Feb 9, 2020 | Columnas de Opinión, John Jairo Ocampo
#ConTodoRespeto
Por: John Jairo Ocampo (*)
@jjocampo_
Antes de comenzar, y dado que ya he sido víctima de insultos en Twitter, quiero advertir que no soy anti-redes. ¡No soy enemigo de las redes!
Las redes sociales tienen su razón de ser, son útiles en muchos casos, pero de ningún modo pueden convertirse en el sustituto de los medios de comunicación tradicionales, ni del periodismo como tal.
Sorprende ver que en Colombia los medios se volvieron “red-dependientes” y le entregaron su espacio a una cantidad de cuentas, en su mayoría malintencionadas, cuyo único propósito es desinformar, fabricar mentiras, polarizar y promover el odio.
Las redes, en especial Twitter, están repletas de personas anónimas con cuentas que forman parte de las tradicionales bodegas, cuyo claro objetivo es hacer daño. Es lamentable percibir que el periodismo y los medios han cedido el terrero.
Con todo respeto, no es exagerado afirmar que hoy en día no existe ningún estímulo para ver noticieros de televisión, escuchar programas informativos de radio o leer periódicos. Ningún medio está ofreciendo contenidos distintos a los que se ven y se escuchan en las redes.
He realizado, con juicio, el ejercicio de comparar lo que se reporta en redes y lo que emiten noticieros de televisión respecto a noticias como las marchas, temblores o inundaciones, y debo decir que en la información que se presenta en televisión no hay ningún valor agregado, nada que haga la diferencia con lo visto previamente en un dispositivo móvil.
Para no ir tan lejos, revisemos el tema de los goles. El noticiero de televisión invierte tiempo y espacio de su programación para transmitir los goles de ligas nacionales e internacionales que ya hemos visto en el celular. No existe ningún valor agregado.
Pero más preocupante es que si al siguiente día uno toma el periódico para leer algo adicional de un hecho noticioso, no encuentra nada distinto a lo que se dijo previamente en redes y telediarios.
Estos ejemplos explican la llamada “crisis de los medios en Colombia”. Y no es para menos: si no hay un valor agregado en la información, la batalla está perdida.
Es lamentable que el criterio de muchos editores y directores para publicar una nota dependa de la importancia de esta en redes. Es inaudito que el criterio se lo dejemos al sinnúmero de N.N. que deambula por la red, y cuyo único objetivo es polarizar, desinformar y promover el odio.
¿Por qué razón una tendencia de dos mil tweets se vuelve noticia en los medios de comunicación? Si se supone, según las mediciones, que los programas informativos de radio los escuchan entre doscientos mil y un millón de oyentes, ¿qué importancia tiene ser tendencia con dos mil trinos? Lo más probable es que la mayoría de esas cuentas sean de bodegas o de personas que opinan en redes sin haber escuchado el programa.
Con todo respeto, creo que también se equivocan quienes creen que la solución es crear los programas de opinión y debate, pero para llevarlos a lo digital en vez de a la pantalla tradicional. En un país como el nuestro, donde internet no siempre funciona bien, ni siquiera en Bogotá, además de ser un servicio costoso, dudo mucho que las masas se dediquen a ver desde sus dispositivos móviles programas de media hora o más.
Los contenidos en redes deben ser cortos, casi que promocionales, y deben persuadir a los consumidores de ver los contenidos en las pantallas, y no al revés. La televisión seguirá siendo el compañero de los hogares. Otra cosa son las plataformas que ofrecen contenidos de entretenimiento.
Esto no es un mal generalizado. Es algo que ocurre en Colombia y en otros pocos países en vía de desarrollo. Después de vivir trece meses en España pude comprobar que, en efecto, los noticieros no son los programas preferidos por las personas para informarse. Allí, hoy el enfoque está en los programas de opinión, entrevistas, debates y humor político.
En el país ibérico, la gran mayoría de canales de televisión nacional dedica prácticamente la mañana a debatir los temas más importantes de la agenda española, y a las emisoras de radio no les preocupa si son o no tendencia en redes. Mucho menos se ve o se escucha a los líderes de opinión insultando o descalificando a las fuentes.
