Un año que inicia con recrudecimiento de la violencia

Un año que inicia con recrudecimiento de la violencia

Por: Andrea Carreño

En  tan sólo 31 días, Colombia tuvo siete masacres, un líder social silenciado cada 41 horas,  y la violencia de género que no es un asunto privado, sino un problema de salud pública, tuvo un peligroso repunte de 18 mujeres victimas de feminicidio,  tres de ellas, menores de 15 años. El Estado no puede permanecer ciego ante esta realidad. Es necesario tomar  medidas urgentes y efectivas que frenen el asesinato de hombres y mujeres inocentes, víctimas de la violencia persistente a lo largo y ancho del país. Si estas problemáticas no son tratadas con prontitud, el año 2021 podría ser más violento que el anterior.

Colombia tuvo un inicio de año con una alarmante escalada de violencia ejercida contra campesinos, comerciantes y jóvenes por parte de grupos armados organizados. En enero hubo un total de siete masacres que dejaron como saldo 24 personas asesinadas, entre ellas, tres menores y cinco que apenas cumplían la mayoría de edad. Hasta el momento, los departamentos más afectados han sido Valle del Cauca, Antioquia, Cauca y Caquetá.

Si bien los motivos de este “indicador de la degradación de la guerra”, como lo catalogó la Corte Constitucional en su Sentencia C-250 del 28 de marzo de 2012, debe diferenciarse y revisar el contexto conflictivo de cada departamento, es evidente que esta recrudecimiento de la violencia es producto de una nueva fase del conflicto armado que, tras el desarme y desmovilización de las antiguas Farc, provocó la proliferación de grupos armados ilegales, la disputa por los territorios y el comercio de la droga. 

Sumando a que si bien, en el 2016, la guerrilla de las Farc y el gobierno colombiano se comprometieron, el primero, al abandono de las armas, y el segundo, a la llegada integral del Estado a territorios donde históricamente no ha hecho presencia, en la práctica, el Estado sigue ausente y varios grupos ilegales tienen el control de múltiples regiones.

Realidad que también se ve reflejada en la cifra de asesinatos a líderes sociales. Durante el primer mes de este año, cada 41 horas fue asesinado un líder colombiano que realizaban trabajo comunitario, medioambiental o de protección de Derechos Humanos. Los 18 asesinatos son solo la punta del iceberg. A ello se suman, los atentados, el desplazamiento, el exilio y el miedo que hace que mujeres y hombres desistan de su trabajo comunitario. Sin embargo, esta problemática no afecta todos los departamentos por igual. Esta vez, las acciones contra la vida de líderes sociales se concentraron en los departamentos de Antioquia, Valle de Cauca, Córdoba, Cesar y Meta, regiones históricamente golpeadas por el conflicto armado.

El deterioro de entornos seguros para ejercer liderazgos en las regiones,  necesita de verdadera voluntad política para implementar medidas de seguridad que frenen las matanzas. El Estado debe hacer presencia en las regiones donde no tiene control y, junto con la fuerza pública, debe poner en funcionamiento real mecanismos claves como la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet) y el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (Pnis), entre otros. 

También hubo un preocupante repunte de feminicidios. La violencia machista en Colombia dejó un saldo de 18 mujeres víctimas de feminicidio por parte de sus parejas sentimentales, exparejas y familiares cercanos. Por graves que parezcan las cifras, estas pueden no reflejar el serio problema de salud pública que enfrentamos. Colombia carece de un sistema unificado de estadísticas sobre violencias basadas en género y el sistema de justicia no tiene un registro de sentencias de feminicidio. 

