Por: Adriana María Carrillo Moreno y Nicolás Iregui Sanclemente*
Cada vez es más común ver cómo las rampas destinadas para que las personas con discapacidad puedan acceder a los andenes, son usadas por la mayoría de ciclistas y motociclistas. Adicionalmente, estas son obstaculizadas por todo tipo de vehículos quienes estacionan al frente y no dimensionan el esfuerzo que deben hacer las personas con discapacidad para lograr subir a los andenes teniendo en cuenta su gran altura, lo que refleja la insuficiente accesibilidad para estas personas.
El ejemplo anterior refleja el egoísmo de la ciudadanía en general hacia las personas que tienen discapacidad, falta ir a un centro comercial y ver cómo personas sin ninguna de estas condiciones parquean su vehículo en los parqueaderos azules ante la incapacidad del personal de vigilancia para sancionar este tipo de comportamientos.
En algunas ciudades de Estados Unidos, las calcomanías azules son de distribución exclusiva de las entidades gubernamentales, facilitando el control de las personas que tienen permitido el uso de los espacios azules.
Lo opuesto ocurre en Colombia donde estas calcomanías son de venta libre. Solo hasta el año pasado el Ministerio de Salud y Protección Social expidió el decreto 583 con el fin de que las personas con discapacidad se registren de manera voluntaria ante la entidad y accedan a los beneficios estipulados por la ley.
También podemos ver cómo en los centros comerciales, tanto la gente que los visita como el personal que allí trabaja no dan prioridad en el uso de los ascensores a personas que realmente lo necesitan, por ejemplo, personas con discapacidad física que tiene que movilizarse en sillas de ruedas, camillas o muletas.
En ocasiones he escrito correos a dichas administraciones expresando mi inconformidad por el mal uso de ascensores sin recibir respuesta alguna. De esta forma, son necesarias nuevas prácticas en nuestros entornos para que todas las personas podamos compartir los espacios de una forma equitativa.
En el 2018 en Barranquilla, la fundación ItiaD implementó una campaña para conmemorar el Día de la Discapacidad a nivel mundial donde se repartían tarjetas con la frase “Amiguito no seas despistado” en los principales centros comerciales de la ciudad como una forma de recordar a la gente de hacer buen uso de los lugares dedicados a personas con algún tipo de discapacidad.
Ahora que el presidente designó a Jairo Clopatofsky como Consejero para la Discapacidad, es el momento de tomar correctivos, hacer una política seria y exigir que los espacios tengan mayor accesibilidad para las personas con discapacidad y no solo personas que se movilicen en sillas de ruedas, sino aquellas que no puede ver o escuchar, o con alguna discapacidad cognitiva, como el autismo.
Además de esto, este tipo de espacios se deben exigir en los centros comerciales, supermercados y comercios en general no solo para ser usados por personas con discapacidades sino por adultos mayores, mujeres embarazadas y familias con niños en brazos que puedan hacer uso de los espacios azules y de esta forma se cumpla a cabalidad la sentencia de la Corte Constitucional 553/11, la cual ordena garantizar el derecho a la accesibilidad física y derecho a la libertad de locomoción de las personas con discapacidad.
Es urgente que la empatía supere el egoísmo y nuestra sensibilidad reconozca que somos diferentes y tenemos necesidades diversas. Y como dice la profesora y Doctora en salud pública Maribel Moreno “Independientemente de que se pueda ver, oír, caminar, sentir, oler, aprender, participar entre otras actividades, las personas son personas y poseen dignidad, tienen una forma de acceder de manera distinta, pero igualmente humana”.
*Columnista invitada y Miembro de número del Tanque de Pensamiento AlCentro.
Las artes y la resistencia siempre han tenido una relación estrecha. No olvidemos el reciente escándalo sobre la censura al mural de Lucas Ospina y Power Paola, o la polémica en torno a los columbarios intervenidos por Beatriz González en el cementerio Central. Doris Salcedo lo viene haciendo otros tanto de años.
