El totalitarismo de mi opinión

El totalitarismo de mi opinión

Por: German Dario Arias 

Eric Arthur Blair, mas conocido como George Orwell, fue un destacado periodista y escritor británico en cuya obra se destaca el rechazo a toda clase de regímenes totalitaristas, desde el imperialismo británico hasta el nacional socialismo alemán, el marxismo-leninismo de Stalin en Rusia y el fascismo español de los años 30. Si bien Orwel puede ser catalogado como un personaje de izquierda, especialmente por su participación en la guerra civil española, la realidad es que buena parte de su obra se centra en el rechazo hacia líderes políticos de todos los extremos cuyas intensiones implicaban el control de todas las ramas del estado, dada sus implicaciones relacionadas con la pérdida de libertadas civiles y el equilibrio del poder, entre otros muchos aspectos.

Una buena aproximación para entender los  riesgos de cualquier tipo de totalitarismo es el concepto de “Gran Hermano” creado por Orwell  en su novela 1984, a través del cual recrea a los protagonistas de este tipo de regímenes, quienes tienen la capacidad de controlarlo todo, con ojos en todas partes, incluso pasando por encima del derecho a la intimidad. En este mismo sentido también representa la extrema reverencia de sus seguidores y la sumisión de sus no seguidores a través del miedo, donde adicionalmente se castiga el pensamiento individual, dando paso a “verdades” colectivistas sin derecho al disenso o a la crítica.

Si bien esta fotografía es de hace más de 70 años, al parecer algunos de esos síntomas están regresando al siglo XXI, pero ahora ese totalitarismo no solo está siendo retomado por ciertos líderes mesiánicos sino también por cada uno de nosotros, quienes apoyados en el anonimato de las redes sociales queremos hacer valer nuestra opinión, o mejor, nuestros mensajes alienados hacia uno u otro bando, como la única verdad, donde no cabe otra posición, y donde todo aquel que no concuerde con ella, pues es un enemigo más. 

Es claro que uno de los grandes valores de la democracia es precisamente el poder opinar distinto, así algunos usen este derecho para insultar a lo demás, finalmente en la vida real la gente también se insulta solo que sin contar con el “megáfono” de una red Social.

La libre expresión también significa poder hablar libremente, poder discutir con mis compañeros, amigos y familia pero al mismo tiempo compartir un almuerzo en paz. Si embargo, es común ver como personas cercanas terminan alejados de por vida solo por opinar distinto, por hacer valer el totalitarismo de su opinión, donde no hay espacio para el disenso, donde hay un único extremo válido, por lo tanto o estás conmigo o estás contra mi. 

No nos damos cuenta de que el único ganador en medio de este caos es quien juega a ser el “gran hermano”, experto en comunicaciones, mercadeo digital y perfilamiento basado en algoritmos quien se aprovecha de nuestra poca profundidad para multiplicar sus ideas, porque además de ser fácilmente manipulables, nos convencimos de que el conocimiento se adquiere a través de 144 caracteres.

Estamos en medio de una realidad llena de arrogancia que algunos quieren disfrazar de humildad incomprendida pues también nos volvimos expertos en eufemismos, o mejor, en “lenguaje alternativo” tan usado en las redes sociales para aprovechar ese poco espacio que nos brindan y multiplicar opiniones presentadas como  verdades absolutas.

Lo importante en este mar de información no es decir la verdad, lo importante es que nos crean, que nos pongan tantos likes como sea posible y que como borregos, multipliquemos los mensajes,  con lo que, sin quererlo, complacemos al gran hermano.

La alienación a la que nos enfrentamos no es un tema menor, y es fácil de comprobar, basta con analizar nuestros grupos de amigos, seguidores y seguidos en las redes sociales, donde no es necesario ser un genio para descubrir que estamos mucho más cerca de aquellos que piensan como nosotros, porque entre otras cosas tenemos el poder para bloquear a todo aquel que no comparta nuestras creencias, y por tanto la única fuente de información es la que se parece a uno mismo……. y luego inteligentemente concluimos que solo existe una verdad posible….

