Apostar por un cambio sostenible, seguro y bioseguro en la Candelaria

Apostar por un cambio sostenible, seguro y bioseguro en la Candelaria

Por: David Pombo

 

En el marco del estado de emergencia y el aislamiento preventivo obligatorio, se han producido cambios en nuestra realidad. La cotidianidad se ha visto cambiada sustancialmente, la pandemia ha llevado a imponer una nueva realidad en la forma en cómo nos relacionamos, en cómo vivimos, pero también en cómo disfrutamos, estudiamos y desarrollamos nuestros trabajos.

Bajo este contexto, las realidades de nuestros territorios cambiaron, presento el caso puntual de la localidad La Candelaria (centro de Bogotá) esta crisis la tocó abruptamente, toda vez que en la localidad se concentran más de 14 centros universitarios que no están recibiendo diariamente a 300 mil estudiantes en la localidad, además, un 14 % del comercio está dedicado netamente a los servicios turísticos como hotelería, hostelería, agencias de viajes, artesanías, bici-tours y demás servicios que componen la cadena de valor del turismo local, un impacto económico y social a un territorio citadino que atiende aproximadamente a 1.500.000 visitantes anualmente.

Locales comerciales entre ellos restaurantes, cafés, espacios artísticos culturales y privados como bibliotecas, casas culturales, teatros, museos que mueven diariamente la economía local; los primeros limitados a solventar las necesidades a través de domicilios en el caso más positivo de apertura, los segundos cerrados porque no pueden ofrecer sus servicios ni abrir sus puertas.

Cabe mencionar el impacto de esta crisis en el gremio de joyeros, comercializadores de esmeraldas y orfebres que mantienen una actividad económica estratégica para la localidad, pero que en medio de esta situación algunos lograron apoyarse en alternativas como el comercio en línea y poco a poco migrar o gestionarse desde la divulgación digital. Sin embargo, no dejan de ser afectados por la crítica situación que vive la economía.

La dinámica, en la localidad de La Candelaria ha cambiado, sus calles recibían diariamente un flujo de población flotante debido a la actividad de las entidades públicas como Presidencia de la República, Congreso de la República, Alcaldía Distrital, las Altas Cortes y un número importante de ministerios del poder ejecutivo, todo este flujo de población mermó y su reactivación de darse será paulatina y moderada.

Sería desconocer la dinámica económica y social de la localidad, si no menciono a los vendedores informales, los artistas de calle que ambientan el tramo de la Carrera Séptima entre la Avenida Jiménez y la Plaza de Bolívar el cual ha sido reconocido como corredor artístico.

Todo lo anterior, supone un escenario incierto para la localidad, para sus habitantes y para los gobernantes locales que deberán poner a prueba su potencial de planeación estratégica de manera tal, que se logre convertir esta crisis en una oportunidad en la que se ponga en marcha una estrategia puntual pero ambiciosa para reabrir la localidad al mundo y reconvertirla en un destino turístico sostenible, seguro y bioseguro.

En este sentido, pretendo exponer algunos aspectos que considero importantes para la planeación de la localidad de La Candelaria en un mundo Pos-Covid:

  • Localidad sostenible. La localidad a partir de un ejercicio en red, de construcción conjunta entre todos los actores (universidades, gremios, entidades, autoridades, empresas, comunidad, sectores sociales, etc.) debería apostarle por crear un producto local. Este producto debería contener la mayor cantidad de servicios que ofrece el territorio, en este sentido, lo ideal sería lograr un desarrollo endógeno que permita fortalecer los sectores económicos locales y mitigar la fuga de recursos por la inexistencia de servicios que pueda necesitar un visitante.

Se sobre entiende que los turistas prefieren explorar distintos territorios, distintos atractivos, productos y servicios, considero que por la multiplicidad de actores y sectores económicos que confluyen en la localidad, esta estrategia podrá ser una hoja de ruta exitosa que pueda convertirse en piloto de lo que se debe hacer en un territorio con tantos actores apostando hacia una misma meta. Por ejemplo, es necesario que los sectores hoteleros o de restaurantes no se vean como competencia sino como cocreadores de una misma historia, de un mismo relato que logre cautivar al mundo post-pandémico.

Esta localidad para considerarse sostenible debe voltear la mirada a las cuencas de los ríos San Francisco y San Agustín junto con sus quebradas Padre de Jesús, Guadalupe, San Bruno, entre otras. Esto le permitirá abrir atractivos turísticos para el senderismo, avistamiento de aves, turismo de naturaleza y de aventura (si se quiere), diversificando la oferta turística y mitigando la fuga de recursos provenientes de estas actividades.