En la música, Alcolirykoz en una de sus canciones habla sobre la persecución a grafiteros (“si hacer grafiti es un delito viviré maldito”), o cuando leemos a Mario Galeano en twitter reivindicando una y otra vez el origen de los sonidos colombianos y el deber ser de los medios en su distribución. O cuando Aterciopelados en el concierto Radiónica de 2016, agradeció por fin la firma del acuerdo de paz.
En el cine pasan cosas similares, la película de Jorge Navas Somos Calentura en donde se hace evidente las condiciones en las que viven en Buenaventura cientos de jóvenes producto del tráfico de drogas y ese mercado maldito producto de la narco-guerra de nuestro país. Las letras no han sido una excepción en este proceso, Evelio Rosero narra la guerra en un pueblo en su libro “Los Ejércitos”, que después fue leído en la Plaza de Bolívar de Bogotá como un acto simbólico durante las conversaciones de paz. ¿Y cómo no? Son las artes ese elemento que incomoda, que confronta y que por supuesto aporta en la transformación y construcción del tejido social.
Históricamente sabemos que los tambores y los sonidos de ciertos instrumentos de vientos como las ocarinas y las voces estaban relacionados con actos sagrados o religiosos. Ha habido evidencias de hacerle templos a instrumentos en la antigua Mesoamérica en donde se le adoraba al lado de figuras y deidades de la música y la danza.
Estamos en ese mismo lugar y en estas manifestaciones la música se ha convertido en una protagonista importante. Cientos de miles de personas acompañan el sonido de tambores con cacerolas y arengas. Muchos nos preguntamos el límite entre la protesta pacífica y la fiesta. No debemos confundir, bien lo dijo Brigitte Baptiste en un trino “lo que está fallando es la comunicación.
La pregunta es entonces… ¿Quiénes están siendo escuchados? ¿Acaso el sector de las artes y la cultura está propuesto para sentarse en las mesas de diálogo?
¿Serán las preguntas que están surgiendo sobre la economía naranja socializadas en esas mesas? ¿Existe un interés por parte del Gobierno entender lo que la gran mayoría de artistas han hecho manifiesto?
Mi reflexión: ¿Por qué las artes y la cultura dejan de ser una herramienta de construcción del tejido social y se convierten en una plataforma denominada economía naranja?
*Directora de Cultura del Tanque de Pensamiento AlCentro.
El fenómeno de los colados en Transmilenio (TM) se ha convertido en un constante caos para las administraciones distritales y, en general, para el funcionamiento mismo del transporte público bogotano. El gran problema que representa para la seguridad y, en especial para las finanzas del sistema, lo convierte en un tema prioritario para el Distrito pero a su vez en una coyuntura ideal para la anhelada evolución de nuestro sistema de transporte masivo.
Es pertinente que el Distrito continúe aplicando sanciones económicas ejemplares y reforzando las barreras de seguridad en las estaciones. No podemos permitir más casos de violencia en las estaciones que generen consecuencias como el asesinato del funcionario de Recaudo Bogotá Leonardo Licht en 2017. Sin embargo, los esfuerzos no deben detenerse allí, también es pertinente trabajar y analizar el problema como un tema socioeconómico.
Un reciente estudio de la Universidad Nacional dio a conocer que cada 384.000 personas evaden el pago en el SITP [el 15,36% del total de viajes que se realizan a diario (2’500.000)]. El mismo estudio, realizó la caracterización de los colados, identificando seis tipos de ciudadanos que acceden de manera indebida al sistema: Quien accede por oportunidad, por inconformidad, por influencia, por necesidad económica, por costumbre y migrantes nacionales y extranjeros.
La actual gerente de Transmilenio, María Consuelo Araujo, asegura que la empresa invierte cerca de 63.000 millones de pesos al año en la implementación de programas y medidas anticolados. Entre las principales medidas, se resalta la adopción de barreras de control de acceso, puertas anticolados, imposición de comparendos, vigilancia e inclusive la utilización de perros para persuadir a los ciudadanos a no colarse.