En Colombia, sin embargo, no todo está perdido. Hay el suficiente espacio para que los medios radiales y audiovisuales se reinventen, y así revivamos el periodismo puro. El de grandes investigaciones, el de grandes primicias, el de profundas entrevistas, el de los debates y el del humor político.
Un ejemplo de lo que se debe hacer es lo realizado por la Revista Semana en ediciones recientes. ¡Qué bueno saber que los domingos llega una revista que sorprende porque trae primicias y resulta de obligatoria lectura para comentar el contenido de la publicación!
Sin embargo, sorprende que después de la última información revelada por la revista en su investigación “Chuzadas sin Cuartel”, las preguntas de los periodistas en el programa radial del lunes en la mañana estuvieran más enfocadas en lo que se decía en redes que en profundizar tamaña revelación.
Un periodista ilustre preguntó a Alejandro Santos: “En redes se critica a la revista por no revelar el nombre del político a quien daban información de las chuzadas. ¿En redes dicen que es Uribe, por qué no lo confirman de una vez?”. La respuesta del director de Semana fue contundente en esa y otras entrevistas radiales: “Una cosa son las redes en las que solo se mueve el odio, la mentira y las noticias falsas y una cosa es el periodismo de investigación y responsable que nosotros hacemos”.
El llamado es a recuperar el periodismo y los medios de comunicación. Volver a la esencia de la reportería viva, la de la calle, y no a la del escritorio y las redes. Reinventar los formatos. Colombia necesita con urgencia más espacios de opinión.
Para formar sociedad y para que la gente entienda lo que sucede en el país, es necesario brindar a los ciudadanos todos los elementos de juicio sobre lo que está pasando.
¡No le dejemos el espacio a la cloaca de las redes que nos está destruyendo como sociedad!
(*) Director de Medios de Comunicación y Libertad de Expresión de Alcentro.
Feb 7, 2020 | Andrés Felipe Fuentes Velásquez, Columnas de Opinión, Emprendimiento
Por: Andrés Felipe Fuentes Velásquez*
@MarcaAF
Al iniciar un año siempre hacemos propósitos personales, familiares académicos y profesionales, por eso en esta ocasión los quiero invitar para que piensen sobre la posibilidad de desarrollar una idea de negocio o en otras palabras de emprender y así cumplir esos propósitos de año nuevo.
Piensen en que emprender es una oportunidad fantástica para llenar los vacíos que muchas veces tiene la vida y responder a las necesidades de nuestra sociedad. Todas las personas pueden emprender sin importar la edad, el estrato social o la profesión u oficio a la cual se dediquen. Es solo una cuestión de decisión.
Un denominador común en todos los emprendimientos exitosos, sin temor a equivocarme, es LA PASIÓN. Esta premisa la confirma el empresario colombiano Alexander Torrenegra, cuando afirma que, «emprende en lo que eres súper apasionado» y la complementa el neurólogo Español, Francisco Mora, quien plantea majestuosamente que, «sin pasión no se aprende»; estas expresiones definen la diferencia entre triunfar o fracasar en este exigente ecosistema productivo.
Por esta razón, es recomendable para los emprendedores, que incluyan en su léxico del día a día, estos 11 conceptos que serán una guía en la planeación, ejecución, verificación y ajustes de la propuesta de valor que presentarán al mercado, recuerden que como dice Sylvia Ramírez, coach de felicidad, emprender no es Disneylandia, pero cuando recibes los frutos no te cambias por nada ni por nadie, por eso atendamos con detenimiento estos consejos que quiero dejarles basados en mi experiencia profesional:
- Trabajo en equipo de forma multidisciplinar.
- Vocación de servicio.
- Toma de decisiones oportunas.
- Resiliencia.
- Creatividad.
- Innovación constante.
- Disciplina.
- Constancia.
- Capacidad de Soñar y proyectarse a corto, mediano y largo plazo.
- Optimización de los recursos humanos y tecnológicos.
- Conocimiento financiero.
Una vez interiorizadas y puestas en práctica en el diario vivir, se debe pensar, definir y escribir la idea de negocio, solo así, podremos empezar a hacerla realidad. Definido esto, se podrá aplicar a los diferentes beneficios que tiene y ofrece el sector público y privado, ya que sin recursos es aún más complicado el tema, por eso sugiero observar los siguentes canales de financiación.