  • Localidad segura. Algunos líderes de opinión consideran que la crisis económica agudizará la situación de inseguridad en los territorios, en tanto que, aumentará el desempleo y, por ende, el acceso a bienes y servicios por parte de la población será cada día más limitado; lo que supondría que habrá un aumento en delitos como robos, atracos, fleteos, entre otros delitos que afectan la seguridad y convivencia ciudadana. Resulta clave que, en tiempos de confinamiento y planeación local, la localidad de La Candelaria se prepare y se anticipe a estos hechos con un plan de seguridad que mitigue el aumento de delitos. Es importante prever que al momento de reabrir los sectores económicos que mayor flujo de población moviliza en este territorio es posible que la seguridad empiece a deteriorarse, por tanto es necesario mitigar los factores de riesgo que se generen, máxime cuando la sensación de seguridad es un factor importante, particularmente, para el sector turístico.

Reactivar los frentes de seguridad de manera virtual por medios tecnológicos verificables y de uso responsable por parte de los actores que la conforman, el uso de mensajería instantánea por WhatsApp, Telegram o grupos cerrados de Facebook, por donde circule al instante información sobre situaciones que puedan poner en riesgo la vida de habitantes  y visitantes,  podría ser una herramienta de seguridad a implementar.

  • Localidad biosegura. Este concepto se instaló en nuestras vidas y tal vez, se convierta en una de las necesidades que tendremos presente con mayor frecuencia en la vida social Pos-Covid-19.

La bioseguridad que pareciera no nos preocupó en tiempos previos a la pandemia, se convirtió en estos tiempos, en nuestra principal preocupación o angustia. En este sentido, es clave brindar las medidas necesarias para que los visitantes de la localidad mantengan la sensación de seguridad. Este aspecto se convierte en la apuesta más ambiciosa de mi propuesta: robustecer la red de equipamientos en salud, fortalecernos a partir de la co-creación de los distintos sectores sociales y económicos de la localidad.

Por ejemplo, sería estupendo que entre los más de cincuenta establecimientos de salud particulares o privados que tienen asiento en la localidad, elaboren un procedimiento conjunto para la atención de los turistas que visitan nuestra localidad. Esto se convertiría en un servicio para enganchar un mayor número de turistas, algo que los operadores turísticos en articulación con otros actores del ecosistema de la localidad puedan ofrecer como piloto de un territorio que proyecta un turismo sostenible, seguro y bioseguro alejado de la aglomeración y las prácticas insalubres que en algún momento de nuestras vidas normalizamos.

En este aspecto, el mayor reto lo tiene el gremio hostelero puesto que, su principio es compartir un mismo lugar con otras personas a un menor costo; lo que evidentemente antes de la vacuna lo convertiría en un foco de contagio y biológicamente inseguro, de manera que tendrán que crear estrategias de servicio más cercanas a la hotelería, manteniendo su premisa de low cost.

Estas tres variables suponen la superación de una necesidad sentida en la localidad como es el sistema de recolección de residuos sólidos lo cual afecta la seguridad, el medio ambiente y las condiciones de salubridad de los habitantes de la localidad, al respecto es importante que la administración local en conjunto con Promoambiental que es el operador del servicio de recolección, barrido limpieza y poda en este territorio.

En conclusión, resulta clave que en medio de esta situación podamos revertir este escenario de incertidumbre constante. Una forma sería anticipándonos a lo que queremos en nuestro territorio, a buscar alternativas que nos fortalezcan en medio de la crisis y las diferencias, es momento de poner en práctica todo lo que la cultura y el arte ha formado en nuestros habitantes y de esa manera ser superiores a la situación que nos puso la historia, es momento de restaurar la visión de la localidad.

*Director localidad de Santafé y Candelaria

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Liderazgo Estratégico para Gestionar la Crisis

Por: Manuel Pérez

El 2020 se vislumbraba como un muy buen año para los negocios y las empresas. Las proyecciones de crecimiento económico así lo demostraban; para Colombia, las proyecciones de crecimiento de su PIB estaban cercanas al 3,2%, para Latinoamérica las proyecciones eran del 1,8% y para el mundo eran del 2,7% (Fuente: BID).

 Ninguna empresa, así como ninguno de los sus líderes, visualizó que una pandemia como la generada por el Covid 19 se fuera a presentar, impidiendo la operación de las empresas y paralizando los negocios.

 Cuando se empezaron a ver los impactos y entender las decisiones de los gobernantes, la mayoría de los líderes seguramente experimentaron sentimientos diversos, parecidos muchos a los generados por una “trompada” en la cara de un boxeador profesional, que manda al oponente a la lona, haciéndoles perder la conciencia por un momento. 

 Ante las medidas de aislamiento preventivo, las cuales han ocasionado que buena parte de las empresas se apaguen o funcionen a marcha lenta, los líderes de empresas se enfrentan a una decisión crucial: ¿qué hacer?, ¿cómo timoneo la empresa ante este sunami?, ¿cómo gestiono uno de los activos más valiosos: la gente?, entre otras preguntas cruciales.