Las estrategias se focalizan en el control de acceso y castigo, pero no desde una orilla de incentivos, mejora en la calidad del servicio y trato al usuario. Ante esta difícil situación y considerando cada problema como una oportunidad de mejora, se presentan cinco alternativas para usar fenómeno de colados como la coyuntura perfecta para mejorar todo el sistema:
Diferenciación tarifaria y modelos de inscripción al sistema
Es justamente el déficit financiero en el que puede entrar el sistema, el que nos obliga a dimensionar la gravedad del problema. Según las cifras de colados presentadas por la Universidad Nacional, serían aproximadamente 1.000 millones de pesos diarios los que deja de percibir el sistema, (esta cifra alcanza para comprar un bus de TM articulado diario, o en un año, para construir 2 hospitales, 4 colegios o para haber pagado gran parte del proyecto de Cable Aéreo en Ciudad Bolívar).
No se comprende cómo no se han implementado tarifas diferenciales e inscripciones por mes, semestre o año, a un costo menor soportado en un ingreso anticipado. A grandes rasgos y a modo de ejemplo, se podría pensar en desarrollar el siguiente modelo tarifario ya desarrollado en otras capitales del mundo como París y Londres:
Adultos: Tarifa plena, únicamente con incentivo en precio a quienes se inscriban y paguen mensualidad, semestre o año. La tarifa mensual no podría exceder valor de auxilio de transporte.
Estudiantes (Instituciones públicas o privadas): Reducción en la tarifa, sustentada con el carnet vigente de su institución.
Igualmente, estudiantes podrán inscribirse semestralmente o anualmente en sistema con tarifa especial con sus respectivas matrículas vigentes.
Niños: Menores de 3 años exentos y menores de 10 años con reducción en tarifa y posibilidad de inscripción mes, semestre o año.
Tercera edad: Mayores de 65, reducción en tarifa y posibilidad de inscripción mes, semestre o año.
Persona en condición de discapacidad: Reducción en tarifa y posibilidad de inscripción mes, semestre o año.
Evolución de los sistemas de pago.
Es momento que los sistemas de pago evolucionen y puedan ofrecer otras alternativas que permitan descongestión en estaciones y facilidad para los usuarios de TM y SITP. Esta solución la abordamos en una columna publicada anteriormente en el Tanque, titulada “¿Quién me vende un pasaje?” en donde propusimos aumentar los lugares de recarga, los medios de pago y habilitar canales digitales para realizar la misma.
Rutas 24 horas.
Quienes trabajan hasta tarde, los que deciden salir de fiesta o los que realizan cualquier otro tipo de actividad y vuelven a sus casas después de medianoche, están condenados a movilizarse en carro particular, taxi o Uber sin la posibilidad de tener acceso a rutas nocturnas de TM y SITP, que puedan funcionar a modo de ruta fácil. Una ciudad cosmopolita como Bogotá, debe iniciar a dar pasos hacia los servicios 24 horas, empezar con su movilidad sería un gran acierto.
Rediseño de estaciones y paraderos.
Las estaciones hoy en día no brindan un espacio amigable con el usuario. Es común verlas llenas de gente sin espacio incluso para salir o entrar de ellas. Deben rediseñarse y acoplarse a la demanda actual de usuarios, con más espacio, más canecas de basura, apertura al comercio formal en grandes estaciones y portales (esto da la posibilidad de obtener ingresos adicionales), lugares donde sentarse, baños públicos y mejores accesos para usuarios y sobre todo personas en condición de discapacidad.
Igualmente, la información de rutas y frecuencias en tiempo real debe ser suministrada tanto en paraderos de SITP como en estaciones TM. Actualmente, se está implementando un piloto en carrera 11 entre Calles 100 y 82, con pantallas informativas sobre frecuencias y rutas de SITP, sin embargo, la gran mayoría paraderos y de estaciones no ofrecen tiempos de espera o mapas de las rutas lo que ocasiona incertidumbre y desconocimiento del sistema para nuevos usuarios.