Uno de los mayores referentes que tenemos en el país es el programa ofrecido por el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, quien implementó un proceso denominado: Ruta de Emprendimiento, a través del Fondo Emprender, que cuenta con tres fases a saber: i) entrenamiento y elaboración del plan de negocio; ii) implementación del plan y; iii) evolución y seguimiento por parte de un comité de expertos en el tema; todo esto con el fin de que se haga entrega del capital semilla que oscila entre 49 y 149 millones de pesos, de acuerdo a las características del negocio y las bases en su consolidación y proyección.
Otros referentes para aplicar y apalancar nuestros emprendimientos los encontramos con Wayra Colombia, que le apuesta a las startups, INNPULSA, que cuenta con recursos para fortalecer los emprendimientos en funcionamiento, Ventures, Destapa Futuro, Fondo Naranja, también son programas que ofrecen grandes beneficios a quienes le apuestan al emprendimiento. Lo cierto de todo esto es que existen millones de recursos económicos, programas de formación y capacitación de emprendimiento y lo único que hace falta es tomar la iniciativa y aplicar al que más se ajuste a nuestras necesidades y sueños.
Quiero concluir esta breve reflexión, reiterando la invitación para que le apostemos al emprendimiento en el 2020 y dejemos a un lado las excusas que nos alejan de nuestros sueños. Si bien somos estudiantes, profesionales, amas de casa, asalariados o estamos inactivos en el mercado laboral, lo bueno del emprendimiento es que todos cabemos en él. En mi caso, le aposte al emprendimiento periodístico y decidí crear mi propio programa informativo el cual difundo a tráves de redes sociales y el cual denominé: El Radar Informativo. Si son apasionados por el deporte los invito a seguirme en redes sociales.
Por si les queda otra duda, sobre los beneficios del emprendimiento, acá les dejo esta reflexión, es una solución para enfrentar el problema de desempleo en el país. Según cifras del DANE, para el mes de noviembre de 2019, la desocupación laboral llegó al 9.3%, si bien es de un solo dígito, resulta preocupante para el desarrollo económico del país.
*Columnista invitado y Miembro de número de la Dirección de Emprendimiento.
Feb 6, 2020 | Columnas de Opinión, Emprendimiento, José Orlando Morera
Por: José Orlando Morera
Desde que entró en furor la era del conocimiento y en plena revolución 4.0, que consiste en la digitalización de los procesos industriales por medio de la interacción de la inteligencia artificial con las máquinas y la optimización de recursos enfocada en la creación de efectivas metodologías comerciales, se han generado disrupción en operaciones de TI, modelos de negocio, y mercados.
Las nuevas tecnologías han incursionado de manera disruptiva más allá de ser fenómeno o tendencia, logrando cambiar la vida de millones de personas a través de desarrollo como el blockchain como se publicó en un reciente artículo del tanque de Pensamiento Al Centro, así como la robótica, la realidad digital, la big data y la inteligencia artificial.
En ese sentido, la industria 4.0 seguirá siendo protagonista en la introducción de las tecnologías digitales en las empresas, particularmente MiPymes, para lograr interconexión entre los procesos, lo cual establece una serie de retos, como adaptarse a las necesidades y expectativas de demanda, servir al cliente de una forma más personalizada, aportar un servicio posventa uno a uno con el cliente, diseñar, producir y vender productos en menos tiempo, añadir servicios a los productos físicos, crear series de producción más cortas y rentables, entre otros aspectos.
Los proveedores de nube de hiperescala a nivel de infraestructura como servicio (IaaS), plataforma como servicio (PaaS) y software como servicio (SaaS), como Google, Microsoft, Amazon y Salesforce están empezando a integrar estas capacidades en sus ofertas o a ponerlas a disposición como una plataforma para ser utilizadas por terceros, traduciéndose en una mayor oferta de servicios y productos a través de distintas plataformas; en todo este mundo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la conectividad es y seguirá siendo la infraestructura fundamental de los individuos, las empresas y las sociedades.