En realidad, el estado sigue sin cumplir a cabalidad sus deberes con las mujeres. Aún hay feminicidios que son tratados como homicidios, no hay rigurosidad investigativa, la representación judicial de las víctimas es limitada y la revictimización abunda. Aún existen muchos planes locales y nacionales que carecen de acciones efectivas para eliminar la violencia contra las mujeres. Y la discriminación de género está tan enraizada en las instituciones que, aún cuando deben garantizar los derechos de las mujeres, toman decisiones basadas en estereotipos y ejercen violencia de género por omisión o acción. Recordemos el indignante caso del 14 de enero, cuando Fabián Gonzalo Canal, comisario de familia en Bucaramanga, golpeó a una usuaria en plena Comisaría de Familia.

Una gran proporción de mujeres víctimas de feminicidio acude ante las autoridades sin encontrar una respuesta oportuna. Mueren esperándola. El Estado falla, sí, pero la sociedad también. Es urgente que todas y todos dejemos de normalizar la violencia. Ninguna discusión o discrepancia justifican el uso de la fuerza.Es necesario que deconstruyamos y rechacemos, todas y todos, cualquier rol, estereotipo y relación asimétrica de poder en cualquier tipo de relación con el otro y la otra. Se hacen necesarias, entonces, legislación y jurisprudencia; entidades y funcionarios conscientes y respetuosos de los derechos de las mujeres; el compromiso del Estado con la eliminación de la violencia e individuos que rechacen el binarismo de género que produce masculinidades violentas hacia la mujer, las personas trans, afeminadas y no binarias.

Si los gobiernos locales y el nacional no responden con prontitud a estos indicadores, el año 2021 podría llegar a ser incluso más violento que los anteriores, como alertó el informe del Monitorio de Riesgo de Seguridad que elaboró la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz, que advierte que “el arranque de este año ha sido el más violento en términos de masacres, enfrentamientos armados y amenazas de muerte a líderes sociales, desde la firma del acuerdo de paz”.

 

*Dirección de Constitución y Democracia

Este mensaje de error solo es visible para los administradores de WordPress

Error: No hay cuenta conectada.

Por favor, ve a la página de ajustes de Instagram Feed para conectar una cuenta.

Un año que inicia con recrudecimiento de la violencia

La apuesta por el comercio electrónico transfronterizo

Por: María Fernanda Quiñones

Aunque Internet, las tecnologías y los dispositivos móviles se popularizaron hace más de dos décadas, los años más recientes han consolidado su uso e importancia. La era digital, fortalecida por la pandemia del COVID-19, ha permeado todas las actividades del hombre. Ahora más que nunca se habla de teletrabajo, telemedicina, educación virtual y comercio electrónico.

El sector del comercio, como muchos otros, tuvo que ponerse a tono con la transformación digital para ser económicamente viable, responder a las necesidades de los consumidores y aprovechar las oportunidades del eCommerce. Una de ellas: cruzar fronteras. 

El comercio electrónico transfronterizo, también conocido como cross border eCommerce, se refiere a la distribución o comercialización de bienes y servicios por medios electrónicos entre agentes ubicados en distintos países, de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio. Aunque no es usualmente explorado como un canal de exportación, tiene gran potencial.   

La notable acogida que el comercio electrónico tuvo en los últimos meses ha cambiado permanentemente el comportamiento de los compradores y de las empresas alrededor del mundo.

Se calcula que en los próximos cinco años la tercera parte del comercio mundial se concentrará en comercio electrónico, según señaló Juliana Villegas, vicepresidente de exportaciones de Procolombia, en el marco del eCommerce Summit 2020 desarrollado por la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico. También se estima que los mercados con las mayores tasas de crecimiento en ventas sean India, España y China. Mercados a los que puede llegarse a través de los modelos de negocio del eCommerce como las tiendas virtuales o los Marketplace globales.

El comercio electrónico representa una herramienta de apoyo a las exportaciones del país, actividad que impulsa el desarrollo económico nacional y la reactivación del sector empresarial en los tiempos apremiantes que vivimos.

En Colombia, el comercio electrónico transfronterizo no ha visto su época de auge. Tan solo el 2% de las empresas colombianas hacen operaciones transfronterizas por medio de canales electrónicos, cifra que refleja una oportunidad de crecimiento de este canal poco convencional de exportación.