Reorganización de rutas y frecuencias.
Urge reorganizar las rutas y las frecuencias tanto de TM como del SITP ya que en la ciudad existen diversos puntos en donde se presenta una sobre oferta con rutas muy similares entre buses azules, naranjas o SITP provisionales; por el contrario otros puntos de gran afluencia en la ciudad carecen de una frecuencia adecuada para satisfacer la demanda.
*Miembro de número de la Dirección de Gestión de Territorios del Tanque de Pensamiento AlCentro.
Las técnicas de persuasión, tradicionalmente utilizadas en el marketing, han encontrado su punto máximo gracias a la tecnología y la era digital. Desde que se comenzó a utilizar el Internet como medio de distribución de contenidos publicitario, se han desarrollado estrategias de segmentación más eficaces y eficientes capaces de llegar a audiencias más específicas casi hasta individualizarnos.
Todos los días recibimos toneladas de información, sin embargo, de lo que no somos conscientes es que esta ya pasó por un filtro diseñado para que veamos exactamente lo que deseamos consumir. La hipersegmentación de la que somos objeto dejó de ser una simple herramienta de marketing y se convirtió un instrumento para construir filtros que deciden qué leemos en internet y, en muchas ocasiones, qué pensamos.
La tecnología y el Internet han permitido sofisticar los instrumentos con los que segmentamos. En esta época de algoritmos y Big Data se puede conocer los hábitos de consumo de las personas y construir productos y comunicación para grupos o individuos con intereses específicos.
Esta situación de “marketing hecho a la medida” parece ser el sueño de las compañías que ven en ella la oportunidad de llevar sus productos a esos grupos que realmente están interesados en ellos. No obstante, el panorama es muy distinto cuando estos productos son ideas y estas solo son llevadas a aquellos que las comparten. Esto hace que los temas y las discusiones en torno a ellos quedan encerrados en una burbuja y nunca llegan al debate público.
Para Eli Pariser, autor del libro “The Filter Bubble”, la burbuja de filtros es “ese universo que nos envuelve al realizar nuestras búsquedas, como resultado de la personalización y de los mecanismos de los algoritmos, que seleccionan los resultados según la información previamente proporcionada por el usuario”.
Para el autor esto ocasiona una burbuja cultural e ideológica que nos impide aprender puntos de vista diferentes y nos adoctrina con nuestras propias ideas. Parece irónico que internet, un lugar que usualmente es visto como un espacio diverso y que democratiza la información, termine convirtiéndose en una celda para sus usuarios.
Consumir únicamente aquellas ideas en las que nos sentimos cómodos y que solo nos acercan a quienes se parecen a nosotros puede tener efectos negativos para la sociedad. Los beneficios de la hipersegmentación son cuestionados cuando nos damos cuenta de que esta herramienta puede eliminar la deliberación en la democracia ¿A dónde se va el sentido público de la comunicación cuando es una comunicación hecha a nuestra medida?
Cuando las personas se convierten solo en consumidoras de información, y no en participantes del debate, es cuando algunos grupos comienzan a autoaislarse del resto de la sociedad. Cuando la tecnología nos induce a utilizar tantos filtros, inconscientemente entramos en una burbuja donde quedamos encerrados con nuestros propios pensamientos y prejuicios.
Esta hiperindividualización hace que no se les exija a los usuarios tener un pensamiento social y colectivo. Además, que el intercambio de ideas y la discusión de estas para intentar llegar a un debate se vea reducido a una conversación entre convencidos.
Esto último hace que surja una gran pregunta ¿la tecnología llevará a la democracia a convertirse en un diálogo entre convencidos? A pesar de no tener una respuesta clara, sí se puede afirmar esto solo sucederá si los usuarios lo permiten. La democracia por definición necesita un intercambio de pensamientos por lo que no se puede culpar únicamente a la tecnología.