 Como empresario, he dado por hecho que la mayoría de las empresas vienen implementando acciones que le permitan gestionar de la mejor forma esta crisis dos meses después de implementarse la cuarentena obligatoria en Colombia; sin embargo, me he sorprendido al identificar de primera mano o a través de estudios y encuestas empresariales, que muchos empresarios se han cruzado de brazos a esperar que la pandemia pase, haciendo efectivos los beneficios implementados por el gobierno nacional y gobiernos locales y/o reaccionando de manera reactiva a la actual coyuntura, impidiéndole reconfigurar las empresas y negocios en un momento donde muchos patrones han cambiando considerablemente.

 Desde mi perspectiva empresarial hay tres alternativas de decisión que los líderes de empresas pueden tomar: I. No hacer nada y esperar a que pase la crisis, sin saber cuando acabe ésta; II. Implementar acciones de corto plazo que le permitan a la empresa tener oxigeno para superar la crisis (disminuir costos, aplazar inversiones, congelar proyectos, reducir personal, entre otras acciones); III. Reconfigurar la empresa para gestionar el presente y sacarle provecho al futuro, apalancándose en los activos y experiencias.

 La decisión de seleccionar una de estas tres opciones dependerá mucho de la empresa, el sector al cual pertenece, la cultura empresarial y activos con que cuenta, entre otras variables relevantes. Sin embargo, mis recomendaciones se focalizan en la tercera opción.

 A continuación, relaciono unas acciones estratégicas, las cuales tienen como propósito ayudar a los líderes y equipos directivos a gestionar la crisis y dar saltos importantes en los negocios.

  1. Implemente un comité de crisis: que le permita tomar decisiones estratégicas rápidamente. Para que la implementación sea adecuada, recomiendo que se definan los participantes, los roles y responsabilidades, el esquema para la toma de decisiones, apalancándose en tecnología y procesos ágiles.
  2. Definir la posición estratégica que la empresa puede alcanzar durante y después de la crisis: entendiendo a profundidad los cambios en los comportamientos y hábitos de los consumidores, mercado, competencia, impactos en los ecosistemas de negocio, impactos en la cadena de valor, capacidades y activos con que cuenta la empresa, el equipo directivo debe definir rápidamente cual posición estratégica de la empresa, le permitirá gestionar la crisis, mirando de frente el futuro de la empresa y los negocios.
  3. Reconfigurar la estrategia para salir de la crisis y gestionar el futuro: la estrategia es la adaptación de los lideres y de las organizaciones a las complejidades del entorno. En la reconfiguración de la estrategia es muy importante definir claramente lo que hará la empresa que le permitirá generarle valor a sus clientes de una manera distinta.

Como resultado de este proceso recomiendo que se construya una declaración estrategica que articule el propósito de la empresa, los medios y recursos para hacerlo realidad y los valores con que la empresa contribuirá a sus clientes, accionistas, a sus colaboradores y a la sociedad.

  1. Ajustar el portafolio de proyectos estratégicos: con la estrategia clara, lo que sigue es identificar los proyectos que se requieren implementar para hacerla realidad. Para esto es muy importante que se reformulen los casos de negocios de los proyectos que están en ejecución, incorporando en estos la información real de la actual coyuntura. También, es muy importante que se evalúen muy bien los impactos en la caja de la compañía y se prioricen aquellos que contribuyan positivamente con esta variable crucial en estos momentos de crisis.

Es muy importante que se incluyan en este portafolio, proyectos que le permitan hacer realidad oportunidades de negocio en el futuro inmediato, de una manera innovadora. De esta forma se logrará implementar la cultura de Ambidiestralidad en la organización.

  1. Preparar la empresa para ejecutar sus planes y proyectos: ejecutados los anteriores puntos haciendo participe a toda la organización, lo que sigue es fortalecer las capacidades del equipo y desarrollar las que se requieran, así como definir los nuevos indicadores que permitirán monitorear y controlar la ejecución de la estrategia ajustada, imprimiendo agilidad estratégica, buscando aprovechar las oportunidades y gestionar las amenazas con rapidez y seguridad.

 En estos momentos de incertidumbre y cambios acelerados, las empresas independientemente de su tamaño deben replantear su direccionamiento a corto y mediano plazo, fortaleciendo los liderazgos movilizadores e imprimiendo una urgencia estratégica que le permita a la empresa fortalecer su cultura de ejecución ágil.

 No podemos olvidar lo que decía sabiamente Einstein hace más de 100 años: “No podemos pretender que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”.” La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a los países, empresas y personas, porque las crisis traen progresos” … “Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado”.

Estimados empresarios, su liderazgo estratégico es fundamental para superar de la mejor forma la actual crisis, mitigar el impacto negativo de esta en la economía y contribuir con la perdurabilidad de la empresa en momentos turbulentos. Dejen a un lado el temor al fracaso y dejen brillar el estratega que llevan dentro.