Expandir las actividades de comercio electrónico al campo internacional ofrece numerosas ventajas: fortalecimiento de la competitividad de las empresas, diversificación de mercados y adaptación a las preferencias de los usuarios digitales que buscan comodidad y sencillez. 

Cabe mencionar que las empresas que exportan tienen una posibilidad de crecimiento de entre 30% y 45%, de acuerdo con un estudio presentado por Laura Valdivieso, viceministra de Comercio Exterior, en el foro “El papel de las exportaciones no mineras en la reactivación económica de Colombia”. Apostar entonces por la exportación a través de comercio electrónico, sector que ha cobrado gran protagonismo y relevancia, no es desacertado. 

La confianza en el sector del comercio electrónico y el mejoramiento de la infraestructura de las plataformas para comercializar bienes y servicios digitalmente han sido avances significativos. Sin embargo, aún es necesario trabajar en temas de simplificación de trámites, cadena de abastecimiento, logística transfronteriza y tiempos de entrega para impulsar el comercio electrónico transnacional.

La oportunidad de crecimiento de este sector es amplia. Colombia tiene un gran número de productos no minero-energéticos que son de interés para otros países y continentes. Agroquímicos, variedad de alimentos y, por supuesto, flores, hacen parte de la lista.

A través de este canal de exportación poco tradicional es posible llegar a un mercado de más de 1.500 millones de personas a nivel mundial. La invitación es a internacionalizar los productos colombianos aprovechando el impulso del comercio electrónico. Debemos abrir los ojos a mercados más allá de lo regional, a pensar en nuevos países y nuevas posibilidades de crecimiento. 

Para ello, es esencial realizar los esfuerzos en infraestructura, logística, temas tributarios, cambiarios y arancelarios para fortalecer el comercio electrónico transfronterizo en el país.

 

*Columnista Invitada, dirección de Empresa, Industria y Competitividad

Este mensaje de error solo es visible para los administradores de WordPress

Error: No hay cuenta conectada.

Por favor, ve a la página de ajustes de Instagram Feed para conectar una cuenta.

Comunicado #14

Un año que inicia con recrudecimiento de la violencia

Arte y cultura en pandemia

Por: Catalina Ceballos

La Pandemia ha sido un gran vacío para el sector de las artes y la cultura, un vacío en el estomago, en algunos casos incluso por hambre, en otros por hacer fuerza y en otros, por la rabia de sentirse invisibles. Eventos culturales cancelados, salas de teatro cerradas, compañías de danza que cierran sus puertas, prácticas culturales comunitarias suspendidas, artistas incapaces de llegar a fin de mes. El impacto del COVID en el sector cultural se está sintiendo en todo el mundo. Este impacto es social, económico y político: afecta el derecho fundamental de acceso a la cultura y los derechos sociales de los artistas y creadores. La pandemia ha revelado el verdadero peso económico de la cultura y del sector creativo, además del valor intrínseco de la cultura como expresión de humanidad para el desarrollo sostenible.

En Colombia estamos sintiendo los peores efectos de la pandemia, con el sector cultural aún cerrado salvo contadas excepciones. La Pandemia en nuestro país exacerba las desigualdades sociales y se entendería que el sector debe ser una prioridad en las políticas públicas. Es el momento de acelerar cambios para capitalizar las expresiones artísticas, las prácticas culturales y las industrias creativas.

Se hace necesario reforzar el sistema de datos empezando por una inversión sustancial en un censo en todo el país que determine quienes son los agentes del sector. No solo aquellos que aportan al PIB, también los que aportan en procesos para sanar el dolor de un conflicto armado, para los que a través de sus cantos cohesionan su identidad como pueblo negros o indígenas, para los que bailan para que sus cuerpos representen la diversidad cultural de una Colombia multiétnica y pluricultural, tal como esta consignado en la constitución. 

