Por: Ernesto Ortiz
La pandemia del coronavirus se encuentra ya presente en 200 países. La mayoría de las potencias industrializadas se encuentran especialmente afectadas con el virus -Estados Unidos, China, Francia Reino Unido- y hacia el futuro las perspectivas tienden a que la situación se agravará de manera dramática. Por fortuna, la ciencia médica tiene más o menos claro cómo se trata el coronavirus. Con los implementos suficientes puede manejar unas tasas de mortalidad relativamente bajas.
Ahora, la evidencia demuestra que la principal causa de muerte en el escenario de la pandemia es la falta de servicios médicos por el colapso de los sistemas de salud. El alto nivel de contagio implica que muchas personas están enfermas al mismo tiempo y se hace imposible su atención simultánea. Eso explica, por ejemplo, por qué en China la tasa de mortalidad estuvo en torno al 2 o 3%, en Corea del Sur al 1%, mientras que en Italia llega a cerca del 9%. Por eso las políticas de aislamiento social lo que buscan es la ralentización de la propagación del virus.
Así, por ejemplo, las pruebas para detectar el coronavirus a través del método de tamizaje, en este momento prácticamente sólo es posible importarlas de oriente, toda vez que las potencias occidentales han restringido la exportación de material médico o algunas incluso aún no cuentan con producción nacional de este tipo de test. Exactamente lo mismo puede decirse sobre respiradores mecánicos o sobre material médico como batas, caretas o mascarillas.
Pues bien, hasta en último mes Colombia ha logrado importar 76,000 pruebas para detectar el coronavirus y algunos respiradores mecánicos, no obstante, según las previsiones epidemiológicas son necesarios varios millones de kits de detección y un número de varios miles de respiradores.
Estos simples ejemplos demuestran que lo más importante para afrontar la pandemia en los meses que se vienen, es la reconversión de la industria nacional para la producción de equipo médico y farmacológico que permita atender los requerimientos de salud pública.
Las grandes fábricas de ropa del país deberían, con prontitud, convertirse a la fabricación de material médico que les permita a los profesionales de la salud trabajar en condiciones
idóneas y no en las condiciones que se han visto en Europa. La reconversión de la industria nacional es, tal vez, el asunto más importante para afrontar las circunstancias que se nos avecinan.
En Estados Unidos empresas como la General Motors, Chrysler o Tesla tienen planes para en un corto plazo activar algunas de sus fábricas para la fabricación de respiradores artificiales. Si bien en Colombia existen iniciativas en este sentido, la verdad es que la cifra más conservadora sobre posibles enfermos indica que se necesita es una producción industrial de material médico. No es suficiente con iniciativas sueltas de algunas universidades o algunos emprendedores. Se necesita la industria pesada del país en este propósito.
Las cifras moderadas que presentan las instituciones de salud, pronostican que será necesario tener una capacidad hospitalaria de alta complejidad, en cifras similares a las que tuvieron que afrontar algunas potencias occidentales en el peor momento de la segunda guerra mundial. No es exageración afirmar que para afrontar esta pandemia en términos sanitarios, es imprescindible montar una economía de guerra.
Siendo esto así, el funcionario público clave en este inmenso esfuerzo que debe hacer el sector empresarial, liderado por el Estado, es el Ministro de Industria y Comercio que debe con todos los poderes del Estado liderar este proceso a pasos agigantados.
Jurídicamente es posible usar las herramientas que prevé el estado de excepción declarado por el presidente a la República, y con base en el concepto de la función social de la propiedad, con el propósito de proferir normas para que muchas de estas industrias se pongan a producir el material médico necesario para atender esta emergencia.
El Ministerio de Industria y Comercio y el sector empresarial son un jugador insospechado pero fundamental en afrontar esta situación sin precedentes en por lo menos un siglo.
*Miembro Dirección Participación para la Gobernabilidad