El acceso a la información es el activo más valioso que nos brinda el desarrollo del internet, pero también puede ser la mayor maldición, especialmente porque parece que estamos olvidando que una de las bases del conocimiento radica en poder contrastar fuentes, en crear nuestra opinión escuchando todos los argumentos posibles, especialmente aquellos que retan los propios, pues esto nos obliga a profundizar, a usar nuestro cerebro para crear, y no solo para repetir como máquinas lo que otros quieren que creamos. 

No se trata entonces de creer o no creer, de pertenecer a un grupo o a otro, pues a pesar de todo, parafraseando la famosa sentencia de Winston Churchill,  la democracia sigue siendo el menos malo de todos los sistemas políticos, por lo tanto estamos en total libertad de creer en lo que queramos, sin embargo, si considero necesario repensar nuestro rol como ciudadanos, nuestra responsabilidad frente a amigos y contradictores, cuestión que no se logra pensando igual, así este sea el escenario perfecto para los regímenes totalitaristas, pero menos aun cortando de un solo tajo la posibilidad de escucharnos unos a otros, de usar la dialéctica como método de discusión, y por supuesto, de llegar a consensos a pesar de las diferencias, y no hacerle el juego a aquellos que solo construyen a partir del caos, aprovechando la ignorancia de todos nosotros que solo nos lleva a creer en el totalitarismo de nuestra opinión.

*Miembro Dirección de Tecnologías de la Información 

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La brecha digital en Colombia como una oportunidad

Por: Carlos Avilán 

Para las escuelas, las universidades que llevan a cabo cursos en línea, el personal que trabaja en casa e incluso para el personal de atención médica, el Internet es la respuesta a muchos problemas; entonces, ¿qué pasa con las millones de personas en el mundo que no tienen acceso a una conexión de internet?

El COVID-19 ha expuesto muchas desigualdades, entre estas la brecha digital, que no es solamente una de las más marcadas, sino también una de las más sorprendentes. Esta desigualdad es tan evidente que, incluso en los países desarrollados, el acceso a internet suele ser más bajo de lo que parece.

Por ejemplo, en Australia, la cifra de personas sin acceso a internet es del 13%; en Estados Unidos 21 millones de personas no tienen conexión de alta velocidad, lo que equivale a más del 6% de la población. En síntesis, incluso en los países más ricos del mundo, no todas las personas se pueden mantener conectadas mediante la web.

Si se revisan las cifras de la UNESCO, apenas un poco más de la mitad de la población (el 55%) tiene conexión a internet. Si comparamos los países desarrollados con los que no, el 87% está conectado en comparación con el 47% en los países en desarrollo, y solo 19% en los países menos desarrollados. En Colombia, 21,7 millones cuentan con acceso a una conexión, cerca del 43%. Este segmento se concentra principalmente en estratos 1 y 2.

En total, 3.700 millones de personas en el mundo no tienen acceso a internet, no solamente a causa de la falta de conexión, sino que también por los altos costos de los dispositivos tecnológicos. Las desventajas de esta desconexión es la falta de difusión de información de todo tipo y la exclusión del aprendizaje online (se estima que más de mil millones de niños en el mundo quedaron excluidos de sus clases en esta cuarentena). No importa que muchos profesores estén impartiendo sus clases diarias, muchos de estos niños simplemente no pueden participar.

En contraste, son muchas las ventajas que el mundo conectado ha traído a la población. Un estudio asegura que, por cada punto porcentual que aumentan los índices de conectividad, el PIB se incrementa entre 1,4% y 1,9%.

Trabajar en casa hoy en día es un imperativo. Sin embargo, como muestran las estadísticas, muy pocas personas pueden conectarse. Además, sin una conexión de banda ancha adecuada, las comunidades no pueden iniciar o administrar un negocio moderno, acceder a la telemedicina, tomar cursos en línea, transformar digitalmente su actividad agrícola o un investigar para realizar algún proyecto académico.

Las cifras para acceder a internet pasan de lo absurdo en algunos casos. Por ejemplo, en África subsahariana, un gigabyte de datos, suficiente para una actividad online en un día, cuesta casi un 40% del salario mensual promedio. Esto no solo es un problema de las naciones en desarrollo; por ejemplo, en Australia, casi un tercio de los hogares de menos recursos no tienen conexión a internet. En Colombia, el valor del internet es el segundo más caro de la región después de Brasil, con un costo promedio de US$9,22 y velocidad de descarga de 6,2 Mbps.