Con todo este panorama, en nuestro país, a lo largo del confinamiento, el arte, ha estado floreciendo. Los artistas con su enorme resiliencia y resistencia han aprovechado su creatividad para transmitir pautas de salud y compartir mensajes de esperanza, también se han unido, han surgido un centenar de colectivos, asociaciones, sociedades donde entre todos nos reconocemos con nombres, donde encontramos en el dolor un lugar común, donde sonreímos porque sabemos que nuestra única pauta para vivir son la ética y la estética.

El sector conformado por actores, actrices, bailarines, restauradores, escritores, editores, pintores, fotógrafos, músicos, compositores, intérpretes, directores de artes, camarógrafos, sonidistas, maquilladores, vestuaristas, tramoyistas, ingenieros de sonido, productores, promotores, empresarios, cantaores, bailadores y gestores continuamos comprometidos cultural y artísticamente. La razón de esto es que todos con la pandemia de nuevo rescatamos el aspecto social de la creación, su importantísima labor en la construcción del tejido social. Su capacidad para apoyar procesos participativos y de apoyar en el desarrollo de una sociedad sana. Todo esto sigue siendo posible gracias a todos, a ellos y ellas. Para quienes disfrutamos de las artes podemos decir que estos días nos han permitido compartir información con amigos sobre los libros que hemos leído, las películas que hemos visto, las canciones nuevas que se han lanzado, seguimos alimentando nuestro cerebro y nuestros espíritus con las artes. 

Y por eso a pesar de este momento en que el arte está sufriendo toda la fuerza de los efectos de una crisis sanitaria, económica y social mundial, también han sido tiempos para fortalecer los vínculos entre la creación artística, la sociedad, los procesos participativos, la política y la economía. Las artes y la cultura están demostrando como lo ha expuesto Jon Hawkes en su libro El 4to Pilar para la Sostenibilidad que las artes y la cultura deben hacer parte de una agenda pública para la construcción de sociedades sostenibles.

Este es un tema que sale a flote, ahora de nuevo, precisamente por que la crisis no es solo sanitaria, la crisis que vivimos como especie es una crisis ética, gobernantes dueños del fake news, la crisis climática producto entre otras cosas por un neoliberalismo exacerbado, la necesidad que tenemos como sociedades de incluir dentro de la planeación de las agendas públicas incluir el concepto de cultura más allá de las artes, más bien desde su definición antropológica, es decir tener en cuenta la cultura como un conjunto de valores. Dichos valores hacen parte de una producción social por medio de la cual se transmite identidad, valores, memoria y claro también las artes la tecnología y el uso de la misma, la gastronomía. Es decir se debe hablar de aspectos económicos, sociales, ambientales y CULTURALES.

 

Es por esto que el gran aprendizaje que nos dejan los diferentes agente del sector de artes y las practicas culturales es su capacidad de sentir compasión por los demás y su capacidad para contar historias, como artistas y líderes culturales han demostrado que son  fundamentales para afrontar los desafíos que enfrenta un país como Colombia que pide a gritos la implementación de un acuerdo de paz, la educación como un derecho para todos y todos, el reconocimiento de los pueblos indígenas y la revalorización de un sector más allá de un poco o nada integradora economía naranja.

La pandemia de COVID-19 que continúa circulando por todo el mundo ha afectado casi todos los aspectos de nuestras vidas, de nuestra cotidianidad, incluida aquella necesidad humana de conectar con la cultura. Si alguna vez hubo un momento en el que necesitamos cultura y creatividad para hacer frente a nuestros desafíos, es ahora.

*****

Frente Cumbiero lanza su álbum Cera Perdida importantísimo para noches llenas de pandemia y de risas.

Teatro Petra reabre sus puertas en Bogota con la obra Yo, No estoy Loca.

Juanita Delgado y Juan Felipe Rozo dirigen una obra para niños llamada Ramiro y sus Fantasmas.