Es imperativo dejar claro que el avance tecnológico es una realidad imparable, que implica cambios a los cuales tiene que estar dispuestos tanto emprendedores como empresarios y gobierno, todos articulados en un ecosistema en el cual cada participe apalanca y genera tracción para que la economía crezca. Según Internet World Stats, a junio de 2018, el 55,1 % de la población mundial tenía acceso a internet, es decir, 4.200 millones de los 7.600 millones de personas en todo el mundo.
Por supuesto, la universalización y masificación de las TIC han desempeñado un papel clave para dinamizar la sociedad del conocimiento y han permitido la apropiación de la tecnología en distintos sectores, como educación, hogar, salud, movilidad, transporte, bancarización, entretenimiento, justicia, trámites, servicios públicos, entre otros, a través de la innovación y el emprendimiento, contribuyendo a generar oportunidades para miles de ciudadanos y empresas.
En 2019, algunas tendencias que se consolidaron fueron: inteligencia artificial (IA), internet industrial de las cosas (IIoT), sistemas ciberfísicos (CPS), robótica colaborativa (Cobot), Big Data (macrodatos), impresión 3D, realidad virtual y realidad aumentada, desarrollo de nuevas aplicaciones con mayor énfasis en la salud y blockchain. Esto soportado en la electrónica como estructura fundamental del desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Así mismo la electrónica seguirá soportando el desarrollo del control de procesos industriales, sistemas electrónicos de potencia, instrumentación y control, diseño y análisis de instrumentación electrónica, microcontroladores y microprocesadores, así como apoyo en el diseño de software para su control, entre otros.
Amén de la investigación, la innovación y el desarrollo, para nadie es un secreto que el sector tecnológico se ha convertido en un interesante y rentable negocio que cada día consigue más adeptos, permitiendo que se consolidaran durante la última década las compañías tecnológicas como las más valiosas del mundo.
Cada día se aparecen nuevas startups, algunas de las cuales logran posicionarse en el mercado. Unas no tan conocidas que están siendo parte de una especie de revolución silenciosa en este negocio, por cuenta de la transformación digital por fuera de la cual nadie se quiere quedar.
Ahora bien, teniendo claro el contexto real de la relación desarrollo tecnológico – económico, vale la pena analizar a su vez el avance normativo en la materia, que resulta incipiente y obsoleto, con el riesgo de retroceso por la ideología ultraconservadora y proteccionista de los sectores tradicionales como en el caso del transporte defendiendo a ultranza la operación del modelo taxi, lejos de comparación con el uso de aplicaciones porque se trata básicamente de dos modelos de negocio diferentes.
Hoy más que guerras entre sectores que nos llevan al estancamiento o retroceder en lo ya avanzado, requerimos aunar esfuerzos para que las voces de los diferentes actores lleguen al congreso y al gobierno, de modo tal que se tracen los lineamientos que nos lleven al establecimiento de una política pública que promueva la creación, desarrollo y fortalecimiento de la industria en general que cobije el emprendimiento y desarrollo de las empresas de base tecnológica; los colombianos demandamos que se genere una dinámica institucional, normativa, económica, social y empresarial que nos permite liderar el proceso de cambio y modernización en la región como otrora en otras áreas.
No es posible que empresas e inversionistas extranjeros salgan espantados del país o decidan obviar nuestro país como destino de inversiones claves para la tracción de nuestra economía y terminemos perdiendo una oportunidad de oro para liderar la revolución industrial y tecnológica en América Latina, además del coletazo que trae consigo desempleo y la negación del derecho a acceder a diferentes servicios de una manera moderna, práctica y eficiente, es un derecho que no nos pueden arrebatar los sectores políticos y que más bien sí estos se pongan a disposición de los ciudadanos para lograr un marco regulatorio progresista y de avanzada.
Entiéndase por emprendimientos de base tecnológica aquellas empresas que se crean sobre la base de la investigación y el desarrollo, en ambientes universitarios o en empresas ya existentes. Este tipo de empresas se caracterizan por tener desarrollos tecnológicos propios, de la empresa o del emprendedor, con un conocimiento específico difícilmente replicable.