Colombia atraviesa diversas dificultades en el tema, siendo una de ellas el mal servicio de Internet. No obstante, en los últimos años se ha hecho un trabajo enorme para aumentar la conectividad (se ha multiplicado en los últimos cuatro años) y, aunque esta no sea la más rápida, puede ser la herramienta y la oportunidad necesaria para superar problemas, aprender, cultivar pasiones y mejorar salarios en las regiones más apartadas.

Son muchos los retos para asumir en esta materia, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (Mintic) de este gobierno se ha propuesto llevar Internet fijo a más de 342.000 hogares de estratos 1 y 2, distribuidos en 404 municipios del país. Uno de los retos que ahora se debe asumir es en el buen uso que se les den a estas conexiones, para que, de manera concreta y real, se mejore la calidad de vida de las personas y no sea simplemente una cifra más.

Referencias

https://theconversation.com/schools-are-moving-online-but-not-all-children-start-out-digitally-equal-134650

https://en.unesco.org/news/new-report-global-broadband-access-underscores-urgent-need-reach-half-world-still-unconnected

https://www.mintic.gov.co/portal/inicio/Sala-de-Prensa/MinTIC-en-los-Medios/100837:La-mitad-de-Colombia-no-tiene-internet

https://reliefweb.int/report/world/coronavirus-school-closures-mean-over-one-billion-children-and-youth-are-now-shut-out

https://mintic.gov.co/portal/inicio/Sala-de-Prensa/Noticias/125603:La-hoja-de-ruta-del-MinTIC-para-el-2020-conectividad-y-transformacion-digital

 

*Miembro Dirección de Tecnologías de la Información 

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El papel del regulador único en la cuarta Revolución Industrial en Colombia

El papel del regulador único en la cuarta Revolución Industrial en Colombia

Los invitamde a ver esta entrevista realizada por nuestro Director de Tecnologías de la Información; Juan José Ramírez, a Nicolás Silva; Comisionado de Regulación y Comunicaciones aquí:
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Una única fuente de verdad con múltiples interpretaciones

Por: German Arias

Existen 2 conceptos que debemos entender cuando queremos implantar un proyecto de Business Intelligence, “única Fuente de Verdad” y “múltiples versiones de la verdad” (SSOT y MVOT por sus siglas en ingles), lo que significa de una manera básica que en una organización cada dato debe tener una única fuente, sin embargo, cada área podrá interpretar este mismo dato de distinta forma dependiendo de sus objetivos e intereses, pero en un ambiente coordinado a través de un gobierno de datos transversal.

Dentro de una organización siempre han existido conflictos internos relacionados con el uso que cada área hace de la información, especialmente porque al momento de analizar los resultados, es común encontrar conclusiones contradictorias, por ejemplo entre el área de mercado y el área de finanzas cuando muestran el indicador de ingresos por usuario, donde seguramente para finanzas estará por debajo del valor que le asigne mercadeo.

Esta situación tiene 2 causas, o no existe una única fuente verdad de los datos de usuario e ingresos, o la interpretación que hace cada área de esta “verdad” es distinta. Es posible que a mercadeo solo le interese la facturación por usuario, mientras que a finanzas solo le interesan los ingresos realmente recibidos, lo que al final produce dos informes distintos a pesar de usar las mismas fuentes de información.

Ahora bien, si pudiéramos entender nuestra sociedad como una organización democrática, donde participan empresas, entidades de gobierno, partidos políticos, agremiaciones y ciudadanos (por nombrar solo algunos de los individuos que de manera colectiva o particular forman parte de ésta) encontraríamos que al igual que en cualquier organización, existen conflictos en la manera en que cada participante interpreta la información, o mejor, los datos que convierte en información, lo cual podría ser normal y hasta lógico.

Esta situación no sería grave si pudiéramos contar con única fuente de verdad de cada dato, y entender que cada uno puede usar ese dato de distintas maneras, pero como esto no es factible, muchos de los protagonistas de nuestras política nacional manipulan los datos para “demostrar” su propia verdad, respondiendo solo a sus intereses y no a los intereses de toda la organización, en este caso, de toda la sociedad, aprovechándose de que no todos sus miembros, en especial los ciudadanos, tienen la capacidad de identificar esa “única fuente de verdad”.

