrativas sobre el poder y sobre lo que hacen las personas que acceden a él, como lo explicó Jill Filipovic en las elecciones legislativas de 2018 en Estados Unidos. Las representantes Juanita Goebertus, Adriana Matiz, Maria Jose Pizarro y Angela Maria Robledo dieron ejemplo de esto en sus intervenciones en defensa de la reforma política.
Es una lástima que el miedo haya ganado esta batalla, pero la lucha debe seguir porque sin mujeres la democracia está incompleta. Una mayor representación será beneficioso para la sociedad en su conjunto y ayudará a robustecer la democracia.
*Directora de Género y Equidad
Por: Yira Pérez
Quiero iniciar aplaudiendo y proponiendo como ejemplo la iniciativa del diputado nacional de Argentina, Mario Arce, quien presentó ante la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca que se enseñen los derechos de los animales en los colegios, porque es crucial que las personas tomen conciencia desde pequeñas sobre la importancia que tiene el respeto por los seres vivos.
Iniciativas como esta, que ya se implementan en instituciones educativas como las de Aragón, España, entre otras del mundo, son fundamentales para que los niños se comporten responsablemente y tengamos adultos en el futuro conscientes a la hora de interactuar con los animales. Así que definitivamente, todo comienza con la educación y el ejemplo.
Tal vez ya sea hora de que en Colombia se incluya como parte fundamental de la academia el respeto y el amor por estos seres sintientes; con mucha más razón si analizamos las cifras que demuestran que en este país aún falta mucho para que las personas tomen conciencia frente al tema y seriamente: de acuerdo con información suministrada por el Instituto de Protección y Bienestar Animal, hasta agosto de 2020, han atendido más de 3.289 animales que sufrieron algún tipo de violencia.
Así mismo, algunos medios masivos divulgan a diario distintas formas de maltrato en contra de los animales, como es el caso de Aquiles, el perro que murió en las últimas horas luego de ser abusado sexualmente. Con estos actos tan atroces uno se permite pensar: ¿quién es más animal el hombre o el canino? Y ejemplos así son informados a diario, sin mayores sanciones ejemplarizantes por parte de las autoridades.
Por ejemplo, la fundación Amigos del Planeta denunció que las agresiones más crueles hacia las especies se producen en granjas y mataderos, así como las domésticas.
Los animales, al igual que nosotros, son seres sensibles al dolor y a la crueldad, con la diferencia de que ellos no pueden manifestar ni denunciar la injusticia de la que frecuentemente son víctimas. Por eso, quienes poseemos la facultad de discernimiento y conocemos la servidumbre del dolor tenemos el deber moral de luchar, de forma no violenta, para erradicarlo de la sociedad. Pero también necesitamos que las autoridades den mayor ejemplo de “castigo” y así mismo, que sea lo suficientemente difundido para que las personas se lo tomen en serio.
Para finalizar, vale la pena repasar la Declaración Universal de los Derechos del Animal, ya que allí se explica el porqué de su surgimiento y nos da el listado de derechos que se les deben reconocer y de los cuales se derivan todas las leyes federales, locales y reglamentos alrededor del mundo. Esta fue firmada en Londres, el 23 de septiembre de 1977 y proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional de los Derechos de los Animales, las Ligas Nacionales afiliadas y las personas que se asocian a ellas; además, fue aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y posteriormente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU); de ahí se puede partir tanto para endurecer las sanciones como para empezar a fortalecer la educación en busca de proteger a todos los animales. (Link: https://bit.ly/3258WLk).
*Miembro Dirección de Protección Animal