Las Empresas de Base Tecnológica e Innovadoras se definen como aquellas unidades productivas que generan valor a través de la aplicación sistémica de conocimientos tecnológicos y científicos, que diseñan, desarrollan, producen o comercializan nuevos productos o servicios. Como en la mayoría de las empresas, las de base tecnológica no son ajenos al riesgo de fracaso que implica el emprendimiento, ante lo cual el desarrollo normativo que se pueda lograr en la materia debe contemplar aspectos como:
- Asesoría, acompañamiento y capacitación gratuita, en áreas cruciales como finanzas, impuestos, marketing, administración y legislación laboral.
- Acceso a mecanismos de financiación con entidades públicas o privadas, inversionistas, incubadoras y otros modelos alternativos, con tasas preferenciales fuera del esquema de experiencia crediticia o reportes negativos en centrales de información.
- Conformación del equipo de gestores emprendedores quienes ayudan a fortalecer y aumentar el crecimiento de estas iniciativas y que por lo mismo requieren un tratamiento especial si se quiere preferencial en materia impositiva.
- Desarrollo de mecanismos necesarios para llevar sus productos o servicios fuera de su país de origen y comercialización en el ámbito global.
*Columnista invitado y Miembro de Número de la Dirección de Emprendimiento.
Feb 5, 2020 | Columnas de Opinión, Gabriel Cifuentes, Seguridad y Justicia
Por: Gabriel Cifuentes*
@gabocifuentes
En días pasados un ciudadano dio de baja a tres delincuentes que trataron de atracarlo. El médico desenfundó un arma que portaba con salvoconducto y les disparó. Al día siguiente se entregó a las autoridades y admitió que había sido él, quien en ese puente de la calle 122 con avenida 9 en Bogotá, había activado el arma para defenderse. Si bien las investigaciones deben seguir su curso, en una versión preliminar, se conoce que hubo un forcejeo y que los atracadores atacaron al ciudadano con armas blancas.
En las redes sociales estallaron mensajes de apoyo para el médico. Mientras algunos lo llamaban héroe e invitaban a la ciudadanía a que siguiera su ejemplo, otros decían que los atracadores eran unos “buenos muertos”. La verdad es que en ningún país donde se aplique un Estado Social de Derecho la muerte es algo que se deba celebrar. Y no por ello estoy sugiriendo que el médico haya hecho mal en defender su vida y sus bienes; me refiero más bien al punto de degradación al que hemos llegado como para no ver que este ejemplo que nos ocupa, más que llamar a la celebración encierra una tragedia bajo todo punto de vista. Piénsese no más en la consciencia y el peso que debe sentir alguien que después de firmar su voto hipocrático se ve obligado a matar con su arma a tres sujetos. ¡Eso no debe ser fácil!
Los sucesos ocurridos la semana pasada deberían invitarnos a reflexionar en diferentes temas. Está, por supuesto, el debate de si se trató o no de una legítima defensa. A juzgar por los datos que se han dado a conocer ante la opinión pública, podría afirmarse que se cumplieron los presupuestos del artículo 32 del código penal, a saber: que el ataque a quien alega la legítima defensa haya sido actual, inminente y no haya sido provocado por él mismo. De igual manera, que la respuesta haya sido proporcional. Se puede deducir que el médico actuó en defensa de un ataque inminente y que la desproporción en el número de atacantes podría a su vez justificar la desproporción en el uso de la fuerza. En pocas semanas, entonces, este caso debería ser precluido por un juez de la República.
Pero los temas sobre los que verdaderamente habría que reflexionar son bien otros. El primero, sin duda, es la escalada de la delincuencia organizada y de la inseguridad ciudadana en la capital. Según las mismas cifras del Distrito, los homicidios, que venían presentando una reducción considerable, cerraron el 2019 al alza. Sólo el año pasado este delito aumentó en casi un 10%. Peor aún, en los últimos meses del año, la diferencia entre los homicidios ocurridos en noviembre y diciembre fue del 26%. Eso sin hablar de un aumento desproporcionado y preocupante de los hurtos a personas que ha venido aumentando a tasas cercanas al 20% en los últimos años. Particularmente afectados, los ciudadanos en las estaciones de Transmilenio y en los puentes peatonales.