Esos políticos, en especial de corte mesiánico y autoritario, quieren hacer valer su verdad a toda costa, pues consideran que su interpretación de la realidad es siempre correcta e irrefutable, por lo tanto siempre encontrarán la manera de interpretar los datos a su favor,  protegiendo sus propios intereses y no los de la sociedad en su conjunto.

Creo que es aquí donde radica uno de los más grandes desafíos de nuestra sociedad, de nuestros lideres, y de nosotros como ciudadanos, y es como lograr que esa interpretación de la realidad no solo tenga una única fuente de verdad, sino que responda a los intereses de la organización democrática. 

Y esto no significa que exista una única interpretación de la realidad, de hecho la democracia se sustenta en la diferencia, en la existencia de distintos enfoques económicos y de política social, que dan como resultado diferentes tendencias ideológicas. El problema radica en pretender que solo exista una única opción, que es precisamente lo que nos quieren hacer creer quienes defienden los extremos como la salida a los problemas que nos aquejan, una única verdad, o mejor, una única interpretación de la verdad.

Con respecto a este punto, valga decir que el acceso a la información ha fortalecido hasta cierto punto los procesos democráticos en la medida que todos los ciudadanos, independientemente de nuestra situación socioeconómica o tendencia política, tenemos acceso a ella en tiempo real. El problema es que es tal el volumen de información, o mejor, de datos, que terminamos ahogados en un mar de poca profundidad, cuestión que como mencioné anteriormente, es aprovechada para “ganar votos”.

Colombia como organización democrática tiene fracturas profundas, resultado de años de división y polarización que seguramente cada uno interpretará desde su extremo y hará responsable al otro de todos sus males, y es precisamente en este punto donde encontrar esa única fuente de verdad es tan relevante, dado que es la única forma de dar las discusiones necesarias, donde sin sacrificar nuestra ideología, podemos construir desde los argumentos, con información confiable, con la verdad.

Construir una verdadera democracia en el mundo de las redes sociales es una tarea compleja que debe empezar con el compromiso de no manipular la información por parte de todos aquellos que pretendan gobernarnos. Es claro que el anonimato que puebla las redes facilita la violencia verbal, y pretender revertirlo es poco realista, pero lo que si es realista es que los políticos que si tienen cara no caigan en el peligroso facilismo de sustentar sus campañas en ese anonimato, en ese poder dañino de las redes sociales mal usadas.

La verdad es una sola, y puede tener múltiples interpretaciones, por lo tanto es nuestro deber como sociedad buscar su mejor versión para construir una mejor organización democrática y una sociedad más justa.

 

*Miembro Dirección de Tecnologías de la Información

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La noche de Halloween y las Fake News

Por: Juan José Ramirez

 

La noche de Halloween o su nombre original de la víspera de todos los santos, es una de las celebraciones más antiguas que se originan de ritos paganos celtas y tal como la conocemos data entre los años 1500 al 1800, siendo rituales para repeler brujerías y enfermedades.

Ahora esta celebración se ha destacado por que ha impulsado la imaginación de todos desde como nos disfrazamos a crear historias de fantasía y terror, pero también creando nuevos mundos, lo que nos ha hecho reflexionar frente a situaciones que nuestra lógica algunas veces no comprende.

Estas historias permitieron que, en una noche de Halloween de 1938, en Estados Unidos sucediera uno de los fenómenos más recordados en la historia de las comunicaciones, el cual, en 59 minutos, la Intercontinental radio news inicio una transmisión de la novela de Herbert George Wells, la guerra de los mundos, narrando la historia de una invasión extraterrestre.

Los locutores ejecutaron magistralmente la historia presentando escenarios creíbles, con sus sonidos y fuentes verificables para la época como las noticias por un medio de comunicación, y narrando detalles pormenorizados de los gases venenosos y los rayos de destrucción, complementándola con una tragedia como el asesinato del periodista por los extraterrestres en la azotea del estudio.

¿Sucedió la invasión? Claro que no, pero probablemente si la incluimos en redes sociales hoy en día puede ser creíble, por todos los componentes de como se transmitió, y en nuestro país además algunos estarían a favor y otros en contra de la invasión, pero este suceso de una noche de Halloween nunca fue verdad y solo hasta el minuto 40 de la transmisión aclararon que era ficción, pero era tarde ya que esta transmisión generó pánico en más de un millón de personas provocando congestiones vehiculares por parte de las personas que trataban de escapar.

