Por: Catalina Ceballos Carriazo*
@Catalizate
Bogotá, ha sido históricamente sede de los grandes acontecimientos culturales y artísticos del país.
El históricamente no es un detalle menor porque afortunadamente ciudades como Medellín, Cartagena y recientemente Cali se pelean ese primer lugar alojando al Premio Gabo, el Ficci y el Mec en Cali.
Esta semana Bogotá vuelve a ser el centro de las miradas y lo más interesante es que gracias a recursos públicos y privados la ciudad será una oferta interminable de exposiciones, talleres, charlas, recorridos que exaltan las artes plásticas (visuales, performáticas, instalaciones) del país y del mundo.
Por un lado, el Salón Nacional de Artistas que llega a su versión número 45, después haber sido inaugurado el primer salón en el año 1940 cuando Jorge Eliecer Gaitán era Ministro de Educación y Eduardo Santos (sí, el mismo que inauguró la radio pública para acercar la cultura a la ciudadanía) era Presidente. Para este año, su director Alejandro Martín escogió para esta versión: “El Revés la Trama”, que pretende que a través de las curadurías se vean una serie de relatos construidos por recorridos y que suponen resultados, pero que el recorrido mismo es un laberinto que expresa necesidades, es decir, resulta conceptualmente lo que cada quien quiera y eso lo hace aún más increíble. Desde carátulas de discos, pasando por videos con los sonidos de un volcán, audios que parecen una meditación, pero en realidad son un tutorial (al menos eso pensé yo). Esto se hace totalmente con recursos públicos del Ministerio de Cultura desde su Dirección de Artes y bajo la Coordinación del área de artes visuales y la Alcaldía de Bogotá.
Desde IDARTES está el Premio Luis Caballero en su décima versión “se trata de ocho proyectos concebidos por el mismo número de artistas y colectivos para transformar y resignificar, en esta oportunidad, la nueva Galería Santa Fe, el Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Museo Santa Clara, el Monumento a los Héroes y El Parqueadero del Banco de la República.” Dirigido por la Subdirección de Fomento (Jaime Cerón) y liderado por la Gerencia de Artes Plásticas (Catalina Rodríguez) totalmente financiado con recursos públicos. Yo ya fui a dos, el proyecto de Gabriel Zea en el monumento de Los Héroes y al de María Elvira Escallón en el Museo de Arte Moderno. Lo más increíble, lo mejor de todo, tienen un proyecto que se denomina “La Ruta del Caballero”, una serie de misterios que los menores como mi hija Elisa, deben descubrir en cada espacio para luego ganar un premio. Ver la felicidad de una niña de 9 años recorriendo ese sórdido sótano, mientras que yo me hago preguntas sobre la existencia, no tiene precio. ¿Por favor por qué casi nunca se piensa en los niños en estos espacios de la cultura?
Por otro lado, está la apuesta desde lo privado: ARTBO organizado por la Cámara de Comercio de Bogotá y bajo la batuta de María Paz Gaviria, quien sin duda ha impreso su know how en una feria que antes tenía un aroma donde se exaltaba la oferta y la demanda, hoy expande sus alas a proyectos alternos incluido el de la formación y empuja día a día los fines de semana ARTBO que permiten acercarse a las galerías acabando así con ese tabú de la galería o galerista inalcanzable. Asumir el reto de fomentar el coleccionismo es un reto enorme, yo por mi parte, sin ser coleccionista deseo con ansias poder ver los trabajos de arte contemporáneo latinoaméricano que traerán las galerías Herlitzka + Faria de Argentina, la Elba Benitez de España y el Instituto Visión de Colombia.
Todo estos movimientos en torno a las artes plásticas coinciden en varios aspectos: fomentan la producción artística, fomentan la circulación, permiten la apropiación por parte de la ciudadanía, promueven la formación de públicos, construyen diálogos en torno a las artes y la cultura, invitan a la reflexión de problemáticas actuales (políticas, sociales y económicas) permiten el reconocimiento de espacios no habitados de la ciudad (en particular el SNA y PLC), congregan a todos los grupos socio demográficos, plantean preguntas sobre nuestra sociedad actual. Elevan el espíritu, promueven la diletancia y, por supuesto, al tener componentes como la transacción, la tecnología, las relaciones interdisciplinares se insertan en las economías creativas, que a mi manera de ver expresa mejor a la “Economía Naranja” y que en realidad es y siempre ha sido la producción, promoción, circulación, apropiación de las artes, la cultura, el patrimonio tangible e intangible.
La inversión total entre Ministerio de Cultura y Alcaldía de Bogotá es de 3500 millones de pesos. ¿Cuántas personas se benefician? ¿Cuántos espacios son habitados? ¿Qué calles están siendo circuladas? ¿Cuántos recursos entrarán a la ciudad? Y en preguntas más intimas y sensibles ¿cuántos artistas se van a animar a seguir con sus carreras? ¿Cuántos querrán ser artistas? ¿Cuántos artistas se harán visibles? ¿Cuánto tejido social se construye en torno a las artes? Hagan las sumas y las restas, y verán que vale la pena la inversión.
*Directora de Cultura del Tanque de Pensamiento Al Centro
**Opiniones personales: Lleven a niños y niñas a todo lo que puedan, las ciudades habitadas por los niños son más seguras. Las artes plásticas narran las problemáticas contemporáneas sin necesidad de los odios de twitter. Naveguen el sitio del SNA (https://45sna.com) es una puesta en escena per se .