En el Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU) se estrena la retrospectiva de la maesrta Beatriz Gónzalez.

Alcolirykoz lanza su canción Aranjuez.

Babelgam lanza su tema KYC

*****

Las artes no tienen pandemia.

 

*Directora de Cultura

Este mensaje de error solo es visible para los administradores de WordPress

Error: No hay cuenta conectada.

Por favor, ve a la página de ajustes de Instagram Feed para conectar una cuenta.

Un año que inicia con recrudecimiento de la violencia

Cuarentena empresarial ¿Hasta cuándo?

Por: Diana Pérez

El 2021 comienza con un enero “negro” para el sector empresarial que en el mes de diciembre venía presentando una leve mejoría a causa del impacto negativo dejado por las cuarentenas, los toques de queda y demás medidas para afrontar el paso de la pandemia en el 2020, año en el que cerraron más de 54.000 empresas solamente en Bogotá y qué de acuerdo con la Cámara de Comercio de esta ciudad, la creación de empresas disminuyó un 12%, siendo ésta, la cifra más alta en los últimos 10 años.

Pese a los malos resultados del 2020, el empuje del empresario y la expectativa del consumidor eran optimistas para el 2021. Según la última encuesta de pulso empresarial realizada por el DANE con el apoyo del Banco Mundial y publicada el pasado 20 de enero, el 39.9% del total de las empresas sostuvo en diciembre de 2020 que, esperaba un aumento de sus ingresos en los próximos tres meses, expectativa que se verá reducida con la llegada de la segunda ola de contagios y con la implementación de medidas restrictivas. Esto implica una mayor crisis a los empresarios que asumieron gastos en contratación de personal y créditos para retomar nuevamente sus actividades, situación que sin duda incrementará las pérdidas a varios sectores de la economía. Nadie preveía medidas tan restrictivas comenzando el año y que a juicio del Director de Fedesarrollo Luis Fernando Mejía, puede generarle a la economía una pérdida de 8 a 12 billones de pesos.

 

El desespero empresarial está llegando al límite con los cierres al comercio y la industria, afectando no sólo el crecimiento de la economía, sino deteniendo la generación de empleo. Recordemos que al cierre del año 2020 la tasa de desempleo se encontraba en el 13.3% y para nadie es un secreto que el sector empresarial y productivo son el motor de la economía que ayuda a la reactivación y la generación de empleo, tal y como se corrobora con las cifras del DANE y la firma Raddar, cuando señalan que el sector privado genera el 95.8% del empleo en Bogotá y más del 80% a nivel nacional respectivamente.

El panorama no es fácil y aunque reconozco que la salud es prioridad, la economía también lo es. Si las medidas restrictivas continúan, la carga en el gasto del gobierno será mayor, ya que deberán generarse más subsidios para la empresa, flexibilizar impuestos y crear programas de salvamento que conllevarían el incremento en la deuda. No queremos un Gobierno paternalista, el empresario perfectamente puede salir adelante, siempre y cuando le permitan desarrollar su actividad con el cumplimiento de las medidas de bioseguridad exigidas por las autoridades. 

La experiencia que nos dejó el 2020, debió servir para afrontar de mejor manera la llegada del segundo pico de contagio, sin embargo, retrocedimos en el tiempo tomando las mismas medidas que afectaron tanto la economía y que a hoy, pareciera no tener un resultado favorable en la disminución de contagios pero si, en el bolsillo del empresario, y más cuando muchas de esas medidas fueron impuestas de manera apresurada, sin ser concertadas con el sector privado. Debemos evitar más cierres de empresas, más despidos y más crisis económica si queremos lograr un crecimiento del 4.6% según lo proyectado por el Banco de la República para el 2021 y reducir la tasa de desempleo, razón por la cual, es necesario que las autoridades nacionales y locales reconsideren algunas restricciones al sector productivo y comercial que está tratando de sobrevivir, permitir su operación de manera biosegura para recuperar lo perdido en el 2020 y dinamizar la economía en los próximos meses. 