*Miembro Dirección Empresa, Industria y Competitividad

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La Ley Anti Discriminación, un paso en la dirección acertada

Por: José A. Hofmann Delvalle

En estos días se cumplen 5 años de vigencia de la Ley Anti Discriminación para Personas con Discapacidad. La vida, me puso en el escenario de ser redactor de ésta ley, la cual impulsé con fuerza y orgullo, en mi condición de profesional del derecho y ciudadano perteneciente a este sector poblacional.

Esta Ley Anti Discriminación para Personas con Discapacidad, la impulsamos por dos razones fundamentales: la primera, porque la legislación Antidiscriminación de ese entonces, sólo sancionaban la discriminación por raza u orientación sexual y porque las cifras oficiales, demuestran tanto entonces como ahora, por sí solas que la discriminación respecto a éste grupo poblacional, en el cual se encuentran comprendidos 2.5 millones de colombianos, es una realidad.

En efecto, de acuerdo al DANE, la tasa de desempleo en éste grupo poblacional –antes de la pandemia-, había superado el 60% y el 90% de las personas con discapacidad que tenían la “fortuna” de contar con una ocupación productiva, ganaban menos de un salario mínimo legal vigente.

En el ámbito educativo la situación no se mostraba mucho más favorable: sólo el 1% de las personas con alguna limitación física o sensorial a 2019, habían podido terminar satisfactoriamente su proceso de instrucción en sus diversas etapas, tanto a nivel escolar como universitario.

Es así como la Ley Anti Discriminación para Personas con Discapacidad, estableció por primera vez en la historia de Colombia que quienes restrinjan los derechos fundamentales de un ciudadano por su condición física, mental o cognitiva, serán sancionados con cárcel de (1) a (3) años, además de multas que pueden variar entre los $6 millones y $9 millones.

Esta iniciativa suscitó, como es natural en toda democracia, respetables voces disidentes. Algunos la catalogaron como “innecesaria”, toda vez que en su criterio, la política punitiva del estado no requiere tipificar nuevas conductas, sino aplicar las ya existentes; otros, dijeron que era ridículo una disposición en tal sentido y que con ella, iban a terminar en la cárcel quien le dijera a otro “orejón”, “narizón”, etcétera.

Como demócrata, respeté y respeto hoy profundamente éstas opiniones, pero no las comparto. Por un lado, porque la principal fuente es la realidad y porque, la norma penal, más que una función sancionatoria, tiene una finalidad disuasiva. Es así como, por citar un ejemplo de tantos, quienes impidieron el acceso libre a un reconocido almacén bogotano de una niña en razón a su condición de discapacidad de quien yo fui su apoderado, lo hubieran pensado dos veces antes de hacerlo si hubiesen sabido que por ello, tendrían que pagar millonarias multas e inclusive ir a la cárcel.

No se trata de apresar a todo aquel que se atreva a burlarse de otro por sus defectos físicos, como lo han dicho algunos en forma un poco simplista; se trata de sancionar de manera ejemplarizante a quienes restrinjan los derechos fundamentales de las personas con discapacidad en forma arbitraria, por el solo hecho de ostentar tal condición. ¿Esto es acaso un abuso del poder punitivo en cabeza del estado de derecho? Creo que no.

Por éstas razones, la Ley Antidiscriminación, si bien no garantiza una sociedad más igualitaria para las personas con discapacidad, sí es un paso acertado y necesario en esa dirección. Así lo reconoció la ONU junto con la Fundación Saldarriaga Concha dentro de un informe sobre ésta temática en el año 2016.

 Puntillazo Final. Al tener dentro de sus principales preocupaciones la construcción de una sociedad más igualitaria e incluyente, las diversas problemáticas de los ciudadanos en condición de discapacidad, es un punto central dentro de los planteamientos programáticos del centro ideológico.

*Miembro Dirección Justicia y Seguridad

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Propagación y necesidad, las palabras más escuchadas en Kennedy

Por: Sebastián Gil

Propagación y necesidad, dos palabras que se escuchan a diario, especialmente en
Kennedy, donde las cifras de contagio por el covid-19 se encuentran disparadas a
comparación de otras localidades de Bogotá, como Suba, que a pesar de contar
con similar cantidad poblacional, no se acercan a los 2.244 casos reportados hasta
el momento en la Zona octava de la Ciudad.

La pandemia ha cambiado nuestras vidas de forma radical, nos estamos acoplando
al hecho de estudiar y trabajar virtualmente, de saludar a nuestra familia con un
choque de codos; extrañamos actos que parecían tan simples como compartir un
helado en un centro comercial o esperar ansiosamente el próximo estreno en las
salas de cine. Sin embargo, el cambio más drástico lo sentimos en nuestras
finanzas. Lastimosamente, la mayoría de nuestra población carece de ingresos fijos,
además, muchos de nosotros no tenemos la cultura del ahorro, o si la teníamos, el
dinero recolectado no es suficiente para mantener a la familia, deudas y
obligaciones por más de dos meses, esto precisamente ha sido un punto álgido al
momento de mantener la cuarentena y el orden en la Localidad.