El tema de la inseguridad ciudadana debe ser la prioridad numero 1 del Distrito. Ya se había advertido en este mismo espacio sobre la necesidad de innovar e implementar medidas de seguridad realmente eficientes. Está bien que la actual administración quiera prevenir el delito concentrando esfuerzos en la cultura ciudadana y el manejo de conflicto sociales, pero no nos podemos quedar en eso. Se exige integrar nuevas tecnologías, cámaras de reconocimiento biométrico, inteligencia artificial, policía predictiva y vigilancia aerostática en las localidades más afectadas. Eso sin contar, por supuesto, en la necesidad de aumentar el pie de fuerza, por ejemplo, eliminando la policía de tránsito; renovar el equipamiento tecnológico de los policías, aumentar la capacidad en las salas de comando y control y articular esfuerzos con las autoridades judiciales para prevenir la reincidencia y garantizar la efectiva judicialización. Confiamos que el secretario de seguridad actúe de manera contundente no sólo para prevenir el delito, sino también para reaccionar a tiempo cuando éste ocurre.
Asimismo, la historia del médico que dio de baja a los tres atracadores, es un indicador del miedo que siente la ciudadanía, así como del cansancio frente a la incapacidad de las autoridades de garantizar su seguridad. ¿Por qué un médico saldría armado si no es porque teme por su vida e integridad? ¿Qué previene ahora, que cualquier ciudadano salga armado para defenderse? ¿Qué seguridad tenemos que los ciudadanos que salgan armados tengan su salvoconducto, sepan operar las armas y actúen con base en los límites legales? ¿Es conveniente que los ciudadanos anden armados en la calle? ¿Qué tan lejos estamos de adoptar una lógica de autodefensa, o incluso, qué tan lejos estamos de salir a perseguir hampones y sentir que está justificada esa acción? ¿Cuánta confianza nos queda en las instituciones?
Es imposible juzgar a quienes temen por su vida y se arman para defenderla. Es casi que un impulso de supervivencia; es instinto. Pero el hecho de que se haya llegado a ese punto no sólo indica que como sociedad democrática estamos fallando en garantizar la vida, los bienes y la integridad de las personas, sino que, peor aún, estamos a un paso de que los ciudadanos sientan que es legítimo asesinar ante la ineficiencia de las autoridades. Lo que está sucediendo no sólo es grave, sino que va en contra vía de una noción de sociedad civilizada. Es hora de actuar con contundencia, pero desde la administración. La justicia a mano propia no se puede convertir en la solución.
Es muy pronto para hacer una valoración de lo que esta administración ha logrado, pero la ciudadanía confía en que se materialicen resultados y victorias tempranas. Es necesario pasar del discurso a la acción. Es una obligación del Distrito y un derecho de los capitalinos. Las soluciones integrales no dan espera, más de un millón de bogotanos depositaron la confianza en esta administración y exigen resultados de manera pronta y contundente.
Feb 4, 2020 | Columnas de Opinión
Por: Juan Manuel Quintero*
@JuanMQuinteroG
Risaralda, Quindío y Caldas han sido por excelencia de tradición agrícola, en especial cafetera. No por nada, este triángulo poblado en su mayoría por descendientes de arrieros antioqueños ha tenido siempre a la industria cafetera como su estandarte. Un sector económico al que nuestro país siempre estará agradecido, pues ayudó a jalonar la economía nacional durante décadas.
Pero los tiempos cambian y hoy la realidad es otra, aquel sector cafetero que antes le generaba importantes ingresos al Estado, muchas veces necesita subsidios de este para mantenerse a flote. De esa misma forma, la industria en esta zona del país se ha empezado a concentrar en otros sectores, pues la sobre-producción mundial de café ha llevado los precios a sus mínimos en la última década, generando pérdidas entre pequeños y grandes agentes del mercado.
Por lo cual, nos vemos obligados a buscar otros horizontes sin que ello signifique soltarle la mano a la industria del café, claro está. Pero la crisis cafetera no se arregla con subsidios gubernamentales, una medida necesaria en su momento, pero inútil a largo plazo. Los problemas de miles de productores del grano, cuyos costos superan el valor de venta, deben centrarse en una alternativa paralela que les permita generar riqueza, al menos, cuando los precios se desploman.