Esta noticia falsa se considera en las comunicaciones como el inicio de las fake news en las comunicaciones modernas dejando además en evidencia el poder de los medios de comunicación masivos, eso sí dejándonos una enseñanza y es como combatir estos contenidos falsos.

En la actualidad debido a la influencia no solo de los medios de comunicación sino de las redes sociales, se crean millones de noticias falsas lo que se ha agravado en la época de pandemia como lo establece una publicación de Forbes de mayo de este año que según información de Facebook se generó alerta en aproximadamente 40 millones de publicaciones y aun más preocupante señala que los Colombianos de un trabajo desarrollado de Kaspersky y CORPA dentro de la campaña Iceberg Digital, el 73% somos los que menos logramos identificar las fake news.

La situación es preocupante incluso se habla de industrias dedicas a la producción de noticias falsas y las graves consecuencias de este fenómeno, las observamos en nuestra sociedad incluyendo agresiones y conflictos.

En consecuencia surge la responsabilidad de todos frente a este fenómeno no solo esperando que las políticas relacionados contra las fake news por parte de las entidades y sus manuales o medidas legales se apliquen sino de nosotros depende que las fake news no se propaguen.

La solución no está únicamente en las medidas legales y regulatorias de las entes de control, o en sus manuales, ni en las plataformas con sus alertas y bloqueos, sino en todos nosotros para lo cual la historia de Halloween de la guerra de los mundos nos demuestra como las detectamos y combatimos de manera rápida sin aplicar mucho tiempo.

Frente a las fake news en los medios de comunicación masivos, como la radio y la televisión, es más sencillo detectarlas por ser fuentes confiables y al ser medios autorizados, sin embargo, aquí debemos estar atentos es a la desinformación, lo cual lo podemos detectar verificando esta información y comparándola con otros medios de comunicación; y si son historias elaboradas y complejas, debemos entenderlas utilizando otros medios o personas que puedan ser expertas en los temas tratados.

De igual manera no creer en primeras impresiones como frases cortas o imágenes o audios sino verificarlos con la integridad de la noticia, verificando además la idoneidad de las personas que comunican la información, su perfil o preparación y como siempre creer en nuestro instinto y no en nuestros intereses o creencias.

Frente a las redes sociales y cadenas de WhatsApp, inicialmente no debemos creer en el contenido, ni en imágenes o sonidos de medios o fuentes que no conozcamos previamente o si las fuentes son chats o similares debemos comprobar la certeza del contenido buscándolo inicialmente en buscadores de internet para revisar los antecedentes de su certeza y comprobarlos con medios de comunicación masivos que recurramos frecuentemente.

Sino somos conocedores de estas búsquedas digitales acudir a nuestros allegados con conocimientos en estas búsquedas digitales para que nos ayuden a clarificar estos contenidos y eso si siempre creyendo en nuestro instinto, el cual nos conduce a los caminos de la verdad ya que la lógica siempre acabara la mentira.

Por último, debemos siempre concientizarnos de la responsabilidad que tenemos de no desinformar o retransmitir información falsa y mucho menos crearla siendo el deseo que las noches de Halloween, sean la oportunidad para las fake news de nuestra era digital creando nuevos mundos de ciencia ficción, siendo la única información falsa que beneficia a las humanos y sus comunicaciones.

*Director de Tecnologías de la Información

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No a la subasta en el proceso adjudicación de emisoras comerciales

Por: Juan José Ramírez

El gobierno nacional a través del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones nos animó a todos los que creemos en la radio comercial y su competitividad al solicitar a los interesados manifestaciones de interés para participar en un proceso para adjudicar emisoras comerciales y una vez cerrado esta etapa donde han participado más de 3000 interesados, estamos esperando que la Agencia Nacional del Espectro defina que frecuencias son viables para incluirse.

Sin embargo, mientras esperamos estas decisiones es preciso recordar que la radio comercial ha estado presente en nuestra regulación desde el año 1931, decreto 423, primera norma del servicio que menciona las emisoras comerciales, pero bajo una autorización directa, posición que cambio solo hasta el año 1983.