La hipersegmentación y la burbuja de filtros son amenazas para la democracia solo si los ciudadanos/usuarios no se comprometen con salir de ella y comienzan a buscar información, constatar datos y confrontar sus ideas con diferentes personas.
*Subdirectora de Comunicación Política del Tanque de Pensamiento Al Centro.
El primero de enero se posesionan los nuevos mandatarios regionales y su buena gestión será la clave de su éxito. No obstante, hay un aliado olvidado que puede ser la llave para alcanzarlo: generar consensos y esto lo pueden lograr a través de una buena comunicación gubernamental.
La popularidad de los gobernantes no es un dato que se deba subestimar porque compromete automáticamente la aprobación de su gestión. Aquí es donde está el misterio: sin aprobación no hay respaldo y sin respaldo no se facilita la gobernabilidad. Para que una administración pueda tomar decisiones y ejecutarlas, es necesario que tenga gobernabilidad, de lo contrario se encontrará con muchos obstáculos para cumplir con su plan de gobierno.
Vamos a lo práctico: desde el año 2009 ningún alcalde en Bogotá ha logrado una popularidad que al menos alcance el 50%, esto se ve reflejado en las varias revocatorias de mandato que se han puesto en marcha y en las numerosas acciones contra la administración para frenar la ejecución de los proyectos que quedan inconclusos, a medias, o que avanzan a paso lento. Bogotá sufre de un mal ambiente que no le permite generar más desarrollo.
Por otro lado, hay casos como el del alcalde de Barranquilla y el gobernador del Atlántico en donde la aprobación es mucho mejor y los resultados son otros. En Barranquilla, Alex Char llegó a niveles de aprobación del 95% gracias a una mezcla entre resultados, gestión y comunicación. En el Atlántico ha sido más fácil cumplir con los planes de gobierno, por eso no es resultado del azar que esta región sea la de mayor potencial de crecimiento en el país.
Las redes sociales abrieron un nuevo espacio de comunicación y debate que ha sido permeado por una dinámica de campaña permanente, acompañada de altos niveles de negatividad en la narrativa. Los conflictos que surgen en el mundo digital se trasladaron al mundo real y el resultado de esto ha sido la construcción de ambientes polarizados, muy perjudiciales para gobernar. En las últimas campañas regionales el aumento de estrategias de comunicación negativa creó ambientes tan apocalípticos y brechas tan profundas que el futuro de los próximos gobernantes es incierto, porque los cambios no se dan de la noche a la mañana y los ciudadanos pierden fácilmente la esperanza. Ya hay quienes se están oponiendo a los programas de los futuros mandatarios cuando ni siquiera se han posesionado.
El consenso es la herramienta más olvidada pero más poderosa para gobernar. Generar consensos permite disminuir los bloqueos legislativos, ciudadanos o de opinión para gobernar tranquilamente. Una buena comunicación gubernamental va a permitir generar el máximo consenso posible. Esto no quiere decir que no existan disensos, claro que los habrá, pero serán mas controlables. Por eso los próximos alcaldes y gobernadores, deberán despojarse de la dinámica de campaña permanente, quitarse la camiseta del marketing electoral y ponerse la de la comunicación gubernamental.
Insisto en que hay que confiarle esta tarea a un equipo de expertos. La comunicación política deber ser cada vez más profesionalizada: no es lo mismo hacer comunicación para una marca comercial que para un gobierno, empezando porque lo que está en juego no es el crecimiento de las ventas sino el futuro de los ciudadanos. Tampoco los analistas son expertos en comunicación. Lo importante no debe ser la forma sino el fondo. No existen buenos gobiernos que comuniquen mal, ni malos que lo hagan bien; pero una buena gestión de la comunicación gubernamental, con equipos preparados para poner en marcha estrategias responsables, serias y eficaces, en definitiva, sí puede aportar a la construcción de un mejor ambiente para gobernar.
Una más y me voy: Hay figuras políticas que en su afán de poder se están llevando a la ciudadanía por delante con sus narrativas de odio. A ellos hay que exigirles responsabilidad. Si permitimos que nos dividan nos será mucho más difícil avanzar.