Igualmente, considero valiosos los esfuerzos conjuntos del Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, así como el del actual Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, que en el mes de diciembre del pasado año, firmaron la que se denominó “Agenda Estratégica para el Sector Cafetero 2020-2030”.
En esta, y tal vez como fruto de la emoción que generó en el gremio el repunte de precios que tuvo el grano al final del 2019, se establecieron propósitos como concentrarse en la calidad, diferenciar el café colombiano del resto de variedades del mundo, reducción de costos asociados a la producción, nuevas estrategias de comercialización e incluso, promover el café como herramienta de legalidad en territorios afectados por la violencia. Todas estas, estrategias válidas y las cuales espero que den resultado, pero que a su vez no le otorgan ninguna garantía a los cafeteros que llevan años añorando tiempos pasados.
Por otra parte, observamos una agroindustria que crece a pasos de gigante, cuyas exportaciones aumentaron en un 413% en los últimos tres años, con acuerdos comerciales para vender a Estados Unidos, Europa, Australia, China y Japón y, lo más importante, un sector que es rentable para el productor.
Estamos hablando del aguacate, un fruto producido en más de un 50% por pequeños campesinos de nuestro país y que le permite a grandes empresas generar casi 60 mil empleos en todo el territorio nacional. Razón por la cual ha sido tema obligado en la agenda del gobierno, durante cada uno de sus viajes diplomáticos. Agenda en la que Risaralda ha sido protagonista, pues no se puede olvidar que en días pasados, la primera exportación de Aguacate hacia Japón, se hizo desde Quinchía, un pequeño municipio agrícola de este departamento. Hecho antecedido y respaldado, con la llegada a Risaralda de grandes empresas del sector como; Cartama, Campo Sol, Frutty Green, entre otros.
Es por esto, que hoy Colombia y en especial Risaralda, junto con sus departamentos vecinos del eje cafetero, debe mirar con entusiasmo esta oportunidad, pues aquellos cafeteros que se encuentran ante la encrucijada entre no abandonar el campo que tanto les ha dado y tener negocios prósperos, pueden encontrar en el “oro verde” la solución a sus problemas.
En ese sentido, invito a los dirigentes de Risaralda, un departamento cuya topografía, altura y clima, son idóneos para el cultivo del aguacate, a incentivar esta industria y así posicionarnos nuevamente como referentes del desarrollo colombiano. Dicen que en toda crisis siempre hay una oportunidad, y esta vez no es la excepción. Ha llegado el momento de que seamos el ¡Eje Aguacatero!
*Director Temático del Departamento de Risaralda.
Feb 3, 2020 | Columnas de Opinión, Contratación Pública Transparente, Juan Felipe Cáceres
Por: Juan Felipe Cáceres*
Si existe un tema que a los bogotanos y a las personas que habitan en Bogotá incumbe a través de la historia es el de la construcción de un sistema de transporte público eficiente, cuya principal característica sea la de cumplir con la demanda y las necesidades de los habitantes de la capital colombiana.
Recordemos que a pesar de que Bogotá cuenta con el Transmilenio, un sistema de transporte con autobuses de tránsito rápido, su infraestructura y alcance de servicio se quedó corto para la cantidad de población que habita en la principal ciudad del país, ya que cuando fue inaugurado en el año 2000 por el alcalde Enrique Peñalosa Londoño, existían alrededor de 1´500.000 habitantes menos que los que hay hoy en día. Han existido debates, cuestionamientos acerca del servicio de Transmilenio, intentos de revocatoria del Alcalde Mayor entre otras acciones por los cuales los bogotanos no están a gusto; sin embargo, el momento de creer en que los bogotanos tengan un nuevo sistema de transporte público que cubra toda la demanda de la población y mejore la calidad de vida de estos y de quienes habitan en la capital es AHORA.
El 2019 fue decisivo para determinar el futuro de la construcción de la Primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB), ya que, a inicios de febrero, el futuro de esta estaba en manos de un Tribunal, quien confirmó la decisión de una jueza de la República de que el Distrito había cumplido con todos los requisitos que establece el artículo 2º de la ley 310 de 1996, la cual establece los parámetros y exigencias para la cofinanciación y ejecución para el proyecto Sistema de Transporte Público Metro.
