Contratación pública en época  de COVID-19.

Contratación pública en época de COVID-19.

En esta video columna nuestro director de Contratación Pública Transparente, Juan David Duque, da a las entidades públicas algunos consejos que se deben tener en cuenta en época de COVID-19 para realizar una contratación transparente.

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«Borrón y cuenta nueva» Cuáles son los cambios y los retos

«Borrón y cuenta nueva» Cuáles son los cambios y los retos

WEBINAR «Borrón y cuenta nueva»:Cuáles son los cambios y los retos, junto a David Barguil, Luis Fernando Velasco y Sebastián Trujillo . Moderado por: David Luna . 

 

Contratación pública en época  de COVID-19.

Cooperación sí, pero no así.

Por: Juan Manuel Borráez

En Colombia se ha desatado una polémica por la llegada de, según el Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, militares de la Brigada de Asistencia a Fuerzas de Seguridad del Comando Sur de los Estados Unidos, con el fin de asesorar y asistir técnicamente a Fuerzas de Tareas Conjuntas de las Fuerzas Armadas de Colombia, en lugares en donde hay incidencia del narcotráfico.

A mi juicio esta situación presenta un profundo debate de carácter jurídico, en donde la pregunta radica en si la rama ejecutiva del poder público, en cabeza del Presidente de la República, debe solicitar al Senado autorización, y éste a su vez otorgarla (no basta solo con informar), para la llegada del Cuerpo Élite del Comando Sur de los Estados Unidos, así sea solo con fines consultivos y de asistencia, más no con el ánimo de que participen en operaciones de manera directa.

No cabe la menor duda de que en caso de que un Estado quiera ingresar o que el Estado colombiano invite tropas extranjeras al país, el Presidente de la República deberá solicitar al Senado su autorización y, éste a su vez, concederla o no. Así lo establece la Constitución en su artículo 173, numeral 4: “Son funciones del Senado permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República”.  En caso de que el Senado se encuentre en receso, el Presidente deberá contar con el dictamen del Consejo de Estado, según el artículo 189 numeral 7 de la Carta Política.

Cabe recordar, que el Senado de la República no se encuentra en receso, más allá de que se encuentre sesionando por medios virtuales. Entonces, aunque nos encontramos en un Estado de Emergencia, no se podrá obviar este paso obligado por el legislativo.

Adicionalmente, no solo basta con la autorización que deba dar el Senado de la República, de igual manera el Ejecutivo ha debido informar al Consejo de Estado, con el fin de que esta corporación se reúna a estudiar el caso y emita un concepto sobre si la presencia de tropas extranjeras afecta o no la soberanía nacional y cuáles son los límites a este tipo cooperación en materia militar.

La explicación por parte del Ministro de Defensa, ante la no consulta y solicitud de autorización al Senado, radicaba en que «en ningún momento habrá tránsito de tropas extranjeras, ni participarán en operaciones militares. Las operaciones militares las desarrollan exclusivamente las tropas colombianas».

Debo insistir, más allá de que el propósito de la llegada de éste personal sea de asesoría, no son civiles y se deberán cumplir los requisitos, tanto de consulta y autorización por parte del legislativo en cabeza del Senado, así como el estudio del caso por parte del Consejo de Estado. El hecho de que esta asesoría se haga en el marco de un “Acuerdo de Cooperación en materia militar suscrito hace décadas” (Carlos Holmes Trujillo), su puesta en marcha no puede pasar por encima de la institucionalidad, más cuando haciéndolo se viola flagrantemente la Constitución. Estos acuerdos son totalmente válidos, pero se deben cumplir los pasos contemplados en las normas colombianas.

Desde un punto de vista estratégico, no estoy en desacuerdo con la asistencia que se pueda recibir por parte de personal extranjero en materia de combate al narcotráfico. El problema mundial de las drogas, es un reto conjunto de la Comunidad Internacional,  y las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, cuentan con grandes capacidades y con importantes avances tecnológicos. No obstante, las cosas deben hacerse como es debido, y las formalidades que impone la Constitución a la llegada de tropas extranjeras está prevista para que exista un debido control entre las diferentes ramas del poder público a estas decisiones del ejecutivo. Es un pilar básico de la democracia y el Estado de Derecho.

Por ello debo decir, cooperación sí (bienvenida sea), pero no así. Un fin loable, como el combate al narcotráfico, no justifica los medios, es decir, que el ejecutivo pase por encima de los controles institucionales contemplados en el ordenamiento jurídico.