Bien decía Churchill “Algunas personas consideran la empresa privada como un tigre depredador que debe ser fusilado. Otros la ven como una vaca que se puede ordeñar. No muchas personas la ven como un caballo sano, tirando de un carro robusto”.

*Directora Empresa, Industria y Competitividad

Este mensaje de error solo es visible para los administradores de WordPress

Error: No hay cuenta conectada.

Por favor, ve a la página de ajustes de Instagram Feed para conectar una cuenta.

Un año que inicia con recrudecimiento de la violencia

Una nueva apuesta para la educación superior en la ciudad: Los nuevos retos del sistema universitario.

Por: Liliana María Guaca

Las universidades durante la pandemia se enfrentaron al reto de transformar sus procesos académicos y administrativos para lograr mantener no solo la matrícula sino también, poder generar procesos pedagógicos acordes a la nueva realidad. 

De lo anterior, se desprende la discusión sobre la pertinencia de los contenidos de cara a los cambios tecnológicos actuales, en ese sentido, ¿Los estudiantes están preparados para ellos? ¿Estamos formando a nuestros estudiantes en habilidades y capacidades para enfrentar estos desafíos y los que se desprenden de un futuro laboral cada vez más automatizado?

Según una encuesta realizada por WorkUniversity dirigida a 1.257 estudiantes universitarios, 160 tecnólogos y 82 jóvenes en formación, la deserción para el segundo semestre  del 2020 fue entre el 24 % y el 50% a pesar de los alivios en matrícula y diferentes estrategias de retención que han venido desarrollando las diferentes universidades. 

Según la citada encuesta los principales factores de retiro del sistema universitario obedecen a dificultades económicas (62,5%), lo complejo que supone mantener las clases virtuales (20,80%), no contar con suficiente Internet ni medios, como un computador (12,50%) o no tener una práctica universitaria (4,20%). A estos elementos se suma que el 58% de la población desertora, fueron estudiantes de los primeros semestres.

 

Esta cifras ponen de presente, la fragilidad económica en la que se encuentran nuestros estudiantes universitarios. Desertar del sistema para aquel que se encuentra en situación de vulnerabilidad, puede tener un costo mayor que para el que cuenta con el capital, económico, social y cultural para retornar. Lo anterior, debido a factores asociados como ser cabeza de familia,  tener hermanos o adultos mayores a cargo o ser el principal miembro proovedor de la unidad familiar a la que pertenece. 

 

Adicionalmente, la alta deserción en los primeros semestres puede obedecer a otros adicionales, como errada orientación vocacional en la educación media que los lleva a transitar por espacios de formación alejados de sus verdaderos interéses y que terminan en un proyecto de vida que no es consistente con su expectativas, con lo que aprendieron y lo que requiere el mercado laboral. 

 

La deserción observada agrava más la situación si tenemos en cuenta el antecedente de la baja absorción de egresados en las universidades que según cifras del Ministerio de Educación para 2018, evidencia que solo el 48,5 % de los estudiantes de colegios oficiales y privados aparecen en los registros de absorción a la educación superior. Esto quiere decir que de 100 estudiantes que finalizaron grado 11, solo 48 ingresaron a la educación superior el año inmediatamente siguiente a la culminación de sus estudios de bachiller y de esos 48, la mitad desertaron en los primeros semestres.

Desde esa perspectiva, la educación superior tiene 2 grandes desafíos: En primer lugar, definir estrategias de orientación, acceso y  permanencia articuladas entre niveles, que permitan retener a los estudiantes de manera satisfactoria en cada una de sus etapas y asi lograr la culminación de sus estudios; En segundo lugar, presentar una oferta pertinente, que cumpla con los fines misionales de las universidades en términos de la formación integral pero que también se corresponda con las necesidades laborales del mercado y de la sociedad.