Existen otros factores que provocaron la propagación masiva del covid-19 en
Kennedy, por ejemplo, la alta densidad poblacional en sectores significativos, la
insuficiente fuerza pública en la Localidad, el acceso a la salud y la violación de las
medidas sanitarias por parte de los habitantes. Lo anterior, ha desatado un
problema de salud pública con magnitudes sorprendentes, que tiende a seguir
creciendo.

Kennedy, con cerca de 1.200.000 habitantes, pertenecientes en su mayoría al
estrato 1, 2 y 3 está sumida en graves problemas económicos; las personas fueron
despedidas de sus empleos, los vendedores informales están obligados a
permanecer en casa, los comerciantes no pueden ejercer las actividades
mercantiles, los propietarios cuyo sustento son sus inmuebles, ya no reciben canon
de arrendamiento; y como si fuera poco, los servicios públicos se triplicaron en sus
costos. Conforme a lo anterior, surge una pregunta. ¿El Distrito respondió a las
necesidades de los Kennedyanos? La respuesta es NO. Según el programa Bogotá
solidaria, el 12 % de los alivios monetarios que se depositaron en cuentas bancarias
fueron dirigidos a la Localidad octava, también se distribuyeron 14.000 mercados y
otros miles de refrigerios. Pero estos esfuerzos no han sido suficientes, la densidad
poblacional requiere otro tipo de estrategia para identificar las familias que se
encuentran viviendo en pobreza oculta. De aquí nace la primera razón de contagios
en la localidad, la gente desesperada por su situación y al ver que el trapo rojo
colgado en sus ventanas no surgió ningún efecto, decidieron salir a las calles a
batallar de cualquier manera y buscar el sustento diario para sus familias.

Por otro lado, es importante resaltar que la densidad poblacional ha sido otra gran
causa de la expansión del virus. La localidad tiene 355 habitantes por hectárea, 122
más que el promedio general del Distrito; así mismo, hay 142.000 hogares que su
núcleo familiar consta de 4 o más personas. Lo anterior, sumado a los infractores
de las medidas sanitarias que aprovecharon la cuarentena para seguir
comercializando a puerta cerrada y el manejo inadecuado de bioseguridad por parte
de la central de abastos, ha provocado que Kennedy esté superando el número de
contagios, con relación a otras localidades de Bogotá y Departamentos del País.
Por lo anterior, es importante mejorar en dos frentes. Primero, el acceso a la salud,
a la fecha la localidad tiene al límite las UCI (Unidad de Cuidado Intensivo) en la
Clínica Colsubsidio de Ciudad Roma, Hospital de Kennedy, Clínica de Occidente y
Eusalud, sus ocupaciones rondan el 95%, recordemos que en el mes de marzo la
Administración Distrital, se comprometió en aumentar considerablemente la
capacidad de las UCI en los diferentes centros médicos de la Ciudad, a la fecha no
existe dicho incremento. Considero, que el caso critico se presenta en el Hospital
de Kennedy, donde según SALUDATA, solo existen 21 UCI y en este momento se
encuentran ocupadas, lo cual es preocupante para un Hospital de tercer nivel, que
se encuentra en la zona de más propagación en la Ciudad.

El otro frente a mejorar, es el que corresponde a la inspección y vigilancia de la
localidad, teniendo en cuenta que por cada 1.000 Kennedyanos hay un policía, hace
dispendioso el control de las medidas sanitarias. Hace poco se ordenó la
militarización de algunos sectores, efectivamente el ejército estuvo custodiando las
calles, pero la verdad, sin sentido alguno; específicamente en el sector de patio
bonito, mientras había militares en cada esquina, los comercios se encontraban
abiertos, las personas caminaban por las calles sin las medidas adecuadas de
protección, es decir, la militarización no funciona si no se realiza un trabajo
mancomunado con la Policía Nacional.

Hago un llamado a la Administración Distrital, para que se agoten las medidas
necesarias en aras de evitar que esta crisis aumente y nos gane la batalla. Los
Kennedyanos somos personas fuertes, perseverantes, luchamos contra las
adversidades, por esta y muchas razones más queremos ser reconocidos como la
localidad del monumento de banderas, de la central de abastos más grande del
País, de la biblioteca el Tintal, del estadio de techo, del parque mundo aventura, de
humedales hermosos; y NO ser calificada como “la Localidad más contagiada de
Bogotá”.

*Director Temático Localidad de Kennedy

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Ciudades más inteligentes gracias a la pandemia.

Por: Rodrigo Arenas

Las “Ciudades Inteligentes”, en términos generales, son aquellas que logran una armonía económica, social y medioambiental de su territorio, a partir de una gestión basada en: datos, TICs y ciudadanía como centro de su desarrollo.