Finalmente, no debo dejar de manifestar que el problema mundial de las drogas ilícitas no requiere solamente ser combatido mediante un enfoque militar, sin duda es una guerra que no se encuentra ni cerca de ser ganada. Al ser problema que atañe a la Comunidad Internacional, los países productores, de tránsito, y consumidores, deben explorar la posibilidad de buscar nuevos enfoques para atacar este flagelo. Colombia, en donde se han sacrificado tantas vidas en la lucha contra el narcotráfico, debería estar liderando este proceso en el ámbito internacional.

*Miembro Dirección de Seguridad y Justicia

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Contratación pública en época  de COVID-19.

Autoridad y disciplina

Por: John Jairo Ocampo

En estos días el país se juega una carta fundamental para el manejo de la crisis por cuenta del coronavirus. Se abren puertas de centros comerciales, de varios establecimientos y más sectores productivos y de servicios empiezan a funcionar en medio de controles y protocolos.

De la autoridad y la disciplina dependerá que no veamos una explosión de contagios, una congestión de las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, y un lamentable aumento de fallecidos. El Gobierno Nacional y también los territoriales se juegan una carta muy alta que podría representar la pérdida de todos los puntos ganados en los primeros dos meses de la emergencia.

La apertura se da justo en el momento en que aumenta la capacidad de hacer pruebas y los resultados de contagios y muertes va en ascenso. ¿Va a coincidir el pico de la pandemia en Colombia con el momento que habrá más personas en la calle?

Ese escenario podría resultar muy costoso desde el punto de vista de salud, economía y política. Se llevaría por delante el reconocimiento que hoy tiene el presidente, los gobernadores y alcaldes por el manejo de la crisis.

Las cifras, hasta el momento están dando la razón de un buen manejo- En promedio el número de contagios, frente a la cantidad de pruebas, está por debajo del 10 por ciento. No obstante, los incrementos vistos en las últimas dos semanas, justo en el momento que se han dado más aperturas podría ser visto como un grave error y llevar al país, a mediados de junio, a una nueva cuarentena obligatoria para todos, sin excepciones.

Eso sería el peor de los mundos para los gobiernos, para los expertos y para los empresarios que tanto han presionado para que se anticipe la apertura.

La otra cara de la moneda es que en medio de la reactivación de sectores se mantenga un nivel aceptable de contagios y fallecimientos que permita sortear la situación y, en medio de un aumento importante de pruebas, haya un nivel estable de afectados lo que podría indicar el aplanamiento de la curva.

En ese escenario, que sería el mejor para todos, se daría la combinación perfecta y anhelada:  menos contagios, menos muertos y reactivación del ingreso y del empleo en sectores claves de la economía como se ha hecho en varios países de Europa.

Para lograr esto se necesita una dosis más fuerte de autoridad por parte del presidente Duque y de los gobiernos locales. Hoy es un chiste ver al mandatario de los colombianos, a gobernadores o alcaldes exigiendo disciplina y los noticieros mostrando todo lo contrario.

Claro que a eso contribuye los confusos mensajes por parte del Ejecutivo y las confrontaciones con mandatarios locales como el caso de la alcaldesa de Bogotá. El ciudadano que observa el afán de abrir sectores se siente con “patente de corso” o licencia para salir también al rebusque.

Las imágenes de calles llenas de gente, de fiestas clandestinas, de sistemas de transporte congestionados y de tráfico creciente en varias zonas de las ciudades, parece demostrar que la ciudadanía no se toma en serio las instrucciones de sus mandatarios.

Ojo, autoridad no significa autoritarismo. No se puede confundir la facultad o derecho de mandar o gobernar a personas que están subordinadas con el abuso que se hace de la autoridad.

El Gobierno Nacional y los territoriales deben evitar ser la burla de los ciudadanos y tomar las acciones para hacer cumplir las normas exigiendo resultados. Eso si sin abusos como hemos visto en muchos casos de la Policía. No se trata de maltratar sino de hacer cumplir las normas.

Pero no todo es responsabilidad de los gobiernos. Aquí tenemos que poner todos de nuestra parte y como sociedad tenemos que ser disciplinados.

No puede ser posible ver las imágenes en noticieros y redes de sectores llenos de gente sin las medidas de prevención, ni distanciamiento necesario para evitar contagios. Estas personas deben entender que en la medida que aumente el número de afectados todos seremos los perjudicados, pues tendremos que volver a cuarentenas severas y prolongadas.

Si tenemos disciplina se podrá contener la proliferación del virus y podremos regresar rápido a una vida más normal y en la que haya oportunidades para todos.