El distrito capital con apoyo de la UNESCO, el PNUD y la OIT hoy se están pensando estos desafíos en conjunto con las universidades a través de una propuesta de modelo de acceso, permanencia y graduación de la educación post-media. Allí se  plantea un escenario formativo a traves de las construcción de rutas de aprendizaje diseñadas por los mismos estudiantes, de conformidad  con la oferta que actualmente han venido planteando las universidades que decidieron participar de la estrategia Reto A la U, que se desprende de este modelo y que actualmente es desarrollada por la Secretaría de Educación del Distrito.

Esta innovadora propuesta, busca que tanto las universidad públicas como privadas hagan parte de un gran ecosistema de formación que le permita al estudiante, contar con una oferta diversa y pertinente que no se limite a universidad específica, sino que sea el resultado de las elecciones e interéses del estudiante; un sistema que acompaña la construcción de su proyecto de vida y que como resultado de dicha experiencia, pueda contar al final con los conocimientos, capacidades y habilidades necesarias para insertarse satisfactoriamente en el mercado laboral; desarrollando de conformidad con sus elecciones un proyecto de vida más promisorio.

Lo anterior, supone como sistema educativo en conjunto, un gran compromiso por el desarrollo educativo en la ciudad, a través de:

  1.  El desarrollo de estrategias que permitan mayores oportunidades de acceso, permanencia y de calidad en los aprendizajes entre niveles.
  2. La generación de un camino que le permita a los estudiantes navegar en este escenario a través de créditos, que en palabras mas técnicas representa la construcción y concertación de  rutas de homologación conjuntas entre las universidades que hacen parte del sistema.
  3. Si bien las universidades seguiran siendo generadoras claves del conocimiento cientifico, deben lograr ampliar su mirada sobre lo que hoy representa el mercado y las demandas que este tiene.
  4. La clara necesidad de actualizacion curricular y de innovacion educativa en el que tendran que entrar las universidades, ya que en este modelo no se está hablando solo de conocientos académicos sino tambien de habilidades para el trabajo. 
  5. Los procesos de  acreditación y de mejoramiento institucional serán claves para lograr avanzar en esta dirección y las consecuente alienación que se proyecta entre los diferentes ciclos de formación (universitaria, tecnológica y para el trabajo y desarrollo humano) que toma vida a través de este modelo y que vuelve a traer al estudiante como centro del proceso de formación.
  6. El rol esencial de regulación y el financiamiento que cumplirá la naciente Agencia Distrital para la Educación Superior, la Ciencia y la Tecnología creada en noviembre del 2020 y su relación o vinculación con la Secretaría de Educación Distrital y con otras entidades distritales.

Para finalizar es importante tener en cuenta que para llevar a feliz término la materializacion de este modelo, el sector productivo tendra que tener un papel más protagónico no solo en lo que tiene que ver con acercar sus necesidades de formación a los currículos, sino tambiénn en plantear articulaciones hacia el empleo más concretas adicionales a una mera práctica profesional.

Sobre este punto, la Ley del primer empleo y la Ley de pasantías son fundamentales Esta ultima liderada por el representante a la Cámara Jose Daniel Lopez y sancionada recientemente por el Presidente de la República,  busca romper el cuello de botella que muchos jovenes tenían al no contar con experiencia laboral certificada para presentarse a convocatoria laborales. 

Lo anterior, le da posibilidades mayores a los jóvenes universitarios que se les sea renocida esta experiencia y que junto con ésta estrategia de formación propuesta por la Secretaría de Educación, se logre un efecto directo y sistemático sobre el mejoramiento del empleo y la empleabilidad, así como de lucha contra la informalidad y la pobreza en la ciudad.

*Miembro Dirección de Educación

Este mensaje de error solo es visible para los administradores de WordPress

Error: No hay cuenta conectada.

Por favor, ve a la página de ajustes de Instagram Feed para conectar una cuenta.