A raíz de las medidas de aislamiento obligatorio adoptadas para frenar la pandemia de COVID-19, vemos como sin proponerlo se ha logrado una leve transición hacia un modelo más “Inteligente”, en las ciudades del país.

  1. Decisiones gubernamentales basadas en los datos

Hemos visto por ejemplo como las decisiones asociadas a restricciones de movilidad, reapertura de sectores económicos, horarios de operación, entre otros, han estado basadas en datos, cifras e información. Aunque han sido únicamente decisiones enfocadas en detener efectos de la pandemia, constituye un primer paso para que ciudadanía y sobre todo gobierno, entiendan el poder de los datos como elemento decisorio.

En esa línea, la Alcaldía de Medellín lanzó la plataforma Medellín me cuida, con la que busca tomar decisiones, inicialmente durante los periodos de cuarentena y aislamiento inteligente, enfocadas en temas de vivienda, salud y alimentación. Sobre esta plataforma, su Alcalde Daniel Quintero explicó que “Estamos tomando decisiones para enfrentar el coronavirus; hoy tener información de cada familia, saber dónde está ubicada, cuántas personas viven, sus edades y su estado de salud es fundamental para ganar esta batalla”.

Por su parte, el Gobierno Nacional, presentó la aplicación CoronApp Colombia, con la que se pretende construir colaborativamente un mapa que muestre con detalles el comportamiento de la pandemia a lo largo del territorio y puedan ser mitigados sus efectos de manera más efectiva. Con la recopilación de estos se busca: Facilitar la atención a la población más afectada, establecer patrones de virus en las zonas afectadas, construir estimaciones geolocalizadas de posibles efectos de propagación y caracterizar la población afectada (ubicación, hombres, mujeres, niños, adultos, etc.)[1].

  1. Tecnología se convierte en un aliado

Uno de los principales objetivos del uso de herramientas tecnológicas en las ciudades, es facilitar la vida del ciudadano y convertirse en ese componente que articule distintas soluciones de ciudad. En los últimos días, se ha reafirmado el rol de la tecnología, y notamos por ejemplo como tabletas, celulares y computadores, se vuelven un bien de primera necesidad para trabajadores y estudiantes en el cumplimiento de sus jornadas laborales y educativas respectivamente.

Esto se puede evidenciar con el significativo aumento que tuvo el comercio electrónico, pasando del 6% a 30% frente a marzo del año pasado. “Categorías como consolas de video y computadores fueron las que más se fortalecieron y se atribuye a la necesidad de responder con el trabajo desde casa, el homeschooling y a diversificar el entretenimiento. Su incremento en valores fueron del 211% y el 38% respectivamente”[2].

Asimismo, tanto Gobierno Nacional, entes territoriales y empresa privada, han entendido que la mejor herramienta para frenar contagios y mantener en aislamiento a la ciudadanía, es a través de estrategias tecnológicas, plataformas de movilidad, de consumo, oferta de servicios, aplicaciones informativas, entre otras.

Desde que inició la cuarentena, plataformas como Rappi tuvieron un crecimiento tan alto y apresurado de usuarios, que durante el día de la madre colapsó el sistema por un exceso de pedidos, al punto que el botón “restaurantes” tuvo que ser suprimido temporalmente, mientras se recuperaban.

Ha sido también un periodo para la innovación y para que iniciativas de emprendimiento acerquen la tecnología a sectores del campo colombiano, como es el caso de la aplicación Fruvii, que les permite a cerca de 200 pequeños productores agrícolas de Antioquia, Cundinamarca y Boyacá, ofrecer y enviar sus productos a las ciudades sin necesidad de injustos intermediarios.

Desde el ámbito gubernamental, vemos por ejemplo a la Gobernación de Antioquia, quien recientemente presentó en asocio con Google y su herramienta Cloud Plataform, una tecnología que permite monitorear en tiempo real el ID de los celulares de las personas que han sido declarados como casos positivos y así se puede saber qué otras personas estuvieron cerca a los ya contagiados y de esta manera poderles prevenir sobre la posibilidad de haberse contagiado, para tomar las medidas requeridas”[3].

En ese sentido y con miras a tener más y mejores datos, se vuelve necesario que territorios mejoren infraestructura tecnológica y de toma de datos (Sensores, cámaras, Apps), que en principio detecten tempranamente nuevos brotes, pero que con el tiempo se conviertan en aliados en la toma de decisiones asociadas a la movilidad, medioambiente y seguridad.

  1. Aislamiento preventivo como hábito

Como consecuencia a las medidas relacionadas con el aislamiento obligatorio, se han derivado soluciones de seguridad, movilidad y ambientales, que desde años atrás la ciudadanía clamaba a sus gobernantes.