Se entiende el problema de los informales, de las ventas ambulantes, pero ellos mismos son los llamados a ser responsables y disciplinados pues ante un nuevo cierre serán los más afectados.

Se debe entender que esto no es un juego. Es un virus letal. Aún no hay antídoto por lo tanto con autoridad y disciplina veremos una situación mejor en el futuro.

Como muchas veces lo ha dicho Dalai Lama: “La verdadera disciplina no se impone. Solo puede venir del interior de nosotros mismos”.

#ConTodoRespeto: En medio de esta crisis no se entiende como el partido de gobierno insiste en destruir el acuerdo de paz. Porque no nos centramos en lo fundamental y unidos nos dedicamos a combatir los dos nuevos enemigos de Colombia y el mundo: el coronavirus y la recesión.

*Director de Medios de Comunicación y Libertad de Prensa

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Contratación pública en época  de COVID-19.

Apostar por un cambio sostenible, seguro y bioseguro en la Candelaria

Por: David Pombo

 

En el marco del estado de emergencia y el aislamiento preventivo obligatorio, se han producido cambios en nuestra realidad. La cotidianidad se ha visto cambiada sustancialmente, la pandemia ha llevado a imponer una nueva realidad en la forma en cómo nos relacionamos, en cómo vivimos, pero también en cómo disfrutamos, estudiamos y desarrollamos nuestros trabajos.

Bajo este contexto, las realidades de nuestros territorios cambiaron, presento el caso puntual de la localidad La Candelaria (centro de Bogotá) esta crisis la tocó abruptamente, toda vez que en la localidad se concentran más de 14 centros universitarios que no están recibiendo diariamente a 300 mil estudiantes en la localidad, además, un 14 % del comercio está dedicado netamente a los servicios turísticos como hotelería, hostelería, agencias de viajes, artesanías, bici-tours y demás servicios que componen la cadena de valor del turismo local, un impacto económico y social a un territorio citadino que atiende aproximadamente a 1.500.000 visitantes anualmente.

Locales comerciales entre ellos restaurantes, cafés, espacios artísticos culturales y privados como bibliotecas, casas culturales, teatros, museos que mueven diariamente la economía local; los primeros limitados a solventar las necesidades a través de domicilios en el caso más positivo de apertura, los segundos cerrados porque no pueden ofrecer sus servicios ni abrir sus puertas.

Cabe mencionar el impacto de esta crisis en el gremio de joyeros, comercializadores de esmeraldas y orfebres que mantienen una actividad económica estratégica para la localidad, pero que en medio de esta situación algunos lograron apoyarse en alternativas como el comercio en línea y poco a poco migrar o gestionarse desde la divulgación digital. Sin embargo, no dejan de ser afectados por la crítica situación que vive la economía.

La dinámica, en la localidad de La Candelaria ha cambiado, sus calles recibían diariamente un flujo de población flotante debido a la actividad de las entidades públicas como Presidencia de la República, Congreso de la República, Alcaldía Distrital, las Altas Cortes y un número importante de ministerios del poder ejecutivo, todo este flujo de población mermó y su reactivación de darse será paulatina y moderada.

Sería desconocer la dinámica económica y social de la localidad, si no menciono a los vendedores informales, los artistas de calle que ambientan el tramo de la Carrera Séptima entre la Avenida Jiménez y la Plaza de Bolívar el cual ha sido reconocido como corredor artístico.

Todo lo anterior, supone un escenario incierto para la localidad, para sus habitantes y para los gobernantes locales que deberán poner a prueba su potencial de planeación estratégica de manera tal, que se logre convertir esta crisis en una oportunidad en la que se ponga en marcha una estrategia puntual pero ambiciosa para reabrir la localidad al mundo y reconvertirla en un destino turístico sostenible, seguro y bioseguro.

En este sentido, pretendo exponer algunos aspectos que considero importantes para la planeación de la localidad de La Candelaria en un mundo Pos-Covid:

  • Localidad sostenible. La localidad a partir de un ejercicio en red, de construcción conjunta entre todos los actores (universidades, gremios, entidades, autoridades, empresas, comunidad, sectores sociales, etc.) debería apostarle por crear un producto local. Este producto debería contener la mayor cantidad de servicios que ofrece el territorio, en este sentido, lo ideal sería lograr un desarrollo endógeno que permita fortalecer los sectores económicos locales y mitigar la fuga de recursos por la inexistencia de servicios que pueda necesitar un visitante.