*Directora de Comunicación Política del Tanque de Pensamiento AlCentro.
Finalmente el 24 de noviembre de 2016 se firmó el Acuerdo Final de Paz entre el Estado Colombiano y las FARC-EP. En un evento sobrio en el teatro Colón de Bogotá y sin la apoteósica fiesta que se vivió en Cartagena una semana antes de la pérdida del plebiscito, se escuchó al unísono un grito de “sí se pudo” por parte de víctimas de la guerra, la comunidad internacional y las partes en la mesa.
La pérdida del plebiscito va a ser el hecho político que ha polarizado su implementación especialmente por las voces del Centro Democrático, que ha abanderado su victoria en las elecciones presidenciales del 2018 y su importante bancada en el congreso en la legitimidad de 50.5% que votó NO al acuerdo de paz de la Habana.
Como lo reconoció hace unos días Juan Carlos Vélez, el director de campaña del comité del NO, se buscó que “la gente saliera verraca a votar”, las fakenews y el fracaso de las encuestas fueron protagonistas, así como el miedo, la falta de pedagogía de lo acordado y un bajo nivel de popularidad de Santos, por su política económica y social, finalmente derrotaron la apuesta por el plebiscito por la paz.
En tres años de la firma del acuerdo, son muchos los balances posibles. Desde lo simbólico y el cambio en la perspectiva electoral, las elecciones presidenciales del 2018 volvieron a tener como protagonista el acuerdo de paz.
En esta elección con el senador Gustavo Petro se dio una votación histórica para un candidato de coalición alternativa y de izquierda que fue superada por la fuerza electoral de Iván Duque quien aglutinó a los partidos y la clase política tradicional y del movimiento cristiano con el aval dominante del Centro Democrático y el liderazgo del expresidente Álvaro Uribe.
Aún más significativo que esta elección fueron los casi 12 millones de votos de la consulta anticorrupción (a semanas de la posesión de Duque), que si bien no alcanzó el umbral demostró un cambio de agenda política que permitió el acuerdo tras superar la narrativa de la guerra.
Que hoy Claudia Lopez, vocera de la consulta, sea alcaldesa de Bogotá, así como el triunfo de sectores no tradicionales en las principales alcaldías y varias gobernaciones del país demuestran los cambios de prioridades de las agendas políticas de las mayorías electorales del país, e incluso de los medios generadores de opinión.
Así como el partido de gobierno perdió en estas elecciones el poder regional, perdieron los partidos tradicionales y líderes importantes de los mismos
quienes se presentaron como independientes, otro elemento importante de cambio.
De los 6 puntos de acuerdo, los más lentos en su implementación han sido la Reforma Rural Integral y de la Solución al Problema de Drogas Ilícitas. No puede desconocerse la importancia de apuestas como los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET, que puso a soñar y participar más de doscientas mil víctimas de la guerra en 170 municipios priorizados para la implementación del acuerdo.
Por su parte, hay que reconocer la importancia que más de cien mil familias se hayan comprometido con el PNIS Plan Nacional Integral de Sustitución de cultivos de uso ilícito, y haya erradicado de manera voluntaria cerca de 40 mil hectáreas de coca, bajo la premisa de una apuesta integral de política social, económica y de acceso a oportunidades de las familias cocaleras.
Que con Santos y Duque en tres años, no se haya respondido a esas expectativas y que la asistencia técnica no haya llegado a los territorios ha generado una crisis de legitimidad y de confianza en el programa por todas las partes. Este punto es fundamental y ¡hay que seguir insistiendo!
El punto de Participación Política, generó posibilidades como las del estatuto de la oposición que ha dado nuevos elementos para la democracia colombiana y la fortalecen. Que desde las elecciones de 2018, las segundas votaciones en las contiendas hayan accedido a sillas en el congreso de la república y en los consejos y asambleas municipales, generan equilibrios en agenda política. Así mismo se han recibido con interés las réplicas de los partidos de oposición a las alocuciones presidenciales que ha permitido proceso de unidad de bancadas que es un elemento clave para la construcción de la democracia representativa.