 Medidas como el teletrabajo, la educación virtual, transformación digital de procesos, modelo de ciudad 24 horas, cambio de horarios, incentivo en el uso de la bicicleta, servicio de taxis únicamente a través de plataformas, entre otros, han demostrado que, a pesar de servir al propósito de contrarrestar pandemia, también son una solución a la congestión vehicular, la contaminación ambiental, auditiva, y en general a la ansiedad y estrés causado por la dinámica urbana tradicional.

Si lográramos convertir estas iniciativas en medidas habituales tanto para el sector público, como privado, dejaríamos en el pasado las horas pico de las ciudades, los días enteros perdidos al año en tráfico vehicular, los altos porcentajes de enfermedades asociadas a la calidad del aire, las largas filas para trámites innecesarios, entre otros cientos de procesos que mejorarían su eficiencia gracias a la digitalización.

  1. Cambios de paradigma frente a crisis

Sin lugar a dudas los efectos de la pandemia van a trascender del plano sanitario y van a impactar la conducta de los ciudadanos. Atrás quedarán los saludos de mano, de beso y las aglomeraciones, nos convertiremos en consumidores mucho más racionales y conscientes con el entorno, priorizaremos inversión en tecnología y reduciremos gasto en bienes suntuarios que hoy se vuelven innecesarios.

Será un reto tanto para empresas privadas como para el sector público, anticiparse a estos cambios de comportamiento, reinventarse y adaptarse en el corto plazo. En el caso de los gobiernos, es necesario que estos realicen un cambio de estrategias frente al manejo de la pandemia y no reduzcan únicamente sus esfuerzos al asistencialismo social.

Contrario a lo que se ha generalizado, nuestros líderes y gobernantes deben visualizar la crisis generada por el covid-19 como una oportunidad de transformación y evolución de sus procesos de gestión, instituciones y sobre todo para replantear inversiones y decisiones frente al manejo ambiental, los servicios de movilidad pública, la seguridad ciudadana, los modelos de prevención sanitaria, el espacio público, entre otros.

 

[1] Abecé/ Todo lo que debe saber sobre CoronApp-Colombia y su funcionamiento. MinTic. Consultado el 20/05/20. En: https://www.mintic.gov.co/portal/inicio/Sala-de-Prensa/Noticias/126572:Abece-Todo-lo-que-debe-saber-sobre-CoronApp-Colombia-y-su-funcionamiento

[2] Ventas online pasan del 6% al 30% frente a marzo del año pasado. Periódico El Tiempo. Consultado el 20/05/20. En: https://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/ventas-online-pasaron-del-6-al-30-por-ciento-en-2020-486816

[3] En Antioquia ya usan Google para alertar riesgo por el covid-19. Periódico El Tiempo. Consultado el 21/05/20. En: https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/en-antioquia-ya-usan-google-para-alertar-riesgo-por-el-covid-19-497228

*Miembro Dirección Gestión de Territorios

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Región Metropolitana Bogotá- Cundinamarca: Articulación y Dinámicas de Colaboración

Por: Christian Ladino

La situación actual generada por el virus SARS COV 2, afectó entre muchas otras cosas, el quehacer legislativo y generó en un punto preocupación sobre el trámite de una gran cantidad de proyectos de Ley Ordinaria y de Acto Legislativo que están en curso en el período de sesiones actual (2019-2020), y que, en el caso de los segundos, por su naturaleza y el tiempo en contra, no podrían ser parte de la discusión en sesiones extraordinarias en el Congreso.

Dentro de estos está el Acto Legislativo 23/2019 (Senado) y 182/2019 (Cámara) que busca finalmente establecer el marco jurídico para las dinámicas que recorren el territorio del Distrito Capital y el Departamento de Cundinamarca desde siempre. Para ello, es necesario modificar el artículo 325 de la Constitución y reglamentarlo mediante una Ley Orgánica en la próxima legislatura para ser una realidad en todo sentido. Me refiero a la conformación de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca como una autoridad administrativa de régimen especial cuyo fin es la generación de procesos de planificación territorial y la implementación de políticas gubernamentales en una región donde sus recursos naturales y sus comunidades comparten características y problemáticas y se relacionan entre sí.

La Bogotá-Región podría pensarse como la implementación de otro modelo de integración regional que ya existe en Colombia, como lo son las Áreas Metropolitanas (reglamentadas por la ley 1625 de 2013); sin embargo, existen diferencias en el ámbito jurídico y de competencias. Pensar en un área metropolitana como la del Valle de Aburrá, por ejemplo, para Bogotá y Cundinamarca generaría un conflicto de competencias con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR (se requeriría la formación de una nueva Corporación para el Área Metropolitana) o con la Gobernación ya que no estaría incluida en dicha figura. Adicionalmente, necesitaría contar con la realización de una consulta popular en el área de interés.