Después de una larga cadena de demandas interpuestas por miembros políticos pertenecientes a la oposición que solicitaban la caducidad de las vigencias futuras por un supuesto incumplimiento del Distrito en la ejecución de estas, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca fue quien determinó que todo se había cumplido a cabalidad, y posteriormente en septiembre el Consejo de Estado en última instancia dejó en firme el Acuerdo Distrital 691 de 2017, por medio del cual el Concejo autorizó operaciones para el proyecto de la PLMB en las vigencias futuras comprendidas entre los años 2018 y 2041.
En noviembre, ya se acercaba la noticia. Dos consorcios se encaminaron para seguir en la carrera de ganar la licitación para la construcción. La primera de ellas fue Consorcio Metro de Bogotá, conformada por las empresas FCC Concesiones de Infraestructura (España), Carso Infraestructura y Construcción (México) y Promotora de Desarrollo de América Latina (México) mientras que el otro consorcio llamado APCA Transmimetro estaba conformado por China Harbour Engineering y XiÁn Metro Company Limited, dos empresas de Capital público chino. Ambas empresas cuentan con un gran poderío económico y alta experiencia en proyectos de este tipo, con mega obras como ingeniería naval, construcción de ferrocarril, carreteras, puentes, construcciones de obras municipales entre otras.
Fue así como el día 17 de octubre, la PLMB se adjudicó para el consorcio conformado por las gigantes empresas chinas de capital público, en el cual la participación de CHEC será del 85% mientras que XiÁn Metro Company Limited tendrá a su cargo participación del 15%. El 27 de noviembre de 2019 se realizó la firma del contrato, una noticia histórica que sacudió los medios de comunicación nacionales e internacionales debido a su magnitud e importancia misma.
Los detractores del Metro quienes con constantes ataques intentaron tumbar el proyecto por diferentes medios y vías, son los mismos que estuvieron al mando de la ciudad durante 12 años y cuyo discurso político se basaba en prometer la realización del proyecto, sin siquiera ir más allá de unos estudios. Es por esto que Bogotá nunca había estado tan cerca de conseguir lo que por tantos años ha buscado para otorgarle una solución efectiva de transporte masivo a la ciudad, y así mejorar en un 100% la vida de millones de habitantes. Vivimos en una sociedad en la que, por discordias y odios fundados en pensamientos políticos de nuestros gobernantes, nos han privado de tener un sistema de transporte masivo acorde a las necesidades que como bogotanos tenemos y esperamos se suplan; la oportunidad que tiene la capital es única y debemos apoyar el proyecto para que su realización sea todo un éxito. El Metro es la mejor opción para satisfacer las necesidades y falencias que presentan los diferentes sistemas de transporte público de Bogotá, tales como TransMilenio, SITP y los buses urbanos. Estos a diario contaminan, son incómodos, su sistema de seguridad no es el adecuado para transportar tal cantidad de personas y en muchos casos los buses no cumplen con los requisitos mínimos para prestar el servicio.
La oportunidad que tiene la ciudad en este momento es de oro. Una ciudad que recibe con sus brazos abiertos a personas de todas las regiones del país, la capital de todos los colombianos y la ciudad que está 2.600 metros más cerca de las estrellas por fin puede tener un Sistema de Transporte Público que esté acorde con su número de habitantes, que sea apto para transportar cientos de miles de personas diarias de manera eficiente, segura y cómoda.
El Consorcio conformado por las empresas constructoras prometen estar a la altura de lo requerido para posiblemente la obra más importante en la historia de Santa Fe de Bogotá: tienen la experiencia, la capacidad de trabajo y sobre todo los recursos que están comprometidos para la consecución del éxito del proyecto y así mismo, de los fines estatales. En las manos de la alcaldesa entrante Claudia López y los funcionarios que hagan parte del Distrito está la debida ejecución, vigilancia y veeduría de las obras, pero también, en manos de todos los bogotanos y personas que habitan en la ciudad porque este es nuestro proyecto, el cual tiene como único fin de mejorar la vida de las personas habitantes de esta hermosa y gran ciudad. Demos un paso de un Metro.
*Miembro de número de la Dirección de Contratación Pública Transparente y Columnista invitado del Tanque de Pensamieno Alcentro.