Del punto de Fin del Conflicto, surge el partido Fuerza Revolucionaria Alternativa del Común. Con 10 sillas de la ex guerrilla en el Congreso de la República se han dado claros escenarios del cambio de las armas a la política. Esto no es nuevo en la historia del país y ex m de insurgencias como la del M19 han sido protagonistas en la historia reciente de la democracia colombiana.
Sin embargo, que ex integrantes de las FARC-EP estén en el congreso y tengan un partido político ha generado posibilidades para que más de diez mil combatientes y más de diez mil armas que fueron parte de la guerra, salieran del conflicto.
Así mismo que recientemente el presidente Iván Duque haya declarado a 391 municipios libres de minas antipersonales derivadas de este punto del acuerdo, es un logro evidente para la seguridad y visión de futuro de miles de colombianos del mundo rural que ha sido afectado por esta tragedia.
Ha avanzado el país con el punto referente al Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no Repetición. Trabajo como el de la Comisión de la Verdad han generado escenarios para el encuentro entre víctimas y
victimarios, e ir a las historias de las violencias y los dolores de la guerra con perspectiva reparadora.
Pese a las críticas a la Justicia Especial para la Paz (JEP), entidad en la cual cada vez más actores, no solo los militares, sino del sector privado y de procesos no cerrados como el de la historia del paramilitarismo en el país, se sumen a su amparo es un hecho político novedoso en la historia de los procesos de paz en el país que avanzan hacia una justicia restaurativa basada en la verdad.
Que esté en marcha una Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas es una esperanza para las víctimas del conflicto armado que siguen esperando respuesta sobre sus seres queridos. La tarea de la reconciliación con acciones concretas para la construcción de paz sigue siendo el desafío generacional de una Colombia herida por la guerra, pero resiliente, alegre y convencida de la apuesta de paz.
Finalmente, en el punto referente a la Implementación y Verificación de lo acordado, hay que resaltar el apoyo al unísono de la comunidad internacional con la agenda política de la implementación de lo acordado. El sistema integral de Naciones Unidas, incluyendo a la Misión del Consejo de Seguridad y de la MAPOEA están en los territorios acompañando los procesos de implementación en especial en lo referente a la reincorporación.
Las misiones diplomáticas y embajadas en el país se suman permanentemente a las iniciativas de paz e instan al Estado Colombiano a la implementación de lo acordado. Que haya instancias que le hacen seguimiento al enfoque de género y étnico de lo acordado ha permitido que políticas importantes para la construcción de paz como el Plan Marco de Implementación incluyan perspectivas étnico territoriales, de género y de mujer, familia y generación. Estas posibilidades de generar agenda política desde la participación de las organizaciones sociales y víctimas de la guerra para la construcción de paz son fundamentales para proyectar el futuro de Colombia.
A tres años de lo acordado, las movilizaciones, el paro y los cacerolazos que iniciaron este 21 de noviembre la agenda de paz sigue siendo protagonista. El rechazo a la muerte de los más de 600 líderes y lideresas sociales, de pueblos indígenas, afros y de campesinos comprometidos con la implementación resuena en las calles.
Las demandas por más y mejor empleo y condiciones de seguridad social en el país han sido escuchadas con más fuerza porque este país sigue derrotando la narrativa de la guerra. Estos cambios son impulsados especialmente por una generación joven crítica y propositiva que sueña a Colombia más allá de los señores de la guerra y condena sus acciones como hechos del pasado.
A tres años de firmado el Acuerdo de Paz, somos y sentimos un país diferente. Rodear la implementación de lo acordado es un punto de partida y un paso de gigante para el porvenir del país. Ahí como generación de paz seguiremos comprometidos, alegres, tercos y soñadores.
*Director de Construcción de Paz del Tanque de Pensamiento AlCentro