En ese contexto, la conformación de una Región Metropolitana – y no un Área Metropolitana – dirime los conflictos de tipo jurídico y permite la conformación de una figura territorial especial que le permita a las entidades territoriales que la conformarán planificar su desarrollo de manera conjunta, repartiendo las cargas y los beneficios y poniéndole orden a las dinámicas de interdependencia (de todo tipo) que existen en la actualidad.

 

Así las cosas, es importante recalcar que el desarrollo de Bogotá ha ido de la mano de una diversificación de los municipios que están cercanos a ella, transformando la relación entre lo que consideramos el espacio rural y la ciudad. Fenómenos como la expansión urbana (un crecimiento endógeno, donde años atrás municipios como Chía, Zipaquirá o Madrid entre otros se convirtieron en centros de relevo para la población capitalina), la población flotante que en los modelos realizados por (Coscia, M., Neffke, F. & Lora, E.)[1] se estimaba en 400.000 personas durante los días hábiles de la semana en el año 2.015, y el intercambio de bienes y servicios, son factores que generaron hace mucho tiempo una relación de fluidez que sumada a las condiciones ecosistémicas compartidas (biodiversidad, suelos, paisajes, cuencas hidrográficas, etc…) son el argumento claro de la necesidad de la esperada integración regional.

Este concepto de planificación desde la integración regional está ligado a lo que se conoce como enfoque territorial, el cual según (Echeverri,2003) tiene dos objetivos mayores: el primero la cohesión social que es la construcción de sociedades basadas en la equidad, el respeto a la diversidad, la justicia social y la pertinencia; y el segundo: la cohesión territorial, que no es más que el proceso de integración del territorio con base a una distribución y gestión balanceada de sus recursos.

En tal sentido, abordar el enfoque territorial es la oportunidad desde la gestión pública y el poder institucional para generar acciones de cooperación, corresponsabilidad y una verdadera inclusión social y económica de toda la población, que en el caso de la región Bogotá-Cundinamarca serán varios millones los beneficiados con la adopción de una visión sistémica de todos los elementos que la constituyen, una visión clave para su éxito en los años venideros.

Uno de los aspectos importantes dentro de esta nueva figura de planificación es cómo se trabajará desde los planes de ordenamiento territorial, puesto que estos son los instrumentos técnicos y normativos más importantes dentro de la planificación y gestión a largo plazo; y en la actualidad no existe una cohesión espacial ni temporal enfocada a las dinámicas regionales dentro estos, generando una limitante instrumental. Lo que busca esta nueva figura es una planificación regional que se oriente a buscar consensos entre las entidades territoriales sin que se coarten principios básicos como la autonomía y el establecimiento de mecanismos para el ordenamiento del territorio que establece la ley 388 de 1997. La Gobernación de Cundinamarca en el año 1.999 en su publicación: “Directrices y orientaciones para el ordenamiento del territorio[2]. hablaba de planear y resolver de manera compartida los problemas, de forma coordinada entre las diferentes entidades administrativas, y recalcaba la necesidad de concertar entre el Distrito Capital y los municipios circundantes sus políticas, para establecer usos del suelo compatibilizando el espacio ciudad-región.

Dentro de los retos en el componente de ordenamiento territorial de la Región está el lograr la construcción de centralidades que garanticen la existencia de servicios y equipamientos que no solo estén presentes sino también articulados entre los municipios, garantizando una vocación productiva que cuente con los espacios básicos para desarrollarse. Este componente tiene que ir de la mano de una viabilidad presupuestal para el establecimiento de nodos no solo en Bogotá sino a nivel de provincias, y una voluntad gubernamental para que se cumpla su objetivo, claramente entendiendo las características geográficas y sociales de nuestra región.

En este momento se están llevando tres procesos muy importantes que definirán el rumbo de la política pública en la esperada Bogotá Región y su futura estructura, el primero es la discusión del Acto Legislativo de esta temática que al momento de escribir esta columna tiene seis debates aprobados, afortunadamente, y a esperas de su paso por la cámara alta, en este punto solo faltan dos debates; el proyecto de Acuerdo de Plan de Desarrollo Bogotá 2020-2024 y finalmente el Plan de Desarrollo Departamental de Cundinamarca. Esperemos que se logre llegar a buen puerto y que esto sea una realidad ya que sus objetivos serán el pilar de una generación de confianza y gobernabilidad entre los territorios.

 

[1] Coscia, M., Neffke, F. & Lora, E., 2015. Report on the Poblacion Flotante of Bogota. CENTER FOR INTERNATIONAL DEVELOPMENT. Harvard University.https://growthlab.cid.harvard.edu/publications/report-poblacion-flotante-bogota

[2] Buitrago Bermúdez, Óscar, & Carvajal Sáchez, N. (2011). La dimensión regional en los planes de ordenamiento territorial del área metropolitana de Bogota. Perspectiva Geográfica, 1(11), 21-56. https://doi.org/10.19053/01233769.1692

*Miembro Dirección Gestión de Territorio

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