A partir del decreto-ley 222 de 1983 y la Ley 80 de 1993, se ordenó que la autorización para prestar el servicio comercial solo se podrá efectuar bajo lo estipulado en la ley de contratación pública, al adjudicarse un contrato de concesión.

Bajo estas características de ley, inicio la carrera de los procesos de adjudicación en Colombia de la radio comercial, iniciando en el año 1997, en el cual el Ministerio de Comunicaciones de ese entonces adelantó un proceso de licitación pública, empañándose este proceso por el entonces escándalo del Miti-miti en el que dos ministros de la época negociaron una emisora.

Ahora independiente a los hechos de corrupción efectuados durante el proceso del año 1997, en este se adjudicaron 81 emisoras lo que marco el cambio fundamental en la habilitación del servicio de la radio comercial y su principio de habilitación bajo las leyes de contratación pública, adjudicaciones que continuaron en los años 2008 y 2009.

En el año 2008, se adelantó la licitación pública No.01 de 2008 y en el año 2009, la licitación Pública No.01 de 2009, las cuales fueron un ejemplo que cuando se manejan los recursos del estado de manera transparente y acatando las normas de contratación estatal, los que ganan no son los que tienen más recursos sino al garantizarse la igualdad en las oportunidades de acceso cualquier colombiano o persona jurídica debidamente constituida en Colombia puede acceder a un medio de comunicación masivo como lo son las emisoras comerciales.

Era oportuno conocer los antecedentes de estos procesos ya que de ellos aprendimos regulatoriamente como evitar los errores, por ejemplo del escándalo del Miti-miti a este fantasma no le debemos tener miedo ya que la Ley actual de la radio como la Ley 1341 de 2009 prohíbe que si ocurre una declaratoria de desierta de un proceso no se puede habilitar nunca directamente.

Además, aprendimos de los procesos de los años 2008 y 2009 que debe respetarse a toda costa un mandato constitucional para adjudicar emisoras comerciales como el artículo 20 de nuestra constitución Política de 1991 que ordena: “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.”.

Por lo tanto, en la adjudicación de emisoras comerciales, no solo hablamos de un contrato de concesión que contiene el permiso para el uso de la frecuencia para operar sino se adjudica un medio de comunicación lo que configura constitucional y legalmente componentes que el gobierno debe cumplir.

Lo anterior obliga a todo proceso como el que se proyecta abrir no darle prioridad a la maximización de recursos del estado a través de una subasta o que se priorice la más alta oferta económica sino se debe garantizar el acceso equitativo, su uso adecuado, el pluralismo informativo y el cumplimiento de todas las finalidades propias de los medios masivos de comunicación.

Subsiguientemente, la única manera de cumplir con las leyes actuales del servicio de la radio y en especial nuestra constitución política es que se efectué un proceso de licitación pública bajo una modalidad de oferta que igualé o más se aproxime a una oferta eficiente donde lo prioritario no es quien presente una oferta económica más alta; procedimiento que garantizaría que los mejores operadores presten el servicio y en especial que exista igualdad de oportunidades de acceso, principios que deben cumplirse por ser medios de comunicación lo que se adjudica.

De igual manera en el proceso que se aproxima no se pueden limitar derechos como las cesiones de las estaciones o su arrendamiento al permitirse en la ley o establecer pagos adicionales por las concesiones debida a que es un servicio regulado no solo en resoluciones sino en leyes y decretos que establecen estas condiciones, consecuentemente si se pretenden cambiar estas condiciones se requieren modificaciones a la ley y decretos lo que generaría que el proceso no inicie acorde a lo previsto.

Es un momento ideal que a través de este proceso se promulgue es una modernización técnica del servicio que tanto se requiere impulsando nuevas tecnologías como la radio digital, un modelo de calidad del servicio y se proponga la reducción de las distancias de protección para tener más frecuencias disponibles y no vivir en el pasado con fantasmas como el Miti-miti, emisoras de muchos años, cobrar más a los operadores o dominancia de algunas cadenas que en algunos casos se han superado con la regulación sino que incluso ahora son obsoletos frente a los retos de la cuarta revolución industrial y el impacto del internet en el servicio.

*Director Dirección de Tecnologías de la Información

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