Se sobre entiende que los turistas prefieren explorar distintos territorios, distintos atractivos, productos y servicios, considero que por la multiplicidad de actores y sectores económicos que confluyen en la localidad, esta estrategia podrá ser una hoja de ruta exitosa que pueda convertirse en piloto de lo que se debe hacer en un territorio con tantos actores apostando hacia una misma meta. Por ejemplo, es necesario que los sectores hoteleros o de restaurantes no se vean como competencia sino como cocreadores de una misma historia, de un mismo relato que logre cautivar al mundo post-pandémico.

Esta localidad para considerarse sostenible debe voltear la mirada a las cuencas de los ríos San Francisco y San Agustín junto con sus quebradas Padre de Jesús, Guadalupe, San Bruno, entre otras. Esto le permitirá abrir atractivos turísticos para el senderismo, avistamiento de aves, turismo de naturaleza y de aventura (si se quiere), diversificando la oferta turística y mitigando la fuga de recursos provenientes de estas actividades.

  • Localidad segura. Algunos líderes de opinión consideran que la crisis económica agudizará la situación de inseguridad en los territorios, en tanto que, aumentará el desempleo y, por ende, el acceso a bienes y servicios por parte de la población será cada día más limitado; lo que supondría que habrá un aumento en delitos como robos, atracos, fleteos, entre otros delitos que afectan la seguridad y convivencia ciudadana. Resulta clave que, en tiempos de confinamiento y planeación local, la localidad de La Candelaria se prepare y se anticipe a estos hechos con un plan de seguridad que mitigue el aumento de delitos. Es importante prever que al momento de reabrir los sectores económicos que mayor flujo de población moviliza en este territorio es posible que la seguridad empiece a deteriorarse, por tanto es necesario mitigar los factores de riesgo que se generen, máxime cuando la sensación de seguridad es un factor importante, particularmente, para el sector turístico.

Reactivar los frentes de seguridad de manera virtual por medios tecnológicos verificables y de uso responsable por parte de los actores que la conforman, el uso de mensajería instantánea por WhatsApp, Telegram o grupos cerrados de Facebook, por donde circule al instante información sobre situaciones que puedan poner en riesgo la vida de habitantes  y visitantes,  podría ser una herramienta de seguridad a implementar.

  • Localidad biosegura. Este concepto se instaló en nuestras vidas y tal vez, se convierta en una de las necesidades que tendremos presente con mayor frecuencia en la vida social Pos-Covid-19.

La bioseguridad que pareciera no nos preocupó en tiempos previos a la pandemia, se convirtió en estos tiempos, en nuestra principal preocupación o angustia. En este sentido, es clave brindar las medidas necesarias para que los visitantes de la localidad mantengan la sensación de seguridad. Este aspecto se convierte en la apuesta más ambiciosa de mi propuesta: robustecer la red de equipamientos en salud, fortalecernos a partir de la co-creación de los distintos sectores sociales y económicos de la localidad.

Por ejemplo, sería estupendo que entre los más de cincuenta establecimientos de salud particulares o privados que tienen asiento en la localidad, elaboren un procedimiento conjunto para la atención de los turistas que visitan nuestra localidad. Esto se convertiría en un servicio para enganchar un mayor número de turistas, algo que los operadores turísticos en articulación con otros actores del ecosistema de la localidad puedan ofrecer como piloto de un territorio que proyecta un turismo sostenible, seguro y bioseguro alejado de la aglomeración y las prácticas insalubres que en algún momento de nuestras vidas normalizamos.

En este aspecto, el mayor reto lo tiene el gremio hostelero puesto que, su principio es compartir un mismo lugar con otras personas a un menor costo; lo que evidentemente antes de la vacuna lo convertiría en un foco de contagio y biológicamente inseguro, de manera que tendrán que crear estrategias de servicio más cercanas a la hotelería, manteniendo su premisa de low cost.

Estas tres variables suponen la superación de una necesidad sentida en la localidad como es el sistema de recolección de residuos sólidos lo cual afecta la seguridad, el medio ambiente y las condiciones de salubridad de los habitantes de la localidad, al respecto es importante que la administración local en conjunto con Promoambiental que es el operador del servicio de recolección, barrido limpieza y poda en este territorio.

En conclusión, resulta clave que en medio de esta situación podamos revertir este escenario de incertidumbre constante. Una forma sería anticipándonos a lo que queremos en nuestro territorio, a buscar alternativas que nos fortalezcan en medio de la crisis y las diferencias, es momento de poner en práctica todo lo que la cultura y el arte ha formado en nuestros habitantes y de esa manera ser superiores a la situación que nos puso la historia, es momento de restaurar la visión de la localidad.

*Director localidad de Santafé y Candelaria

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